20. La historia de una mentirosa

583 62 19
                                    

Christopher Morgan

Cuando Alex me habló de ella estaba enojado, molesto porque me había ocultado de su existencia, no quería saber nada de ella hasta luego de escapar de los Mascherano, fue una maldita locura, quería traerla a vivir conmigo y criarla a mi imagen y semejanza.

Deseaba un legado letal, ya que si la vida me habría puesto uno lo mínimo que debía hacer era convertirla en algo mucho peor que yo.

Pero no, Alexuna vez más se opuso a que la viera, me ocultó su ubicación, la escondió de mi y de los Mascherano por mucho tiempo, me aburrí de buscar algo que me resigné a no conocer nunca.

Quería poder, quería ser superior a lo que es Alex y luego ir por ella para entrenarla, me hice ilusiones con que ella sería mucho peor, un arma de doble filo.

¿Y que tengo? Una niña terca y grosera que no se le da por respetar ni a un muerto, una caprichosa que se cree que puede todo sola y solo busca meterse en problemas como método de distracción, no es un arma letal, no es nada de lo que hubiera sido si Alex me hubiera permitido llevármela.

Y aún con tantas fallas, no sé ni por qué demonios me quedo aquí a ver si vive o muere.

Tal vez porque quiero encontrar la mentira en todo esto, quiero encontrar su mentira, la falla en su engaño.

 Veo a ____ levantarse y saco mi pistola en cuanto dos personas la toman por atrás.

― Ya deberías saber que en territorios enemigos no puedes entrar ― el chico del que____ me habló se acerca a ella con una pistola y ella se suelta sin bajarle la mirada ― ¿Dónde está tu amiguito?

― Tal vez bebiéndose una copa en una playa o experimentando su sexualidad con alguien en su isla, con ese estúpido nunca se sabe.

― No quiero problemas contigo.

― Apuntarme con un arma no es una buena ofrenda de paz ― se le burla caminando hacia el piano y todos le abre paso ― Vine aquí a decirte que ni se les ocurra seguir enlodando mi nombre.

― Que lástima, porque si no nos dejas iniciaremos una guerra y tú hasta donde sé vas perdiendo ― ella sonríe llevando sus dedos a las teclas del piano ― Si se inicia una guerra entre pandillas...

― Si, si ― ella rueda los ojos ― una espiral de venganza, mucha sangre en las calles, una lluvia de fuego, hablas como el que se dice mi padre.

Sacudo la cabeza y no sé si se da cuenta que tiene a más de 7 personas amenazándola.

― No venía a quitarte ningún territorio, pero ya que tanto insistes ― dice _____ volteándose, toma la cabeza al cabecilla y lo estrella contra el piano armando la algarabía entre todos los que se van contra ella.

De una patada hace volar el asiento hacia los que viene por detrás desestabilizándolos, saca la daga con la que siempre anda y corta la pierna y brazos de más de uno, sin soltar al cabecilla al que le estrella la cabeza contra el piano más de una vez.

Dos más se acerca y es rápida al patear la rodilla de uno y clavarle el haladie en el brazo, pisa con fuerza la pierna hasta escuchar que el hueso se quiebra y con el brazo aplica una llave demasiado potente que le fractura el brazo a uno y con una voltereta enreda las piernas en el cuello del cabecilla haciéndolo caer al piso, este se libera rápidamente y ella rueda en el suelo recogiendo su cuchillo.

Lanza el cuchillo en contra de uno de los que sostienen al dueño del lugar y este se tira al suelo, antes de que _____ esquive las balas y salte en su dirección, cae al piso ante la poca estabilidad y escucho el impacto de su cuerpo.

ENEMIGOS (T/N en Pecados Placenteros)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora