X Día: En cuatro.

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Advertencia: Uso de
malas palabras

Intense smut.

¡Que lo disfrutes!

. . .

Para JungHwan,
definitivamente no había
nada en el mundo que
pudiera superar la belleza
que poseía Yoshinori. El
Japonés era simplemente
maravilloso ante sus ojos
en todos los sentidos, y
por más que lo pensaba
solo podía encontrar más
características suyas que
terminaban volviéndolo
loco y creaban solo
pensamientos impuros en
su mente.

Yoshinori era hermoso,
era algo que nadie
podía negar. Desde su
perfilado y tierno rostro
que tenía aquellos
pequeños y afilados ojos
que brillaban bajó su
cuerpo, y luchaban por
mantenerse abiertos
cuando arremetía con
violencia dentro de él.
Hasta aquellos labios
enrojecidos, hinchados
y ensalivados por los
bruscos besos que le
daba, y los magullados
que se encontraban
por las múltiples
mordeduras que le daba
a los mismos. El largo
de su pálido cuello que
amaba saborear y morder
por cada lugar que su
inquieta boca encontrará,
dejando marcas hasta
bajar a su pecho, y
sin olvidar aquellos
pequeños y apetecibles
pezones que siempre se
asomaban bajo aquel
grande suéter que bajaba
por su brazo, incitándolo
a probarlos y marcarlos
hasta dejarlos totalmente
erectos y sensibles.

Cada parte del cuerpo de
Yoshinori era perfecta,
JungHwan siempre se
había tomado su tiempo
para poder admirar cada
una y poder disfrutarla
a su antojo. El mayor
siempre era tan dócil
cuando se trataba de él
teniendo el control, y
JungHwan siempre podría
abusar de él cuanto
quisiera sin importar
cuan cansado estuviera.
Todo porque Yoshinori
era arte en toda su
expresión, y jamás podría
llegar a casarse de él. Él
lo deseaba.

Ambos tenían una
adicción con el contrario,
y tenía una latente
necesidad de estar juntos
en todos los sentidos para
aliviar ese agobio que les
generaba la distancia, y
la necesidad que creaban
cuando se encontraban
los dos. Las llamas ardían
en su interior, y el calor
se esparcía por todo su
cuerpo como la sangre
hasta invadir cada parte
de ellos asfixiándolos en
un mar de sensaciones
placenteras.

Yoshinori siempre
buscaba provocar
a JungHwan, lo cual
lograba exitosamente
sin necesidad de
esforzarse demasiado.
Tan solo bastaba una
mirada sugestiva suya
para alterar aquellas
sensaciones oscuras
que se escondían tras
la máscara de calma y
control que el menor
poseía y siempre
terminaba cayendo preso
de las provocaciones de
él.

Porque al mayor siempre
le gustaba atraer la
atención de su manor.

Por eso y con tal de
cumplir su objetivo, a
Yoshi no le importaba los
medios que utilizara para
lograrlo.

Motivo, por el cual
JungHwan no sé
sorprendió cuando
al llegar a su hogar,
encontró al mayor sobre
su cama, tan solo con
una camisa que le cubría
parte de sus muslos y solo
estaba abotonada hasta
un poco más debajo de
su pecho, revelando sus
clavículas.

A Yoshinori le gustaba
jugar sucio.

—Tardaste más de lo
que esperaba —habló él
mayor, acomodándose
mejor en la cama y
causando que la delgada
tela de su camisa se
elevará un poco más
sobre sus piernas, los
opacos ojos de JungHwan
siguieron el movimiento.

30 Días De OTP YoshihwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora