CAPÍTULO 2.

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-nadie es más que tú. No puedes ir por la vida pensando en que todo saldrá mal. Si te empeñas en ver las cosas negativas, jamás podrás ver las cosas maravillosas que tienes enfrente.-

Fueron las palabras que su abuela le había dicho hace días, en el primer día de clases, esas palabras eran las que lo motivaban a asistir a la universidad, y también Ximena, una hermosa y adorable chica que había conocido el primer día.

-¡Agh! Tom me invitó a salir de nuevo, ¿puedes creerlo? ¿Quién en su sano juicio volvería a invitarte si ya lo has rechazado seis veces?-se quejo la chica ni bien llegó al lado del pelinegro.

-¿Él?-respondió con ironía.

-ah, creo que necesito un café.-

-la cafetería ya debe estar cerrada.-

-no de aquí. Hay una cafetería muy popular a unas cuantas calles.-

-olvidalo no pienso acompañarte. Mi madre se pondrá histérica si de nuevo llego tarde a casa.-

***

-me van a matar.-aseguró el de ojos violetas, quién estaba sentado frente a su amiga en la cafetería que había mencionado.

-no digas tonterías eres mayor de edad, sabes andar por la calle sin supervisión. Además, vienes conmigo.-

-si claro. Eso último no me mantendría muy tranquilo.-

-jaja, idiota.-

Erick soltó un suspiro.-estar en casa comienza a aburrirme.-un mesero se acercó y quedó frente a la mesa de los jóvenes.-la verdad es que necesito conseguir empleo.-

-buenas tardes, ¿que van a ordenar?-el pelinegro levanto la mirada, cruzando sus ojos violetas con unos hermosos ojos verdes.

El mesero se quedó atónito, y por alguna razón, Erick no podía apartar la mirada.

-hola, yo quiero un café de Mocca y una rebanada de pastel de tres leches. ¿Erick?-

El chico desvío la mirada hacia su amiga.-ah si. Hem. Una malteada de fresa y un pay de limón... Por favor.-

-claro. En seguida.-el mesero se dio media vuelta, no sin antes dedicarle una última mirada al chico pelinegro.

Ximena, sin notar lo que había pasado, siguió hablando con una enorme sonrisa.-si te aburre estar en casa podríamos salir más seguido.-

-no gracias, eres mala influencia.-la chica trono los labios y se cruzó de brazos fingiendo molestia.-es broma, Mena. Adoro salir contigo. Pero necesito empezar a ganar mi dinero, no me siento cómodo pidiendole dinero a mi madre siempre que quiero salir.-

-en eso tienes razón.-

***

Cuando el chico llegó a su casa (como era de esperarse) su madre le cuestionó el porque había llegado tarde a casa, respondiendo de inmediato que su amiga quería un café y habían ido a tomarlo.

Era su madre, pero por alguna razón comenzaba a estresarle el hecho de que fuera tan sobreprotectora con él, en cambio su abuela era un poco más despreocupada.

Ambas habían escuchado de Ximena, en varias ocasiones Erick menciono que solo la veía como amiga, su abuela lo entendía, pero su madre tenía la esperanza de que el romance entre ambos fluyera, y eso que aún no la conocía personalmente.

***

En una de las calles del pueblo, dos chicas estaban sentadas en las bancas de algún parque.

-¿Entonces encontraste a Erick?-

La pelirroja asintió.-se que está en la ciudad. Su mamá se lo llevó después de que fuí a buscarlo.-

-¿Tienes planeado ir?-

-claro que si. Se que Jasper lo buscará tarde o temprano. Tengo que advertirle o mínimo mantenerlo alejado.-la pelirroja se levantó y subió a su motocicleta.

-espera Daniela, ¿Sabes lo que dicen los rumores? Se cree que perdió la memoria. Eso explicaría porque jamás nos busco.-

-con más razón debo hablar con él.-se puso el casco y aceleró para comenzar a manejar rumbo a la ciudad.

***

Por otra parte en la cafetería, el chico de ojos verdes miraba una vieja foto que aún conservaba en su celular. Sonrió al pensar que podría estar cerca de él nuevamente.

Recordó entonces todas las veces que le hizo daño, su mente era traicionera. Sacudió la cabeza y pensó en hablar con él y así poder remediar las cosas malas del pasado.

-oye, Dimitri.-el albino volteo curioso. -¿Aún estamos contratando personal?-

-si. ¿Tienes a alguien en mente?-

***

Los estudiantes salían de la universidad con sus sombrillas, las gotas de lluvia caían con fuerza bañando la ciudad por completo.

Erick estaba afuera de la cafetería por petición de su amiga, quién se había quedado en la institución realizando un exámen que podría ayudarle a pasar la materia de física.

-¿Y por qué tengo que esperarte?-

-no te enfades, llegare en cinco minutos, el profesor está por darme mis calificaciones, me dirá si aprobé o no.- respondió la chica al otro lado de la linea. -dependiendo de lo que me digan es lo que haremos, festejar mi triunfo o celebrar mi muerte. Estoy segura de que mis padres me asesinaran si repruebo.-

El chico dejo salir una risa.-date prisa entonces.-

-hola.-se acercó Tom, el castaño que su amiga tanto criticaba.-¿En donde está Ximena?-

-ya viene hacia acá.-

-¿Te parece si la esperamos adentro? Hace mucho frío.-

-si quieres entrar hazlo, yo la esperaré aquí afuera.-a decir verdad Tom tampoco era mucho de su agrado, a su parecer era demasiado egocéntrico.

Erick podía sentir que alguien lo miraba, pero por más que volteaba hacia ambos lados no podía averiguar de quién se trataba.

-¿Qué hace él aquí?-escucho la voz de su amiga y volteo de inmediato, ella miraba con molestia al castaño, quién solamente movió los hombros.

-vine a tomar un café. No te creas importante, no estoy aquí por ti.-

«¿Entonces por qué demonios sigues aquí?» se preguntó mirandolo de soslayo.

Dirigió la mirada hacia su amiga y noto que la chica estaba algo empapada.-¿No tienes frío?-

-mi chamarra no combina con mi ropa.- negó sonriendo.

-la mia si.-rapidamente Erick se quitó su chamarra y se la coloco a su amiga sobre los hombros, ella sonrió encantada y los tres chicos entraron a la cafetería, tomando asiento de inmediato.

-no sabes cuánto te amo. Me estaba muriendo de frío.-hablo la pelinegra con una enorme sonrisa.

-tu tienes la culpa. Te preocupa más por como te ve la gente.-ante tal comentario de Tom, Erick le miro con odio.

-dejala en paz, no es asunto tuyo.-

Tom aparto la mirada y Erick miro a su amiga con una sonrisa cálida.

El mesero rubio de ojos verdes que los había atendido la última vez paso frente a la mesa, el de ojos violetas noto la mirada de ese chico, una que le causó cosquilleos.

-Ximena, ¿Conoces al mesero?-pregunto pensando que tal vez buscaba a la chica con la mirada.

La chica levanto la vista, notando como el rubio les lanzaba miradas discretas.-la verdad no.-

-su nombre es Jasper Zamora.-Ximena y Erick lo miraron curiosos.-hay rumores de que es un chico problemático. Esta cafetería es de su familia.-

-Jasper.-susurro Erick, aquel nombre se le hacía familiar.

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¿Recuerdos? «YAOI.» EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora