Capitulo 5

28 8 11
                                    

La biblioteca cada vez se me hacía pequeña. No era claustrofobica ni ninguna tontería de esas, pero la idea de pasar la noche allí y que amaneciera y no poder tomarme la medicina a tiempo me ponía de los nervios. 

Zev me miraba muy tranquilo, demasiado diría yo.

—Alguien nos tiene que sacar ¿no?—me puse las manos en la cintura dando vueltas por toda la biblioteca. 

Me giré y observé a Zev con un libro en la mano, leyéndolo o eso parecía.

—"La crueldad muy lejos de ser un crimen es el primer sentimiento que imprime en nosotros la naturaleza; el niño rompe su sonajero, muerde la teta de su nodriza, estrangula a su pájaro, bastante antes de tener la edad de razonar"

La había leído perfecto, tanto que al pronunciar las eses se le salía un acento español bien marcado.

—El marqués de sade—rodeé los ojos—como no.

El frunció el ceño.

—¿Qué dices?

—Es bastante raro que alguien como tú lea el marqués de Sade. 

Ahora se confundió más todavía.

—¿Por? 

—Tu forma de ser, y las perturbaciones del marqués de Sade son bastante incompatibles. Es un hombre demasiado sádico

—A mi me gusta.

—Fue acusado de rapto, violencia sexual y actos de barbarie contra jóvenes...

—Entonces no somos tan diferentes—me interrumpió. Por un momento creí que se había molestado pero Vi que se echó a reír y solté un suspiro de alivio inmenso.

—Yo soy más de Madame Bovary. Me encanta la figura de Emma Bovary convertida en un personaje arquetípica de la literatura y el cine, además que aún continua vigente como símbolo de la insatisfacción de la clase media y de la mujer inconformista que no se resigna a llevar una existencia rutinaria y monótona dentro de los límites impuestos por una sociedad patriarcal...

—Bla, bla, bla que machista es esta sociedad—se burló—Emma Bovary cometió errores, y creen que justificando su insatisfacción va a convertirla en menos promiscua. 

Ahogué una risa.

—Es lógico y predecible que después de lo insatisfecha que quedaba con su marido, fuera en busca de emociones a otra parte. 

—Cada cual expresa el amor a su manera—opinó sin mostrar mucho interés.

—¿Haciendo infeliz a tu pareja?—casi me eché a reir—vaya forma de demostrar el amor, no lo entiendo ni yo.

—El amor no necesita ser entendido, solo necesita ser demostrado. Paulo Coelho.

¿Batallita de citas célebres? Esto no podía ir a peor o a mejor, quien sabe.

—Yo le duro lo que usted me cuide, yo le hablo como usted me trate y le creo lo que usted me demuestre. Frida Kahlo—dije un poco más alto de lo que pretendía. 

El me ofreció una sonrisa maliciosa.

—Una mentira es suficiente para poner en duda todas las verdades. Outlook. 

Solté un largo suspiro, observándolo. 

—¿Por qué eres así?—le pregunté de repente. 

—¿Así como?

—Callado. Te muestras demasiado inclinado a no manifestar tus pensamientos o sentimientos y es... confuso.

—Ya lo sabes—contestó con simpleza. Había dejado el libro a un lado y se paró justo en frente de mi.

AfterlifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora