XXII

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Salí de esa habitación con las lágrimas arruinando mi maquillaje.
Mikey acababa de gritarme, diciendo que ni siquiera lo conocía, pero cuál era la mentira en sus palabras que tanto repetía, y que esta vez, yo tanto esperaba?

Él estaba drogado y lo sabía, la gente buena hace cosas malas a veces, no?

Al bajar las escaleras de esa casa desconocida, y que poco a poco, fuertemente, fuese aumentando el volumen de la música, supe que quería salir.

Alguien se acercó a mi, preguntó que si lo acompañaba fuera de esa fiesta, y no pude decir que no.

Cuando salimos, los flashes de las cámaras me cegaron, claro, aquí estarían.

Él tomó otra ruta alejada de los demás, y nos echamos a correr.




-Mira, un bicho.
Señalé al pasto, en espera a que me diera el efecto de la pastilla.

Él se levantó y se puso enfrente de mi, arrodillado.

-Julian.

-Daren.

-Me gustan tus ojos.

-Yo quiero besar tus labios.

-Te ves muy pequeña, si quiera eres legal?

-Eres un viejo?









-¿Tú estúpido novio?

-Sé que tú también te drogas.

Se quedó callado y empezó a buscar en sus bolsillos, los cuales tenía mil.

Metió un cigarro entre mis labios y lo prendió.
Acercó lentamente sus dedos a mis heridas, como si pidiera permiso, él cual le otorgué.
Trazó con sus dedos las cicatrices y heridas de mis piernas, poniendo expresión de estar reflexionando, me volteó a ver con confusión.

Apagué el cigarro en mi pierna derecha y lo tomé de las mejillas, acercando su rostro a mi para besarlo.

𝑷𝒓𝒆𝒕𝒕𝒚 𝒘𝒉𝒆𝒏 𝒚𝒐𝒖 𝒄𝒓𝒚 ~ 𝑴𝒊𝒌𝒆𝒚 𝑾𝒂𝒚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora