04. 𝘐 𝘴𝘢𝘸 𝘺𝘰𝘶 𝘥𝘢𝘯𝘤𝘦 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘩𝘪𝘮.

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04. I saw you dance with him.

Pasado.

Plus, I saw you dance with him

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Plus, I saw you dance with him.

— Betty.

     La música resonaba a través de los parlantes, tan alta que Minho sentía como el ritmo rebotaba dentro de su pecho, si es que aquello era posible

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     La música resonaba a través de los parlantes, tan alta que Minho sentía como el ritmo rebotaba dentro de su pecho, si es que aquello era posible. Intentaba moverse torpemente por entre la marea de adolescentes que bailaban sin control, sudados y alcoholizados de pies a cabeza, sintiendo que esa era la mejor noche de sus vidas, aunque a la mañana siguiente sentirían un dolor de cabeza que los partiría a la mitad y no podrían ni levantarse de la cama por la resaca ¿Qué importaba, de todos modos? Eran jóvenes, podían hacer lo que quisieran, celebrar toda la noche e ir sin dormir a clases la mañana siguiente, beber hasta que se les nublara la vista y bailar con desconocidos. Eran libres.
    A Minho le gustaba esa sensación, la de ser libre y desenfrenado, la de tener alas imposibles de cortar y poder volar muy alto, tanto como Ícaro intentando alcanzar el Sol, sin importar la caída. Sólo tenía diecisiete años, su vida aún estaba comenzando.

——Mierda ——murmuró cuando una chica volcó bebida sobre su camiseta. Era un líquido rojo y de olor fuerte y dulce, que seguramente dejaría una mancha importante en su camiseta blanca de Guns N' Roses.

——¡Lo siento! ——gritó ella, tratando de hacerse oír por sobre el ruido del reguetón. Era bonita, con el cabello castaño largo hasta la cintura y el rostro enrojecido por el alcohol, llevaba un top que apenas la cubría y él no pudo evitar mirar tal vez más de lo que debería. Si ella lo notó, no le importó. Sonreía como boba, como todos los adolescentes borrachos——. ¡Lo siento muchísimo! ¿Quieres bailar?

    Él negó con la cabeza——. No, gracias.

    La chica pareció decepcionarse, pero se encogió de hombros y se alejó, perdiéndose entre la multitud. Él sonrió para sí, complacido. Minho sabía que era un chico atractivo, popular entre sus compañeros de clase y más allá, buscado tanto por chicas como por chicos, y eso le gustaba. No podía negar que amaba la atención, rechazar confesiones de amor y ver las miradas avergonzadas, que siempre hubiera alguien dispuesto a bailar con él o incluso a más.
     Probablemente habría aceptado la propuesta de aquella chica, simplemente por el gusto de contentar a una fanática, si no estuviera buscando a su novio.
    Felix le interesaba más que cualquier admirador, cualquier tonto que hubiera caído ante su encanto. Felix era diferente, siempre lo había sido. Y ahora no sabía dónde estaba. Se había apartado de él en busca de un trago y al volver ya no estaba.

     Ya llevaba recorrida la mitad del primer piso (aquella casa era enorme, se preguntaba de quién sería) y no podía encontrarlo por ninguna parte, como si el chico tuviera la habilidad de volverse invisible o algo por el estilo. «Diablos Felix, ¿dónde estás?» pensó, comenzando a irritarse por la cantidad de veces que chocaba con la gente al pasar.
    Pasó junto a las escaleras, donde una fila inmensa terminaba seguramente en el baño. En algunos escalones había parejitas besándose y tocándose como si no hubiera nadie al rededor y en uno una chica lloraba, con las lágrimas corriendo su rímel tanto como para hacerla parecer un mapache. Su amiga, o tal vez sólo una desconocida amable, trataba de consolarla.
   Gruñó, apretando tanto su vaso de plástico que lo rompió, empapando sus manos con la cerveza. «¿Dónde mierda se ha metido?». Tampoco podía ver a ningún conocido, nadie a quien preguntarle si había visto al rubio pecoso y, al parecer, escurridizo que tenía por novio.

    La música cambió justo cuando, por fin, consiguió divisar esos borcegos negros y los jeans ajustados de su novio entre la multitud. El cabello se le pegaba a la nuca y a la frente a causa del sudor y sonreía de esa forma que había enamorado a Minho hace meses: una sonrisa enorme, genuina y brillante que transmitía la alegría y calidez de un día soleado. Pero fue incapaz de sentirse aliviado de verlo, emocionado y embobado por esa sonrisa, pues estaba bailando con alguien más. Un chico de cabello negro con mechones rosados, pantalones de cuero y camiseta sin mangas.  Lo reconoció como Chenle, era amigo de Felix, aunque no eran tan cercanos. O al menos eso es lo que había creído, pues ahora bailaban pegados y se reían como tontos ¿Se reían de él? ¿Se burlaban de haberse escapado a bailar mientras él buscaba a Felix desesperado? A su lado estaban Changbin y Jeongin, también amigos del rubio, con botellas (Changbin de cerveza y Jeongin de Coca-Cola) en la mano y riendo, como si fuera muy gracioso que ese par de tontos no supiera bailar.

   Se dió la vuelta en el momento en que Felix levantaba la cabeza y lo veía, se metió entre la gente para perderlo y corrió, si es que se podía correr atrapado en un mar de adolescentes borrachos y calientes, hasta la salida. Felix podía encontrar a alguien más que lo llevara a casa.
   Justo cuando estaba por atravesar la puerta, chocó con alguien.

——Fíjate por donde vas, mierda ——dijo, frotándose la zona de la frente donde el contrario le había dado un codazo.

——Lo siento, de verdad. ——Minho esperaba encontrarse con un tonto, uno de esos chicos que salieron por primera vez en sus vidas y no tienen idea de qué es el alcohol, que se nota a kilómetros que pasan el día entero viendo anime y jugando videojuegos. Se sorprendió cuando al levantar la cabeza se encontró con un muchacho bastante atractivo. No era muy alto, pero tenía una cintura estrecha que se lucía muy bien en esos jeans oscuros y ese crop top rojo. Su cabello era castaño igual que sus ojos y sus mejillas esponjosas de alguna manera lograron hacerle pensar cosas indebidas.

——No pasa nada ——alcanzó a decir. Hubiera dicho más, se hubiera quedado con él, le hubiera pedido ir arriba o a un rincón apartado, incluso lo hubiera guiado a su auto, sólo por el enojo y la frustración, pero oyó la voz de Felix llamándolo a lo lejos——. Debo irme.

   Y sin más, salió. Recorrió a grandes zancadas el camino de piedra que separaba la casa de la calle y subió a su auto, creyendo que jamás volvería a ver a ese desconocido.

 Recorrió a grandes zancadas el camino de piedra que separaba la casa de la calle y subió a su auto, creyendo que jamás volvería a ver a ese desconocido

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    roussie<3

   

˖𓏲ָ 𝐂𝐇𝐀𝐒𝐄 𝐓𝐖𝐎 𝐁𝐎𝐘𝐒 || minho, felix, jisung˖≀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora