Sowon y Eunha se conocen desde que tienen memoria. Son inseparables. Pero a medida que crecen sus personalidades cambian y empiezan a descubrir muchas cosas interesantes.
Ahora Sowon se ha convertido en una chica famosa en el instituto, y Eunha ha s...
Ayer soñó con Eunha, soñó que sus labios hacían contacto y eso la había cabreado mucho. Eso la hizo preguntarse algo que jamás se había preguntado: ¿Era lesbiana? ¿Bisexual?
«Eunhsexual» pensó y sonrió inconsciente.
«No, no, no. ¿Por qué sonríes Sowon? ¿Te gusta Eunha?», le dijo su subconsciente. Aún así sonrió. «¡¿Volviste a sonreír?! ¡Te gusta Eunha!». Su estómago revoloteo y sonrió. «¡Sonreíste de nuevo!»
—Joder... —susurró viéndose al espejo esas ojeras por no dormir nada. Pensando en Eunha.
Sonrisa.
Oh, Dios, si le gustaba Eunha.
«No, no, no. Es mi mejor amiga, no me puede gustar, ni ella, ni sus ojos negro intenso como la noche. Ni su papada tan linda, ni su piel suave con olor a durazno, ni su cabello cortito perfecto... ¿Qué carajos?»
—Oh, santa madre. ¿Que voy a hacer? ¿Qué voy a hacer? —jaló de su cabello frustrada— Y si Eunha me descubre... —sonrió— mierda, deja de sonreír... —le reclamó a su reflejo.
Estaba jodida.
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—Y, no lo sé, quiero invitarlo a ir por un helado —hablaba Jung bebiendo su jugo verde, ese que le daba asco a Sowon
Caca de vaca, es como lo llamaba.
—¿Helado? —frunció el ceño— Nah, es algo muy... muy común, mejor invítalo a un picnic.
—Ok...
Silencio.
—Sowonnie —habló de nuevo.
—Bunny —sonrisa, de nuevo.
Joder, no otra vez.
—¿Quieres ir a un maratón de películas conmigo? —sonrió la pequeña.
—Claro.
Después de eso no hablaron, Sowon estaba embobada, y sonriendo casi rozando la línea entre lo normal y psicópata. Eunha ya lo había notado.
Pero hoy, hoy Eunha le confesaría todo lo que la tiene preocupada.
Absolutamente todo.
Así que llegó y se preparó mentalmente para lo que iba a decir, lo ensayó por horas, toda la tarde. Estaba nerviosa y al borde del colapso, pero tenía que sacarlo antes de que su secreto se la comiera viva.
—Pasa —se hizo a un lado.
Inhaló el perfume de Kim cuándo pasó a su lado. Vieron la saga de los Juegos del Hambre, y muchas películas más, no había nadie en casa que se quejara de las estruendosas risas que soltaban.
Pasaron horas y Eunha sintió que era el momento. Limpió el sudor de sus manos y lamió sus labios mientras observaba a Sowon mirar la película.
—Tengo que decirte algo...
Entonces la mayor la miró atenta, dejando de lado el sonido de la televisión pausando la película.
Vamos Eunha, dile...
«Sabes, creo que me gustas, me gustas mucho, me gustas desde que tengo uso de razón, y lo descubrí hace unos días. No sé cómo pasó, pero me encantas, me vuelves loca, tal vez finjo que me gusta Jungkook esperando que me des una señal de que sientes celos. Dios Sowon, creo que...»
—Creo que me enamoré de Jungkook...
Y eso fue una puñalada para Sowon, una que la desangró por dentro, hizo añicos su corazón. Aun así, logró forzar una sonrisa.
Mientras tanto Eunha se mataba internamente por no haber confesado todo de una vez.
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