epílogo (parte 1)

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siete años después

- dale, amor, llegamos tarde - dijo lisandro abrazando a cristian por la cintura, mirándose los dos frente al espejo. 

- si te pones así vamos a llegar más tarde, que me haces acordar a anoche y... 

- ¡bueno, bueno! basta - lo cortó lisandro todo colorado, mientras lo soltaba y se iba de la habitación. cristian reía a carcajadas y lo siguió, trotando para alcanzarlo y abrazarlo por la cintura.

- estás hermoso - susurró en su oído y lisandro rio, cristian pudo sentir como se le ponía la piel de gallina. después de tantos años, aun se ponía nervioso ante cualquier intento de chamuyo de su parte, como si aun tuvieran dieciocho años.

- vos también, amor - respondió dándole un beso - te queda lindo el traje.

cristian sonrió ampliamente ante el cumplido y se acomodó la corbata. pronto los dos bajaban las escaleras apurados, tomando todo lo necesario a las voladas. su casa no era grande, y todavía les faltaban algunos muebles, pero estaban construyendo su hogar poco a poco. el despertar juntos cada mañana en su propio lugar ya era suficiente para ambos, y estaban más felices que nunca.

remontándonos unos años atrás, tras ambos terminar la secundaria, los dos empezaron a estudiar. cristian estudió gastronomía, y lisandro diseño industrial. en un abrir y cerrar de ojos, los dos terminaron sus respectivas carreras y lisandro invitaba a cristian a mudarse con él. llevaban seis años de noviazgo, y si bien tuvieron sus altibajos como toda relación, estaban enamorados como el primer día. las miradas cargadas de afecto y los detalles jamás desaparecieron, y la monotonía era algo completamente ajeno para la pareja.

fue el día en que recibieron la invitación al casamiento de sus mejores amigos que se dieron cuenta de la rapidez del paso de los años. aquella noche, hablaron toda la madrugada de lo extraño que se sentía, ya que para ellos apenas ayer se habían visto por primera vez en aquel antro de mala muerte en el que surgió más de un amor, pero el tiempo había pasado y ahora todo era distinto.

después de un viaje de media hora, en el que cristian manejaba y lisandro se encargaba de la música, llegaron finalmente a su destino. la boda era al aire libre, e incluso mientras estacionaban a lo lejos pudieron ver que el lugar era grande y estaba decorado de blanco, las luces cálidas ambientaban la escena, y los invitados llegaban con regalos en la mano y sus respectivas parejas en sus brazos. caminaron tomados del brazo, sin apuro, hasta donde estaban dispuestas las sillas frente al altar. buscaron sus lugares en la primera fila, donde vieron ya instalados a todos sus amigos. los saludaron efusivamente, como si no se hubiesen visto la noche anterior, y tomaron sus asientos.

nicolás estaba acompañado por su novia, carolina. lisandro no podía creerlo cuando, un día, su amigo les contó que había conocido a alguien. sus amigos y él bromeaban con que su condición de lolero jamás se lo permitiría, pero allí estaba. convivían hacía dos años y eran la pareja más amorosa conocían, tenían dos perros y los criaban como si fueran sus hijos, ambos se complementaban a la perfección.

junto a ellos estaba erling. el noruego se volvió a su país un año después del inicio de su intercambio, destrozando su corazón y el de todos sus amigos. hacían llamada grupal casi todos los días y se mandaban regalos. a pesar del océano que los separaba, mantenían el contacto lo más que podían. sin embargo, erling no duró mucho en su país natal. al año ya había regresado a la argentina, dispuesto a estudiar profesorado de lengua española, el idioma que había aprendido a amar, y trabajaba para poder vivir en el país de sus amores. se había encariñado mucho con la gente y la tierra que le habían ofrecido mil y una oportunidades nuevas, por lo que no podía dejarlo ir.

el antro - licha x cutiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora