𝖆𝖈𝖙: 𝕴𝕴

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El camino hasta Warwick se había sentido pesado para los hermanos, después de un buen tramo ya recorrido, Ciara por fin pudo conciliar el sueño, la noche ya los había alcanzado y entre más se acercaban podían ver varias luces de color azul que ado...

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El camino hasta Warwick se había sentido pesado para los hermanos, después de un buen tramo ya recorrido, Ciara por fin pudo conciliar el sueño, la noche ya los había alcanzado y entre más se acercaban podían ver varias luces de color azul que adornaban las profundidades del bosque a su alrededor, había betas por todos lados, eso solo podía significar que un Alfa andaba cerca.    

El carro paro de golpe y Ciara se despertó exaltada, con sus colmillos de fuera, lista para atacar.

-Ciara- susurro Cameron, quien se encontraba su lado, tomándola de la mano en un intento de tranquilizarla.

-¿Qué paso? - Ciara volvió a la normalidad, volteando a todos lados, buscando de donde provenía el peligro, hasta que pudo ver a su madre mirándola por el retrovisor, notando que ella había sido la causante de que su madre frenara tan bruscamente, su mirada era de advertencia, estaba enojada. Su familia cumplía las órdenes de pie a cabeza, todo aquel que mostrará signos de salvajismo era castigado, Ciara de los tres hermanos era la única que no podía controlar del todo sus instintos y con el nuevo aroma que inundaba su sistema, para ella era casi imposible, no por ser hija del Alfa se salvaría de su castigo.

-Hueles demasiado - Dijo su madre aun mirándola, las mejillas de Ciara ardieron con vergüenza, otra vez estaba soñando con lo mismo, pero estaba vez sentía todas las emociones a flor de piel. - Es mejor que te controles si no quieres llamar la atención Ciara Gold.

Asintió con nerviosismo, la vergüenza la inundaba, daba las gracias a que sus dos hermanos fueran betas y que no podían percibir su fuerte aroma.  

El resto del camino decidió que no dormiría de nuevo, mirando por la ventana a lo lejos pudo ver dos faros rojos, ardientes como el fuego, trago saliva al sentir la necesidad de salir corriendo del coche, cerró los ojos con fuerza, y de su bolsa sacó un frasco de una mezcla de acónito y opio vertiendo un poco sobre mano lo acerco a su nariz y aspiro.
Enseguida comenzó a sentir el ardor del acónito quemando en su sistema, era un dolor tolerable y además le ayudaría a mantener los pies sobre la tierra, sintió como su loba lloraba cada vez más bajo, hasta no escucharla y sentirla más, si no quería un castigo por parte de su madre, tendría aguantar ese dolor, volteo a ver por la ventana y esos ojos ya habían desaparecido, pero aún podía sentir ese tirón, que subía desde su estómago y el aroma que inundaba sus fosas nasales era casi insoportable, le hacía sentir necesitada y lo odiaba con cada parte de su ser.  

Cuando llegaron a su nueva casa, Ciara casi no podía enfocarse, ni ponerse de pie sin tropezar, estaba demasiado dañada por el acónito que Cameron tuvo que cargarla para poder sacarla del carro, entró a la casa con su hermana en brazos, quien solo balbuceaba palabras sin sentido y a indicaciones de su madre, la dejo recostada en una habitación oscura y fría, poniendo un candado en la puerta en cuanto salió.  



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DRINK BEFORE THE WAR ⨳ - THOMAS SHELBY αβΩDonde viven las historias. Descúbrelo ahora