2. Manos: fuertes y elegantes

901 86 2
                                    


Las manos de Kalego eran grandes, con dedos largos y fuertes. No es que antes no lo haya notado, sabía muy bien desde joven que Kalego era un excelente músico, por ende sus manos seguramente eran diestras y hábiles. Solo que era la primera vez que no podía evitar pensar en cómo se sentirían esas manos sobre su piel, acariciándola suavemente.

Observaba de lejos al malhumorado profesor acercase al piano maldito, para tocarlo, por pedido (obligado) por Sullivan. Desde ese día, Opera no podía dejar de mirar las manos de Kalego. Cada vez que se hallaba cerca, se encontraba estudiándolas en secreto, admirando la forma en que los músculos se movían bajo la piel cuando él las usaba para hacer algo.

A veces, Opera imaginaba cómo sería tocar esas manos. Cerraba los ojos y se imaginaba deslizando sus dedos por la piel suave de la mano de Kalego, sintiendo su calor y su fuerza. Sabía que era una fantasía tonta, pero no podía evitar sentir atracción por esas manos.

— Kalego kun

— dime...

— ¿usas alguna marca de crema específica para manos?

— ... - Kalego estaba nervioso, esas extrañas preguntas personales seguían apareciendo cada día de la boca de Opera, desorientándolo constantemente - una crema genérica para manos, supongo - respondió, tratando de terminar aquella extraña interacción. 

— ya veo 

—porque me preguntas eso? - era extraño, esto no era normal.

—pues, porque pienso que debes cuidar mejor tus manos

— eh?... porque?

—porque son muy bonitas...

Se alejó rápidamente del sirviente de Sullivan, sintiéndose muy extraño y nervioso, no entendía que le sucedía, pero esto iba de mal en peor, podía sentir el calor invadiendo su rostro. 

¿Por qué Opera se comportaba así?

Todo lo que me gusta de ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora