El Cajón del Príncipe

III

3

ONLINE CLASS

Severus Snape y Sirius Black.

—No.

—¡Vamos, amor!

— Te he dicho que no me llames así. — gruño.

— Verus...

— Ni así.

— Sev...

—Así tampoco.

El más alto de los dos dio una patada al suelo en algún raro tipo de berrinche que solo logró que el azabache rodara los ojos exasperado.

—¡No es justo! No me dejas darte ningún apodo bonito, Severus.

— Tampoco me llames así.

Sirius chilló con indignación y Severus logró esconder su sonrisa tras la taza de café que sostenía.

—¡Pero ese es tu nombre!

— Y tu no tienes ningún derecho a usarlo, Black. — sonrió con suficiencia.

El estudiante de medicina dejó a un lado su taza ya vacía mientras abandonaba la cocina, en pocos minutos comenzarán sus clases y debía ir por su laptop si quería entrar a tiempo a la reunión. Sirius le siguió a menos de un metro de distancia refunfuñando incoherencias.

—No es para nada divertido ser tu novio.

El futuro médico detuvo abruptamente sus pasos mientras se giraba con su notable ceño fruncido hacía él chico de cabello largo, Sirius ni tonto ni burro retrocedió dos pasos con precaución.

— No somos novios... — El tono amenazador pasó totalmente desapercibido para el estudiante de leyes.

— Técnicamente, lo somos. — Severus alzó ambas cejas en un gesto de incredulidad. — Llevamos viviendo juntos tres años, eso nos hace una pareja, amor.

Severus apretó ligeramente el puente de su nariz mientras contaba hasta diez, armándose de una increíble paciencia para no lanzarse sobre Sirius Black y poner en práctica cada uno de sus conocimientos quirúrgicos sobre el chico, cabe destacar que sin anestesia alguna. El azabache dio un par de pasos acercándose a la figura del más alto.

— La única razón por la que aún sigo viviendo aquí contigo es porque el departamento es simplemente maravilloso y lo alquilas a un precio ridículo, por alguna razón que aun no termino de entender, y a comparación tuya yo no provengo de una familia que puede botar el dinero así como así. — Con su dedo índice presiona el pecho tonificado del de rulos — Así que si estoy torturándome a seguir a tu lado es únicamente porque debo pagar la universidad, Black.

— Wow. — Sirius se quedó estático en su lugar — ¿Sabes qué significa eso?

—¿Qué? — preguntó con brusquedad.

La característica sonrisa chulesca marca Black apareció en el rostro del futuro abogado y pronto Severus sintió como una mano se aferraba a su cintura empujándola contra el cuerpo de su compañero de apartamento.

— Que puedes aceptar tener una primera cita conmigo, Verus.

Intentó contar hasta diez, nombrar los huesos del cuerpo e incluso pensó en todas las áreas que la medicina abarcaba, ninguna de esas técnicas funcionó para calmar su creciente molestia. Dio un fuerte manotazo en el estómago de Black quien no tardó en soltarlo mientras se quejaba.

Severus dio media vuelta alejándose del otro chico en la habitación y se dejó caer en el sofá de la sala tomando su computadora en el proceso, su clase de Fisiopatología debería haber empezado hace exactamente cinco minutos atrás y Snape maldecía mentalmente al primogénito Black por distraerlo todo ese tiempo. La imagen de su profesor apareció en pantalla, para su suerte este aún se encontraba hablando de trivialidades con sus compañeros de clase así que Severus alcanzó su libro de apuntes, que se encontraba reposando sobre la mesa de centro, para darle una ojeada de último minuto y tener los conocimientos vistos en la clase pasada frescos en su memoria.

— ¿Ese es tu profesor?

Severus maldecía a Dios por haber creado a este insistente espécimen Black, el azabache soltó un suspiro de resignación mientras asentía con un ligero movimiento de cabeza.

— ¿No es muy joven y guapo para ser profesor?

— Lo es.

— No me agrada, algo malo debe tener.

Severus ya completamente harto de Sirius giro sobre el sofá para tomar la solapa de la camisa del ruloso y acercarse amenazadoramente a su rostro, el mayor ni siquiera se inmuto ante la clara amenaza, es más Black aún mantenía su postura chulesca como si hace menos de cinco minutos Snape no lo hubiera golpeado por lo mismo.

— Black estoy tratando de prestar atención. ¿Podrías desaparecer ya?

Sirius pareció pensárselo unos segundo.

— Bien...— Severus podría saltar de felicidad en ese momento. — Pero solo si aceptas salir conmigo.

Toda la felicidad que había acumulado se fue tan rápido como había llegado, Severus comenzaba a odiar su vida y estaba a la nada misma de mandar todo a la porquería e irse a vivir debajo de un puente para no tener que seguir lidiando con Sirius.

Severus soltó otro suspiro de resignación, como comúnmente hacía cuando Sirius estaba en el mismo lugar que él.

— Tu ganas, pulgoso. Ahora lárgate.

Sirius emitió un sonido de felicidad muy similar a un chillido -bastante poco masculino a su parecer- y se alejó apenas unos metros del sofá, cuando Severus iba a volver a acomodarse para prestar atención a su clase sintió unos labios sobre los suyos, apenas fue un toque, sin embargo, el azabache sintió como una corriente eléctrica recorría su espina y una creciente felicidad le invadía su cuerpo, Severus no tenía ni la menor idea de dónde provino y las ganas que tenía de averiguarlo eran nulas.

Cuando se encontró saliendo de su estupor Sirius ya se encontraba bastante lejos para hacer algo al respecto así que simplemente se limitó a gritar en advertencia un "¡Black!" y luego finalmente prestar la debida atención a su computadora.

Cabe destacar que el estudiante de medicina no pudo concentrarse en clases por el resto del día.