Minho juraba que jamás había dormido tan cómodamente.
Jisung estaba sobre él, abrazado de su cintura como si dependiera de eso y su cabeza recostaba por su pecho. Sus pelos castaños parecían nido de pájaros por lo despeinado y no podía faltar el hermoso puchero que mostraba.
Jisung se veía en paz y Minho no quería despertarlo, rápidamente vio el reloj a su lado y gruñó. Eran las ocho de la mañana y era domingo así que se calmó rápidamente al recordar que tenía vacaciones por los próximos dos meses.
Cortesía de sus padres, ya que ellos alegaron que Minho debería estar con Jisung y planear su futuro. Obviamente con calma.
Minho sonrió con ternura al ver que Jisung se removía suavemente. Puso toda su atención en su omega. Era tan pequeño y podía jurar que no sobrepasaba el metro sesenta, todo lo contrario a él, exactamente con uno ochenta.
Pero joder, le jodia la cabeza de ternura al ver lo pequeño que era su omega.
- Buenos días Honie - susurro Jisung mientras estiraba sus brazos y piernas.
- Buenos días pequeño - Minho acaricio el cabello despeinado del omega con una sonrisa. - ¿Como te sientes? - preguntó.
Jisung abulto sus mejillas inconscientemente.
- Bien - susurro. - Jamás me había sentido tan feliz.
- ¿Estas feliz?
- Mucho, me siento como en casa.
- Estas en casa, desde ahora todo lo mío se convierte en lo tuyo - Minho dijo con orgullo. - Mi omega.
El alfa tenía una adicción a ocultar su rostro en el cuello de su omega y eso lo había descubierto la noche anterior. Ahora se encargaría de disfrutar los años de su vida con su omega.
- Jisung eres tan pequeño.
El omega se sonrojo y se dejó mimar tranquilamente.
Pasaron unos minutos en un cómodo silencio, en donde un alfa miraba el cuello de Jisung y el omega suspiraba satisfecho de la atención. No necesitaban hablar, estaban adormilados por recién despertar y querían estar un tiempo más en la cama.
- ¿Alfa? - la dulce voz del pequeño irrumpió de manera adorable el cómodo silencio.
- ¿Paso algo? - respondió aún sin salir del cuello en donde se encontraba cómodamente.
- Yo quería pedirte que ¡Oh, Dios mío ¡- el grito del omega desconcertó al alfa. Haciendo que este saltara de la cama asustado. - ¡No puede ser! - nuevamente el grito aturdió a Minho.
- ¿Que pasa Jisung? - trato de detener los movimientos apresurados del omega. - ¿Qué pasa bebé?
El omega solamente buscaba unos zapatos con tanta desesperación que logró asustar al alfa.
- ¿Qué pasa? - el alfa se acercó y lo agarro de sus nerviosas manos. - ¿Que paso? - preguntó asustado.
Jisung se soltó del agarre y empezó a soltar feromonas de desesperación logrando asustar y desconcertar a Minho.
- Es muy tarde y necesito hacer el desayuno ¡No quiero ser castigado por mi nueva manada! Debo ser obediente para que me acepten, necesito bajar - el omega lo había dicho tan rápido que Minho tuvo poco tiempo para asimilar.
Solo una cosa sabía Minho y era que le jodia el alma al ver en qué persona habían convertido a Jisung. Lo habían hecho alguien asustadizo y joder que odiaba a los Han.
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Omega Moon
Science FictionJisung había vívido su vida siendo esclavo de su propia familia lleno de alfas, en la sociedad actual de la manada Han un omega era vergüenza para su familia. Jisung jamás sintió que es el cariño, no puede hacer o decir sin pedir permiso. Él ya habí...