Recuerdo cuando me preguntaste sobre mi experiencia con el BDSM.
La verdad es que había leído una entrada en el blog sobre un Papi Dominante y su Niño la noche anterior que había llegado tan cerca de casa, que casi empecé a llorar. En ese entonces, estabas despertando partes de mí que ni siquiera sabía que estaban dormidas.
Fue por aquí que te convertiste en mi mundo. Me aferré a todo lo que dijiste.
Eso nunca va a cambiar, MinHo.
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—¿Estás mirando, papá? —Gaeul gritó, ajustando sus flotadores.
—Por supuesto que sí, mi amor. —Bajé mi periódico y vi como se lanzaba a la piscina donde TaeMin estaba esperando para atraparla.
Sonreí cuando mi chica salió a la superficie con un grito de victoria.
—Eso fue fantástico—, la alabó TaeMin.
—¿Viste, papá? —llamó.
Me reí entre dientes. —Vi cada segundo de esto. Lo estás haciendo muy bien.
—Sí—, se rió. —Persígueme, TaeMin.
—Ok, voy a perseguirte.
Sonreí y sacudí la cabeza por sus payasadas. Nadaba con la misma gracia que un perro, con esos flotadores alrededor de sus brazos, pero maldición, pertenecía al agua. Era intrépida, a veces demasiado intrépida. Cuando estaba en la piscina con ella, la dejé deshacerse de los flotadores, y ella simplemente contaba con que yo estuviera siempre ahí para sostenerla. Podía lanzarse en cualquier dirección sin avisar.
—Maldición, necesitábamos este fin de semana. —Suzy se estiró en la tumbona junto a la mía. Si me aventurara a adivinar, no echaba de menos a su familia en este momento.
—En efecto. —Tarareé, volviendo a mi periódico.
Nuestras dos primeras semanas en el océano Índigo habían sido agitadas, y habíamos cubierto Maldivas, Praslin, Cerf, y Penang hasta ahora. Ayer, llegamos aquí a Pulau Weh, Indonesia para un muy necesario descanso.
TaeMin había recibido una revisión de la realidad y ya no pensaba que mi trabajo era glamoroso "el 100% de las veces". Habíamos tenido reuniones seguidas con el personal, los gerentes y las agencias de publicidad locales que nos agotaron hasta el punto de que nos derrumbábamos al final del día y no nos importaba la cena. El agua era el requisito constante. Duchas frecuentes y agua helada para beber.
Al final, elegí concentrarme en mi obsesión con TaeMin. Se estaba poniendo... ansioso. Todavía me las arreglaba para hacerle sonrojar con el toque ocasional o algo que yo decía, pero no había hecho ningún nuevo avance desde nuestro encuentro en Maldivas.
La primera vez que le rocié protector solar, pensé que iba a perderlo. Su expresión no tenía precio. Y definitivamente no me había perdido la decepción de su cara. El dulce chico esperaba más manoseo
Él no tenía de que preocuparse. Nos quedaríamos en Palau Weh durante cuatro días, y yo sólo tenía tres compromisos de trabajo. Mañana, lo llevaría a él, y sólo a él, a una playa privada.
Si pensaba que mi traje de baño actual "ponía todo a la vista", que esperara a que no llevara ninguno.
No sabía qué pasaba con los bañadores que llevaba puestos, para ser honesto. Eran negros, cómodos y tenían el mismo corte que los calzoncillos normales. Demonios, el marido de Suzy usaba unos bañadores idénticos. Ella fue la que me envió el enlace a ellos.