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Nota 11

Luego de que Taehyung se fuera, continué empacando las cosas que todavía estaban en mi habitación. Me había consumido tanto del aroma al invierno, que no me percaté de que el viento helado enfrió mis mejillas haciéndome dar un escalofrío que me recorrió toda la espalda. Estornudé y luego abrí el armario sacando mi ropa y doblándola sobre la cama.

Creía que me demoré treinta minutos haciendo todo eso. Me sentí completamente triste cuando observé las perchas vacías y el lugar lleno de polvo donde Jimin solía guardar sus prendas. Mis ojos se dirigieron a las cajas de zapatos que estaban en el suelo del armario e hice una mueca de angustia mirándolas. Allí se encontraban los recuerdos que él pelinegro y yo había hecho en estos últimos cinco años. El solo hecho de saber que él no se había llevado ninguna de ellas consigo, ni siquiera una fotografía nuestra, me hizo sentir peor de lo que ya estaba. Mi corazón ardía mientras me ponía de cuclillas y sacaba las cajas de allí. Sonreí con nostalgia cuando me encontré con una de ellas, donde estaban todas las cartas que el pianista me había escrito.

Me reí entre mí. ¿Será que también le escribirá cartas a su nueva pareja?

Tan masoquista como siempre, abrí la tapa de la pequeña caja de cartón y me encontré con todos esos sobres amarrados a una gomilla y debajo de estos, los CDs que Jimin también me había obsequiado. Solté otra risa esbozando mis labios en una sonrisa cuando recordé aquella vez que le dije al pelinegro que en vez de dedicarme canciones a través de CDs, podía hacerlo desde un pendrive; él me había respondido que no porque de esa manera le quitaba todo el romanticismo y también él detalle al momento.

Sosteniendo las cartas, decidí leer la primera que me escribió, cuando éramos amigos y no sabíamos nada de nuestros sentimientos. El sobre era hermoso y de color verde, todavía podía olfatear su perfume en él. Saqué las hojas blancas de allí y como la primera vez, me emocioné mirando a los dibujos de dinosaurios en los contornos de los papeles. Solté un suspiro feliz y me tiré al suelo de espalda para poder leer mejor.

15 de septiembre de 1999.


Querido amigo saxofonista:

Hola, Jungkookie. ¿Cómo has estado? Espero que de todo corazón estés bien y que hayas comido saludable en estos días. ¿Sabes? Se siente extraño escribirte una carta cuando te veo todo el tiempo en la universidad y te digo lo mucho que te aprecio. No obstante, me había prometido a mí mismo escribirte esto y entregártelo, pero nunca se me dio el momento hasta que en tu cumpleaños me dijiste que habías visto una película romántica y que deseabas desde lo más profundo de tu corazón que alguien te escribiera una carta. Mientras te escuchaba, dije en mí "Es momento de hacerlo, Jimin". Se suponía que esto que estoy escribiéndote ahora debería haber sido escrito ese día, pero no pude dormir intentando pasar a escrito todo lo que siento por nuestra amistad. Contrariamente a ti, a mí me resulta difícil expresarme de esta manera; sólo puedo hacerlo a través de la música y mirándote a los ojos.

Ridículo, ¿no crees? Se me acaba de pasar algo por la cabeza y me estoy riendo mientras lo pienso, dime Jungkook ¿Cómo crees que se expresaban nuestros amigos los dinosaurios? ¿Crees que con un solo gruñido lograban conquistar a sus enamorados? Me imagino al gigante Pterodáctilos volando en vueltas tratando de llamar la atención de su enamorada.

¿Crees que los humanos deberíamos ser así de expresivos? Como los Pterodáctilos volando en círculos, los T-rex rugiendo, las sirenas cantando, la tierra girando sobre el sol y el infinito más allá. Pienso que todo sería más fácil si pudiéramos expresarnos correctamente, lamento el hecho de que para algunas personas esto nos resulte tan difícil.

Piece • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora