18. La parodia de una Morgan

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_____ Morgan Muller
3 días después

Londres amanece con el frío y cambiante clima de siempre, sonrío y camino mientras bajo el cierre de mi chamarra, llego a la puerta del comedor y al entrar por alguna nueva razón llamo la atención de varias personas.

Hace tres días regresé a Londres junto a Christopher, Alex ha querido saber lo que hicimos pero me mantengo al margen, sinceramente no soy quien para darle explicaciones.

Ayer di el examen que se supone debo dar para formalizar mi ingreso a la élite y se supone que hoy se sabrá los resultados, de todas formas las sesiones con la psicóloga debo mantenerlas.

La buena noticia es que ya descubrí la importancia de las llaves que le robé a la ex de Manuel, el muerto de hambre no me habla desde ayer y creo que estoy por encontrar algo que me de la cura de mi mamá, solo necesito un último golpe que me de lo necesario para evaluar posibles candidatos.

― ¿Y esa sonrisa? ― me pregunta Rachel en cuanto me ve llegar con ella.

― No lo sé ― comento ― creo que todo está saliendo bien para mí.

― ¿En verdad? Me alegra mucho ― su intensa amabilidad a veces me da nauseas.

Asiento y cuando tomo mi desayuno y estoy por irme me detengo sin saber por qué volteo hacia ella y la miro ― Hoy iré a ver a mi madre ¿Quieres acompañarme?

La pregunta repentina la aturde pero reacciona casi de inmediato ― Eh claro... si ¿por qué no?

― Bien, iré en la noche, adiós.

La dejo y salgo con mi comida fuera de ese lugar, no hablo con mucha gente por aquí, solo con Luisa en las terapias, Rachel las pocas veces que me la encuentro y Alexandra y su esposo cuando los veo.

No soy partidaria de ser asocial pero nadie me provoca la suficiente curiosidad para hablarle.

[...]

― ¿Y notaste algún avance entre el coronel y tú? ― Luisa pregunta.

― No hay nada que decir en realidad ― admito.

― Tuvieron un par de días para conocerse ― Luisa parece más emocionada de lo que yo estoy ― con tu padre ― enfatiza y las ganas de vomitar regresan ― Eso es muy importante, _____. Quiero que lo compartas, claro, como tu terapeuta.

― Muy bien, por un lado no diría que es importante ― la freno ― y... no fue un momento de padre e hija, solo tómalo como una tregua. Vaya, intente compararlo conmigo, pero ya me di cuenta que le gano de cualquier manera.

― Mínimo descubriste algo de él que te llame la atención.

― En cierto modo.

― Estupendo ¿Y cómo te sentiste con eso? ― pregunta y me encojo de hombros, guarda silencio y me mira detenidamente ― ¿Pasó algo que te incomodara...?

― Solo no entiendo sus cambios de humor ― confieso ― Es decir, hubo un momento bastante pasivo y no sé se molestó de la nada ― ruedo los ojos―y al parecer ahora no quiere verme.

― ¿Te dolió que suceda eso, cierto?

SUelto una risa con la pregunta ― Claro que no, ¡Soy _____ Morningstar, obviamente lo último que me importa es cómo se siente él! ― le recuerdo ― Pero pensé que al fin dejaría de actuar como si estuviese enojado la mayor parte del tiempo.

―Escucha, te entiendo ― me dice y me sirvo el agua que está sobre la mesita ― Esperabas bajar la guardia con él, ahora estás asustada...

― Yo no me asusto ― aclaro.

ENEMIGOS (T/N en Pecados Placenteros)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora