𝐓𝐑𝐀𝐈𝐓𝐎𝐑|❝¿Te has puesto a pensar en las frases de los villanos? Al parecer no, en muchas frases que ellos dicen, encontramos algunas que tienen razon y no lo podemos negar. Una frase de una de las villanas quedaron marcadas en mi cabeza...
"E...
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Un año antes del apocalipsis zombie
Na-yeon buscaba a su hermana para ir a casa, por un momento pensó que Mi-yeon había ido a ver a Woo-jin, trató de llamarla pero su celular mandaba a buzón, lo cual le pareció extraño ya que siempre contesta sus llamadas y más si Mi-yeon estaba con Woo-jin.
Vio a Woo-jin entrar a la sala, se acercó a preguntarle dónde estaba su hermana. -¿Sabes dónde está Mi-yeon?
-No lo sé- respondió Woo-jin brevemente sin mirarla, tomando su mochila.
-Te lo pregunté de una manera amable, no para que me respondas de esa manera- se quejó Na-yeon por la actitud de Woo-jin, el chico la ignoró y se fue. -Maldito idiota- murmuró esto último.
Na-yeon fue por su mochila y se la puso sobre los hombros, también tomó la mochila de su hermana que la llevaba en el brazo, por suerte ambas mochilas no eran pesadas.
Caminó por los pasillos de la escuela en busca de su hermana, no había mucha gente ya que era la hora de salida, la buscó en las aulas, en los laboratorios, en los baños, etc. No la encontró, solo quedaba un lugar para encontrar a su hermana, el techo, subió las escaleras que conducían al techo.
Na-yeon abrió la puerta, no tardó ni cinco segundos en correr hacia Mi-yeon, dejó caer las mochilas, se asustó al ver a su hermana mirando al suelo mientras estaba de rodillas, se acercó a su hermana, agachándose para poder verla bien.
-Mimi, Mimi, ¿qué te pasa?- Na-yeon acarició el cabello de su hermana.
-Nada, nada, por favor déjame- la voz de Mi-yeon era inaudible, como si ya no tuviera voz.
-No, olvida que te dejo aquí sola, mira cómo estás, estás temblando- Na-yeon tomó los brazos de su hermana, si se dio cuenta de que le tapaba la cara, entonces se dio cuenta de lo que le estaba pasando. -¿Por qué estás llorando?
-No quiero hablar- se negó Mi-yeon, sus nervios estaban al límite, haciéndole difícil hablar.
-Mimi, vámonos, papá no te puede ver así, vamos a la enfermería.
-No, no, no quiero que nadie me vea- Mi-yeon la detuvo para que no se fuera.
-Vamos, te llevaré al baño- Na-yeon ayudó a su hermana a ponerse de pie.
Na-yeon tomó ambas mochilas y se echó cada una a los hombros, ayudó a su hermana a caminar, abrió la puerta dejando que su hermana pasara primero y ella última, ambas bajaron para llegar al tercer piso y entrar al baño de niñas.
-Quédate aquí- le dijo Na-yeon a su hermana, Mi-yeon se sentó en el fregadero. -Iré por un té para calmar tus nervios, no tardaré- dejó las mochilas en el suelo para dirigirse a la puerta del baño.
Mi-yeon sollozaba tapándose el rostro con las manos, seguía temblando, Na-yeon sintió que se le encogía el corazón al escuchar llorar a su hermana, salió rápidamente del baño de niñas y corrió a la cafetería donde pidió un té de manzanilla.
