𝐓𝐑𝐀𝐈𝐓𝐎𝐑; all of us are dead

Memories 2/8

Un año y seis meses antes del apocalipsis zombie

Los meses pasaron rápido, Woo-jin logró ganarse el corazón de Mi-yeon, primero comenzando con pequeños cumplidos con miradas tiernas, haciendo que el corazón de Mi-yeon se acelerara y sus mejillas se pusieran rojas.

El chico dejaba sus apuntes en papeles de colores en sus cuadernos, acompañados de una flor de diferente color como detalle, lo que la hacía sonreír por los piropos, por más pequeño que fuera el piropo, siempre le alegraba el día.

"Te regalo esta flor, aunque ninguna será tan hermosa como tú".

"Cuando escucho tu voz de cerca, es como música angelical sonando solo para mis oídos".

"Quiero gritar a los cuatro vientos lo que siento por ti".

Esas eran algunas de esas notas que Woo-jin le dejaba en sus cuadernos, cuando Mi-yeon llegaba a casa, las guardaba en una cajita como si fueran recuerdos, quería guardarlas para el futuro, para recordar que había siempre alguien que la amaba.

Después de dos meses, después de muchas notitas y flores del niño, decidió dejarle una nota para encontrarse con ella en el techo de la escuela a la hora de la salida para declararle su "amor" .

"Necesito decirte algo, te veré en el techo de la escuela después de terminar de limpiar las aulas.

Con amor, Woo-jin"

Mi-yeon se puso nerviosa cuando termino de leer la carta que estaba en su cuaderno encima de su escritorio, su curiosidad pronto llegó a su cuerpo y quería saber que le iba a decir, lo primero que le vino a la mente fue una declaración de amor y eso la puso aún más nerviosa, no quería hacerse ilusiones pero era muy evidente en la forma en que él se comportaba con ella, así que no descartó la idea.

Las horas pasaban y los nervios la carcomían, Mi-yeon estaba ansiosa por lo que Woo-jin le iba a decir, cada hora miraba su reloj de pulsera esperando el momento, volvía a mirar su muñeca por última vez, allí quedaban cinco minutos para el final.

Minutos después comenzó a sonar el timbre indicando la hora de salida, lo único que quedaba era limpiar las aulas antes de irse a casa, Mi-yeon tenía que limpiar su salón de clases, mientras que Na-yeon tenía que limpiar el laboratorio, lo que le dio a Mi-yeon la ventaja de escapar de su hermana.

Mi-yeon junto con sus compañeros, alrededor de 15 minutos, terminaron de limpiar el aula, querían irse temprano, los demás se fueron con sus mochilas, dejando a la niña en la habitación, Mi-yeon estaba nerviosa por lo que pasaría en el techo. Se armó de valor, tomó su mochila para colgársela a la espalda y salió del salón de clases, caminando tranquilamente por los pasillos, tratando de calmar sus nervios mientras escuchaba música suave.

Subió los pocos escalones que faltaban para llegar al techo, al llegar al portón del techo, vio que estaba entreabierto, miró hacia abajo y vio que era un trozo de madera que impedía que el portón se cerrara, respiró hondo y abrió la puerta sin mover la madera

Mi-yeon busco a Woo-jin, miro al frente y lo vio, el chico estaba de espaldas al patio de la escuela, ella sonrió, cerró la puerta con cuidado y comenzó a caminar hacia Woo-jin, cuando ya se había acercado, se detuvo detrás de él, manteniendo una distancia aceptable, ni demasiado cerca ni demasiado lejos, levantó el brazo derecho y tocó el hombro derecho del chico.

Woo-jin sintió pequeños dedos en su hombro, se dio la vuelta y vio a Mi-yeon, el viento estaba soplando su cabello, se podía ver que sus mejillas estaban sonrojadas mientras el chico la miraba mientras ella mantenía su mirada en todas partes menos en él, Woo-jin sonrió ante el nerviosismo de Mi-yeon.

-H-hola- Mi-yeon le dijo al chico nerviosamente.

-Hola, Mimi- dijo Woo-jin con una sonrisa.

Si hubiera un premio al mejor actor, Jang Woo-jin lo ganaría sin duda, actuó con mucha naturalidad, no mostró ni una gota de malicia, ya había estudiado los guiones para declararse y no quería saliera mal, Woo-jin también investigó un poco sobre el significado de las flores y su color, ya que se había dado cuenta de que Mi-yeon era para comunicarse con las flores, pensó que era anticuado, pero tenía que hazlo con todo el aburrimiento del mundo.

-Lo siento, si llego tarde, mis compañeros y yo hicimos todo lo posible para terminar de limpiar el salón de clases rápidamente- se disculpó Mi-yeon con el chico, no sabía si Woo-jin la había estado esperando durante mucho tiempo.

-No tienes que disculparte, lo entiendo- Woo-jin sonrió mientras acariciaba lentamente su cabello.

La niña sonrió ante la acción del niño y se miró los pies con las mejillas aún sonrojadas. -Por cierto... ¿qué me querías decir aquí?- Ella lo miró y esperó su respuesta.

Woo-jin dejo de acariciarle el cabello ante la pregunta de la chica, metió las manos en los bolsillos, uno de ellos sacó un tulipán rojo, Mi-yeon se puso nerviosa al ver la flor, era una declaración de amor.

-Me gusta mucho como eres, eres amable, dulce y divertida. Una sonrisa tuya es suficiente para alegrarme el día, para iluminar mi mundo aunque el cielo esté gris. Poco a poco te has convertido en alguien importante en mi vida y no puedo dejar de decirte que me he enamorado de ti. Hay una duda que me está matando, ¿puedo ser el dueño de tu corazón?

Mi-yeon se quedó congelada por la confesión, tenía muchas emociones, quería gritar, saltar, llorar y reír, no era la primera vez que le pedían noviazgo, las veces que se lo pedían, amablemente los rechazaba con un poco de miedo por las reacciones de los chicos, no le gustaban sus pretendientes; pero esta ocasión es diferente, se tomó el tiempo de conocerla, acercarse a ella y enviarle regalos.

-Sí, Woo-jin, quiero ser tu novia- dijo Mi-yeon con una sonrisa pintada en su rostro.

Woo-jin le devolvió la sonrisa a la niña y le dio la flor, ella la tomó con gran felicidad, era el mejor día que Mi-yeon había tenido... o eso pensaba.