La noche de juegos era traidición en cualquier instituto. Nadie se salvaba. Caminé por el pasto observando todo el panorama. Me imaginé a niños pijos presumiendo su dinero y a niñas fisnas mirando a todos por encima del hombros, con miradas prejuiciosas y juzgando a cualquiera que no fuese de su clase, sin embargo, una vez más estaba equivocada. Había de todo tipo de juegos: torneos de play y Xbox para los Otakus, juegos de mesas tipo ajedrez y damas para aquellos intelectuales que la lógica era su mejor amigo y los típicos juegos para apostar tu dinero. Me sorprendió pero no me disgustó.
El Dj parecía bastante dedicado con su trabajo ya que las canciones que pinchaba eran rítmicas y agradables al escucha.
En cuanto divisé a mis ¿Amigos? Me acerqué a ellos con una sonrisa. Estaba sonriendo mucho últimamente. Solo quería ser amable así que supongo que tenía excusa.
—Kya, el es Dylton—Clara señaló al otro pelirrojo. Tenia el pelo como una fregona y un cartabón por nariz. Clavadito a Dobby, el elfo amigo de Harry Potter.
La evidencia lo confirmaba, el físico no era su punto fuerte y mucha confianza no me inspiraba pero bueno, no le presté mucha atención ya que la intención era integrarme y no juzgar.
—El pertenece a los Rottweilers, así que no lo verás mucho por aquí. Y por cierto le dicen el Rata.
Y casi lo agradezco pero no pude evitar preguntar.
—¿Que quieres decir con Rottweiler?—hice énfasis en la raza de perro que para ser sincera, el apodo le hacía justicia con su cara.
—Pues, que es miembro del otro bando—contestó con simpleza y Dylton prosiguió su explicación al ver mi cara de incomprendida.
—No soy estudiante de los Alpes, soy del colegio adyacente. Vinimos porque siempre que hay noche de juegos nos invitan pero, que no te engañen las formas, no somos amigos.
—¿Hipocresía?
Aún no tenía todo claro.
—En conclusión, que son unos gilipollas pero de todos el Rata es el que mejor no cae—concluyó Aaron dando una explicación concreta y resumida ¡Olé!
—Vale. Pues, encantada Dylton.
—Igualmente, Forbes.
Fruncí el ceño ante su saludo. Realmente no me causaba muy buena espina este tipo, y eso que parecía confiable pero... No sé, llámalo instinto de mujer o sexto sentido. Algo era.
—Me encanta el sexo en la playa—comentó Aaron y todos giramos la cabeza para mirarlo—hablo de la bebida ¿Vale?
Dimos un resoplo de alivio.
—Que tampoco...
—He hecho algo terrible—interrumpió Isaac quien vino alterado y nervioso—he retado a Dante Hoffman a un juego de billar.
Todos parecieron entender excepto yo.
—Terrible. Bin Laden a tu lado se sentiría diminuto—ironicé bebiendo un sorbo de la bebida.
—Tu no lo entiendes, Forbes, pero retar a Dante significa reavivar la rivalidad de los Alpes con Los Rottweiler—me explicó Dylton quien parecía preocupado igual que todos—mejor os dejo—y dicho esto se levantó de la silla y se fue.
—¿Por que lo hiciste Isaac? Nos costó prácticamente la vida de Aaron acabar esta rivalidad.
Clara solo se ponía las manos en la cabeza pensando en la situación.
—No lo sé. Dante empezó a burlarse de la decoración y de las chicas y yo estaba cerca. Lo confronté y pues... Se me salio la sangre caliente y lo reté.
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Afterlife
Teen Fiction¿Qué tan tangible puede llegar a ser el dolor? "De tanto perder aprendí a ganar, de tanto llorar ya ni siquiera duele. Conozco tan bien el piso, que ya solo miro al cielo, toque tantas veces ese fondo que una vez que vuelva a caer se que volveré a s...