Epílogo.

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Ciertamente mi vida fue difícil después del accidente, pero por suerte las cosas retomaron su curso.

Me hice cargo de la cafetería con ayuda de Dimitri, sin él seguramente el lugar se hubiera ido a la ruina, pero no sucedió. También pude terminar mis estudios y ahora estoy intentando levantar mi propia empresa, se que mi abuela estaría orgullosa, se que desde el cielo me sonríe.

Jasper tenía razón, desde que comencé a vivir con mi padre mi vida ha sido más tranquila, más relajada, he logrado encontrarme a mi mismo y ahora lucho por lo que quiero.

Me duele que Jasper se haya marchado, cuatro años y aún duele como si fuera ayer, se que si hubiera tenido la seguridad de pedírselo, él se hubiera quedado a mi lado, pero no podría haberle hecho eso, ambos necesitamos sanar.

Tomé mi celular y atendí la llamada que entraba.-¿Ya vienes? ¿En donde estas?-

-tranquila tóxica, ya voy para allá.-

-quien sabe porque tardas tanto, solamente tenías que ir a recoger el pedido.-

-el campesino me tardo las fresas, tu tienes la culpa por mandarme tan lejos.-

-son fresas de muy buena calidad, además son deliciosas.-

-si tú dices. ¿Estás con Daniela? Se escucha mucho ruido de fondo.-

-crees que si estuviera con ella te estaría llamando. Ella es más importante que tú.-

-lo dices porque ahora es tu novia. Antes yo era tu mundo.-

-perdiste tu lugar. Debo irme, no te tardes que tengo hambre.-sonreí divertido. Quién diría que esas dos terminarían en una relación formal.

Debo admitir que al principio fue extraño verlas juntas, pero termine acostumbrándome, ellas son felices y se aman con locura, aún pienso que se juntaron demasiado pronto, pero si están bien no debería importarme.

***

Erick bajo del coche y entró por una de las puertas traseras, dejando la caja de fresas en una estantería. Suspiro cansado y no pudo evitar mirar el tatuaje que se había hecho semanas atrás.

Aquella flor de loto en su muñeca le recordaba a la que Jasper se había tatuado en la cadera, sonrió divertido y se puso de pie para entrar a la cafetería, en donde al cerrar la puerta, la serpentina y los aplausos llenaron el lugar.

Los empleados y sus amigos lo recibían alegres, desde que estaban juntos su cumpleaños no pasaba desapercibido.

Aquella tarde rieron y bailaron, disfrutaron de sus momentos juntos, sin duda eran una familia , no de sangre, pero si de corazón, la mejor familia que pudieron escoger.

***

Al ser de noche todos se fueron a casa, Erick fue quién decidió quedarse, aquella cafetería lograba transmitirle tranquilidad, amaba ese local.

La puerta se abrió haciendo sonar la campanilla de la entrada, Erick volteo y su celular cayó al piso, Jasper estaba frente a él.

El rubio se acercó y levanto el celular.-hola.-

-hola... ¿Qué estás haciendo?-

El rubio sonrió nervioso.-es tu cumpleaños, así que vine a saludarte.-

-¿Quieres tomar algo?-

-un café con crema.-

Erick preparo el café mientras miraba sigiloso al rubio, había cambiado, pero se veía más atractivo. Miro sus manos y un fuerte dolor en el pecho se hizo presente, Jasper tenía un anillo de compromiso.

-el lugar luce maravilloso, me alegra que le hayas dado toque a este lugar, luce mejor de lo que lucía cuando me fuí.-

Se acercó y se sentó junto al rubio, entregándole su café.-Dimitri fue quien me ayudó.-

-me alegra que siga aquí, eso significa que está a gusto, eres un buen jefe.-sonrio ampliamente al pelinegro.

Erick suspiro y desvío la mirada.-estas casado.-

Jasper se sorprendió, ladeó una sonrisa y miro nervioso al pelinegro.-no es nada serio, la verdad es que estoy esperando a que me den una respuesta.-

-no pensé que fueras de los que se casan, pensé que eras más liberal.-

-bueno, vale la pena cambiar por el chico que amo.-Erick sintió como tomaban su mano, volteo curioso hacia el rubio.-todo este tiempo te he tenido en mi cabeza, volví para estar contigo. Pero si me dices que hay alguien más, lo aceptaré, me alejaré y estaré contento al verte feliz.-

-tambien has estado en mi cabeza todo esté tiempo, no tienes idea de cuántas veces pensé en salir y buscarte. Pero no lo hice porque sabía que no era el momento, pero ahora sí. Jasper, quiero estar contigo.-

-me alegra escuchar eso.-de su bolsillo saco un anillo como el que llevaba, se lo puso al pelinegro y le beso la mano con ternura. -¿Puedo ser tu novio?-

-claro que si.-le tomo del rostro y lo acercó hacia sí para poderlo besar.

Los años habían valido la pena, ambos eran más maduros y comprendían muy bien que era lo que necesitan, el tiempo los había cambiado, pero eso no era malo, al contrario, se amaron con más intensidad, vivieron con madurez, y fueron los más felices al estar juntos.



Cuenta nueva, JoannaLuna01

¿Recuerdos? «YAOI.» EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora