"Perdóneme, Padre. He Pecado" (Larry Stylinson)

Capítulo 10

Importante

Para todo aquel que no sepa cómo se contagia el SIDA:

El VIH se contagia a través del semen, la sangre, las secreciones vaginales y la leche materna. Estos son los fluidos corporales que presentan una concentración del virus suficiente como para infectar a una persona.

Por tanto, hay tres vías mediante las cuales el virus del sida sí se contagia:

Vía sexual: mediante el contacto sexual, ya sea vaginal, anal u oral; siendo el anal el que presenta un mayor riesgo por la delicadeza de los tejidos y la facilidad con la que se pueden producir heridas.

Vía sanguínea: se produce al compartir cualquier material que haya estado en contacto con sangre de una persona infectada y que pueda ponerse en contacto posteriormente con la sangre de una persona sana. Puede tratarse de jeringas, agujas, y todo el material que se use para realizar piercings, tatuajes, o en sesiones de acupuntura, y no haya sido esterilizado previamente. El riesgo de transmisión a través de las transfusiones de sangre actualmente es muy bajo, gracias a los grandes controles que se realizan a la sangre donada.

Vía vertical (madre-hijo): cuando la madre es seropositiva se puede producir la transmisión del virus durante el embarazo, el parto y la lactancia.

NO SE CONTAGIA CUANDO: Compartiendo vajilla (vasos, tazas, platos, copas) utensilios de cocina y cubiertos, ropa, o comida. El VIH no se transmite a través de la saliva, ni a través del aire, por lo tanto no hay peligro cuando se convive con personas infectadas, ni siquiera en el caso de compartir objetos, ropa y comida con ellos. Tampoco se corre ningún peligro por abrazar y besar a un enfermo, ni permaneciendo cerca cuando este tose o estornuda.

Espero que esta información les haya sido de ayuda, y hayan entendido bien el tema del SIDA. Igualmente cualquier duda me la preguntan.

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Capítulo 10.

Yo habría tomado un taxi para llegar más rápido, pero Louis no había dicho palabra alguna, sólo se había dedicado a caminar a paso rápido, sus manos en los bolsillos y la mirada hacia adelante. Yo iba a su lado, sin embargo a una distancia prudente para no agobiarlo ni asustarlo. Era obvio que ambos íbamos pensando en lo que había sucedido y en lo que iba a suceder. Louis había roto las reglas y parecía estar dispuesto a romperlas todas. ¿Por mi? ¿O era por él mismo?

El camino al hotel había sido eterno, como si el destino hiciera que el tiempo pasara más lento. Preguntas y nada más que preguntas rondaban en mi mente, y no quería ni imaginar cómo estaría sintiéndose Louis si hasta yo estaba asustado.

La recepcionista nos saludó pero el único que le devolvió la mirada fui yo. Louis seguía con la vista fija en la nada misma, mirando hacia adelante y sin detenerse hasta meterse al ascensor. Ahí dentro seguía callado, ahora viendo hacia el piso. Yo no dije nada, esta vez esperaría que él hablara. No pensaba atormentarlo ni ponerlo nervioso, sólo quería que hiciera lo que sentía, lo que él quería. Ya estábamos en el piso número 6, donde estaban nuestras habitaciones. Louis caminó hasta la suya y cuando pudo abrirla luego de varios intentos con sus manos temblorosas, se metió y dejó la puerta abierta. Me quedé en el pasillo por unos quince segundos, y entonces caminé lento hasta su habitación. Jamás había dudado de algo, no sabía por qué no estaba siendo yo mismo en ese momento. Sentía que la situación de Louis merecía que tomara esto en serio, que lo respetara. Me adentré en la habitación y vi a Louis parado contra la pared del baño, ya se había quitado su abrigo pero parecía como si no se hubiera movido de esa posición en mucho tiempo.