Cap. 4🌻

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Los Lee no aceptaron cenar con los Han, por obvias razones prefirieron estar en las habitaciones que les dieron y no bajar a convivir con los Han. Cosa que estos se negaron al principio, pero terminando, accediendo y aún más Lissa que quería "pasar más tiempo con la familia Lee".

Ya cada uno en las respectivas habitaciones, Minho miró por la gran ventana a la manada Han incluso conocido como HanYan era una ciudad demasiada pequeña a comparación de la suya o mejor conocida como Seúl. Ahora que lo pensaba, unirse con los Han no traería nada de bueno.

Suspiro agotado al recordar a la alfa gruñona que les había atendido, él no quería una pareja así, él quería a alguien a quien dominar y marcar. Aunque la marca entre alfas tenía que ser renovada en cada celo.

Eso de los destinados era realmente frustrante.

Minho negó rotundamente, estaba considerando seriamente en tener una omega, así como su madre tanto quería. Él estaba empezando a entender que un omega es demasiado adorable.

Agotado por el día estresante decidió descansar. Rápidamente tomó una ducha y estaba listo para echarse a dormir, miró la hora en su celular 2:37 am. Era madrugada, oficialmente era su cumpleaños y eso le valía una mierda porque no podía ni celebrarlo bien en esa putrefacta manada.

Miro la gran cama que estaba ocupado por San. La omega dormía plácidamente abrazando la polera de su padre, Minho sonrió por lo tierna que la omega llegaba a ser. Sin querer fastidiar a su hermana decidió echarse en el gran sofá cerca a la puerta de la habitación.

Cerró sus ojos tratando de conciliar el sueño, su lobo ronroneo plácidamente al sentir que por fin dormiría. Y el no evito suspirar complacido porque sus ojos pudieron cerrarse listos para descansar.

Pero su paz no duró mucho.

Un golpe seco, similar a una bofetada, le hizo volver a abrir sus ojos de golpe y alerta por el olor agradable que empezó a aparecer.

Su destinada o destinado.

- Te he dicho que no salgas de tu habitación - los susurros para nada discretos llegaron a los oídos del alfa.

Minho gruñó.

- P-Pero tenía hambre - susurro otra vos, demasiado suave.

Minho gruñó al escuchar de nuevo otra bofetada.

- Nadie le importa, tenemos visitas y mi alfa está durmiendo plácidamente y no quiero que sienta tu asqueroso olor así que lárgate Jisung, vete a tu habitación y no me hagas llamar a papá.

Minho quería reír por lo que dijo la alfa arrogante. Jennie sí que era un grano en el trasero. Pero eso no fue lo que le llamo la atención sino el olor y la dulce voz que escuchó.

Su instinto de alfa quería salir y ayudar al omega, estaba seguro que era el omega del que Taeyong habló. Tan solo pensarlo le hacía gruñir de cólera.

Los pasos se oyeron lejanos lo que le daba por concluir que el omega se había ido, porque el olor dulzón y atractivo ya había desaparecido.

Minho espero unos minutos hasta que las luces del pasadizo estén completamente oscuras. Con cuidado abrió la puerta de su habitación y salió para proseguir a cerrarla con cuidado de no despertar a Sana.

El olor se había dispersado, pero aún lo sentía débilmente.

Su alfa ronroneo y se guio por el olor.

Segundos después se hallaba subiendo unas escaleras viejas de madera, pero eso no le importaba.

El olor atractivo era más intenso.

Omega MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora