11. Perfecto...

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— Puedo imaginar que esto es abrumador...pero Kalego... Tu, ¿sientes algo por mi?. Debes sentir algo o simplemente no estarías aqui, quiero saber... que sientes por mí...

El sonido de la naturaleza demoníaca les envolvía, creando un escenario surrealista para la revelación de sentimientos.

Kalego Naberius... estaba sin palabras... 

Finalmente, después de una pausa que pareció eterna, Kalego rompió su silencio introspectivo. — dame algo de tiempo  — dijo aún sin poder mirar a su superior  — yo, prometo que te responderé al final de esta... cita... prometo que lo haré — acotó caminando un poco, aún sin mirar a Opera .

— esta bien...  esperaré hasta el final de la cita....

Siguieron caminando un poco, intentando despejar sus emociones.  Al llegar a una parte más abierta de la isla, Kalego señaló hacia un lugar. 

— Casi llegamos al lugar que te comenté...

— Ya veo...

Cerca de aquel claro Opera comenzó a notar que el piso se convertía en uno irregular... estaban sobre...

— Setas? 

— Si, son una rara especie, en esta isla por ciertos factores obtuvieron una singularidad interesante... y creo que te será interesante...

— Esto era lo que querías mostrarme?... supongo que son... bonitas.

Observó que la cara de Opera mostraba algo de confusión y sabía que con sus palabras solo intentaba ser amable... obviamente Kalego tuvo que explicar la situación.

— No te traje a ver setas...  ¿Recuerdas la habitación de saltos?. 

— ¿Habitación... de... saltos? — sinceramente Opera no lo recordaba.

— Fue en un festival en la secundaria, obligaste a todo tu curso a crearla, y hubiera sido quizás una actividad entretenida para niños, pero no dejabas que nadie lo usara... te la pasaste todo el festival usándola para tu entretenimiento.

 Opera sonrió con nostalgia.

 — ¡Ahora la recuerdo! Aquel cuarto fue una genialidad... pero, que tiene que ver eso con este lugar?

— Pues estas setas son prácticamente trampolines naturales 

— ¿Podemos probarlos? —preguntó Opera, bastante entusiasmado.

— Bien pero ten cuidado, son resistentes pero no exageres, si usas demasiada presión podrías dañar las setas.

Opera comenzó a dar saltos sorprendiendo al maestro, el demonio gato era ágil y parecía bastante liviano,  entusiasmado por las alturas y las posibilidades de saltar, instó a Kalego a unirse a la diversión. Más el Naberius respondió negativamente.

— Parece que lo disfrutas, pero yo paso.

— En serio? es bastante divertido!

— No sé porque te gusta tanto esto.

— Me gusta la sensación... de subir y bajar.

— Ya veo, pero volar se siente mil veces mejor, y obtendrías una mejor altura, ¿porque no prefieres volar? —preguntó Kalego, mientras observaba a Opera.

Sin embargo, al finalizar la pregunta, Opera se detuvo en seco. Algo de lo que dijo Kalego le hizo pensar profundamente. Kalego, confundido, no entendía la abrupta pausa.

— ¿Qué sucede? ¿Dije algo malo? —preguntó, buscando comprender el repentino cambio en Opera.

Opera, con la mirada fija en el horizonte, respondió con algo de seriedad.

Todo lo que me gusta de ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora