34. Entonces, llego el desastre

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Rachel James

― ¿Qué va a hacer?¿Pasa algo? ― pregunto preocupada.

― Vamos a desconectar a Deva Muller ― contesta el ministro y me quedo fría con la confesión de Alex Morgan.

― ¿Qué? No ― me pongo frente al médico y el ministro está irreconocible ― No puede hacer eso, _____ no se lo perdonará

― ¡____ no es nadie, yo he pagado la atención de su madre todo este tiempo!

― Déjeme hablar con ella ― pido ― no puede hacerle esto...

― James sal o te llevarás una sanción lo suficientemente buena como para que nadie te quiera en su central ― amenaza y no me muevo.

― Déjeme hablar con ella, por favor ― suplico ― no la lastime asi... Piense que será un dolor muy grande no despedirse de su mamá.

― Está decidido.

― Por favor señorita ― el médico trata de apartarme y me inpongo en mi lugar sin darle paso a nada.

La he visto llorar, la he visto hablarme de lo que hará cuando su mamá despierte y no es justo que ahora no la dejen si quiera despedirse, me ha partido el corazón muchas veces y consideraba proponerle desconectar a su mamá, pero ahora... ella mínimamente debe despedirse, debe tomar esta decisión, no su abuelo ni su padre.

― No lo haga. Por favor, a _____ la destrozará...

― No más James. ¡SALGA EN ESTE MOMENTO! ― se exaspera y tratar de jalarme del brazo pero lo aparto.

― ¡Que no! Por favor, por favor ― suplico ― déjeme contactarla, sé que si le digo, va a volver... por favor... ― la voz se me quiebra sin saber que hacer.

______ Morgan Muller
1 día antes

― Niñata ― la voz de Vladimir me hace voltear ― ¿Qué no es esto lo que buscamos?

Las esperanzas se me encienden y salto por encima de la baranda llegando a su lugar ― ¡Sí, sí lo es!

Desconecto la computadora portátil de inmediato y guardo todo lo que encuentro.

― ¡Loki! ven para acá ― le grito al animal que se mete bajo los escritorios.

Es muy bonito y todo, pero muy jodido, se meo en mis piernas en la camioneta, Vladimir lo saca y lo levanta en brazos antes de lanzarme un CD que guardo en mi mochila.

El Boss y Salamandro se hacen cargo de las cámaras y cuando quiero colgarme la mochila me empujan al piso.

― Me lleva mi padre ― espeto el león salta sobre mi cabeza y escucho disparos, Vladimir me arrincona a un escritorio.

Me arrastro por el piso buscando al cachorro mientras Vladimir, el moreno y su padre se hacen cargo de quien sea que haya abierto fuego.

Encuentro al animal temblando bajo un escritorio y me agacho en cuanto siento rozar una bala, volteo y es el papá de Vladimir quien le atraviesa el craneo al tipo que me disparó.

El león sigue temblando y yo sacudo la cabeza ― ¡La próxima que te escondas procura hacerlo bien, casi me matan, animal! ― regaño al cachorro.

― ¡Vámonos van a seguir llegando! ― Vladimir me grita luego de que los tiros cesen y el león se escapa.

― ¡Vámonos ya! ― demanda su padre

― El pinche león que no deja de correr ― me quejo tomándolo del pelaje y me lo acomodo en la chaqueta.

― ¡Te dije que no lo traigas! ― me grita Vladimir afuera y casi me empuja a la camioneta.

ENEMIGOS (T/N en Pecados Placenteros)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora