La siguiente estación... [Yuuji Itadori x T/N]

Yo puedo - | - Capitulo 10

Cuanto más se adentraban al edifico más maldiciones pequeñas encontraban, sentías como en cualquier momento tu corazón explotaría de los nervios.

Con la pequeña navaja que Gojo-sensei te dio pudieron abrir una gran puerta que en su perrilla estaba rodeada de cuerdas, que conducía a unas escaleras.

Se adentraron más al lugar y una vez pisaron las escaleras nobara discutió sobre "popularidad" con itadori mandando una patada que le dejó boca abajo en el suelo.

Ella seguramente si es popular entre los chicos -me señaló con un martillo que portaba en su mano izquierda-

Nobara indica que itadori recorrerá el primer piso hacia arriba y nosotras desde arriba hacia abajo. Me pareció correcto así que asentí con la cabeza mientras itadori gruñía no contento con tener que hacer el trabajo solo.

Apenas llegamos al primer piso veo como la silueta de una maldición de por lo menos tres metros se acerca a nobara tomándola del brazo y arrastrándola, parecía ser fuerte lo que me aterrorizó al instante pero no dejaría que mi compañera sea comida por esa asquerosidad.

Tomo aire y corro lo más fuerte que mis piernas me lo permiten y con la pequeña navaja corto uno de sus brazos zafando a nobara de su agarre, aun que rápidamente se regenera pero esta vez nobara saca unos clavos que los rodea un brillo azul, los tira al aire y con el martillo los golpea apuntando a la cabeza de la maldición, yo al verla quedo impresionada por tal poder sorprendente. La maldición pocos segundos después queda tumbada en el suelo.

— Gracias, nos salvaste.

— Yo soy la que debería darte las gracias, si no le cortabas el brazo no hubiera podido mandar esos clavos a si cabeza. Por suerte fue una maldición grado tres, no demasiado fuerte.

¿Grado tres? -la miro confundida mientras exploramos el lugar-

Si, las maldiciones se dividen por categorías -comienza su explicación- las maldiciones grado cuatro son las más débiles, como las que vimos en el piso anterior. Las maldiciones grado especial son las más fuertes, solo los hechiceros de grado especial pueden exorcizarlas, como Gojo -termina de explicar- Me sorprende que no te lo hayan dicho, es lo más básico de la hechicería.

Ahora entiendo mejor, muchas gracias -piensas que dentro de todo tu profesor es bastante despistado-

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Llegan al último piso del edifico donde nobara se pone del todo alerta, ya que siente una presencia maligna provenir desde el maniquí que se encontraba frente a ella.

— ¿Estas ahí cierto? Vamos, Sal de una vez.

Vez como el maniquí empieza a moverse de un lado a otro como retorciéndose hasta que la maldición sale por completo quedándose pegado a la pared. De pronto escuchan sollozos provenientes de un pequeño niño escondido detrás de unas cajas.

— Debió quedarse jugando en el edifico hasta que se perdió, que fastidio.

— No te preocupes Kugisaki-chan, yo misma iré a ayud-

De pronto la maldición toma de la cabeza al niño, tu y nobara se quedan estáticas mirando fijamente como la maldición apretaba la cabeza del niño haciéndola sangrar. Intercambiaron una corta mirada decidiendo que iban hacer.

-Tanto su martillo, clavos y tu navaja caen al suelo- No tenemos armas, daños al niño.

La maldición no era idiota y sabía lo que hacía.

La maldición únicamente se hecha a reír apretando más la cabeza del niño cuando de pronto de la pared sale un puño atravesándolo.

— Oh ¿Falle?

La pared termina de quebrarse por completo y ahí identificó que se trataba de itadori, mi cara no podía ser otra que se confusión ya que sabía que era un chico fuerte, pero no sabía que llegaría hasta el extremo de romper una pared a puñetazos.

En un movimiento rápido corta el brazo de la maldición y toma al niño en brazos preguntando como se encuentra, la maldición no duda ningún segundo y escapa por la ventana.

— DAME SU BRAZO, ¡RÁPIDO!

Itadori lanza al niño hacia a mi para que lo sostenga mientras el corre rápidamente a agarrar el brazo de aquella maldición. Una vez que nobara lo toma usa uno de sus muñecos Voodo para hacer un exorcismo a esa criatura maliciosa que trataba de escapar ya que sabía que no tendría oportunidad.

— ¿Eso es un muñeco voodo?

— Que aterradora.

Veo como la maldición explota por los aires mientras bajo al niño de mis brazos para tomarlo de la mano y acercarme a nobara.

Eso fue genial -expreso mi sorpresa con una sonrisa-

-Ella acomoda su cabello hacia atrás mientras es elogiada por mi y itadori- Ahora que estamos a mano -rie maliciosamente mirando a itadori- tendrás que hacerme un favor.

Ahora que le pasa a esta loca -susurra el pelirosado-

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Una vez fuera del edificio le dije al niño por donde quedaba su casa que yo lo acompañaría, nos guió hacia su hogar y con un gran abrazo se despidió de mi.

Caminábamos por las calles de Tokio, escuchaba los quejidos de hambre que tenia nobara, a decir verdad yo también moría de hambre, no había comida nada en todo el día y se me antojaba lo primero q venga.

— Gojo-sensei... ¿Podríamos pasar por un mercadito? Necesito comer algo, muero de hambre.

Que tal si vamos a comer -dice entre risas- ¿Que les gustaría cenar?

— ¡SUSHI!

— ¡Carne de res!

Estos dos apenas se conocen u no pueden estar ningún segundo sin pelear. Sueltas una pequeña carcajada burlándote de las tonterías de ellos dos, aunque automáticamente se convierte en un suspiro cansado.

Que cansancio... -dices en un murmuro mientras estiras tus brazos en forma de enlongamiento, claramente nobara lo noto-

Somos dos, deberíamos darnos un baño y irnos a dormir -de repente ríe maliciosamente y dirige su mirada a itadori que se encontraba detrás nuestro- Oh!! Casi me olvido las cosas que compré -recuerda nobara- Ey! Itadori! Ve a por mis cosas.

— Eh? ¿Por que yo? ¿No que ya estábamos a Mano?

— Ganamos gracias a mi energía maldita. ¿Algún problema?

Seguían discutiendo por el equipaje de nobara hasta que en la pelea meten a fushiguro, lo cual me dio algo de gracia ya que el profesor Gojo lo molestaba con que quería pelear.

— Que infantil.

— No seas tan dura nobara-Chan, el hace unos días estuvo cara a cara con el mismísimo sukuna.

Nobara se quedó sorprendida por tal suceso contado. De repente escucho como un sonido calma mis oídos, era la risa de itadori, comenzó a reírse de una manera tan linda Justo con el atardecer detrás de el, no pude evitar sonreír, sabia que si lo miraba un poco más podría guardarlo en mis retinas y recordarlo para siempre.