When Pigs Fly

Capítulo 1:El amanecer del arco

Albus dumbledore estaba sentado en su oficina, perdido en sus pensamientos, como hace la mayoría de los directores renombrados. En su estado de cansancio, se inclinó sobre su escritorio, abrió un pequeño frasco y sacó una gota de limón, metiéndosela en la boca. Era cerca de medianoche. Casi todos estarían dormidos en este momento, aparte del profesor al azar ocupado calificando trabajos en la noche.

Suspiró alrededor del dulce en su boca, y estaba a punto de levantarse y dejarlo por la noche cuando lo sintió. Instantáneamente miró hacia fuera, con todos los sentidos en alerta, luego miró hacia su escritorio cuando todo a su alrededor comenzó a cambiar. Hubo un cambio en la energía mágica a su alrededor, con suficiente efecto en el plano físico que hizo temblar su escritorio, moviendo baratijas de izquierda a derecha y dejando los retratos de los antiguos directores inclinándose de un lado a otro, los profesores pintados maldiciendo y gritando. asustados después de unos segundos todo se estabilizó, pero Albus no podía ignorar el cambio en la atmósfera mágica que había sentido. Necesitaba saber la causa.

Mientras reflexionaba sobre la explosión mágica que acababa de ocurrir, fuera de su oficina, otro murmuró la contraseña, frenético y sin aliento, y entró.

Albus miró al invitado.
"Minerva. Que bien que hayas venido, supongo que estás aquí para discutir lo mismo que sentí".

Minerva McGonagall estaba de pie junto a la entrada de la oficina, la estoica profesora hecha un desastre, con el cabello normalmente peinado sobresaliendo de su apretado moño. Respiraba profundamente, como si ubiera corrido todo el camino."¿Tú también lo sentiste, Albus?"

Ante el asentimiento de Albus, ella continuó. "Debemos-"

"Por favor, toma asiento Minerva. No sirve de nada quedarse cerca de la puerta", interrumpió albus, señalando las sillas frente a su escritorio. Minerva hizo una pausa, pero lentamente se encontró moviéndose hacia la silla más cercana y tomó asiento.

"Debemos encontrar la fuente de esto lo más rápido posible", comenzó una vez más, repitiendo sus pensamientos anteriores. "Ambos somos conscientes de lo difícil que es afectar la energía mágica en el aire. Solo ocurre-"

"Cuando ha sucedido algo que afecta el tiempo o el espacio, tienes razón, Minerva". Minerva, molesta por la segunda interrupción, apretó los labios mientras Albus le sonreía inocentemente, pero su expresión se volvió sería comenzó a hablar de nuevo, en voz baja. "Tu y yo somos conscientes de lo terribles qué pueden ser los efectos en el presente si no se repara la perturbación. "

Minerva apretó la mandíbula, asintiendo con determinación mientras se enderezaba, "¿supongo que debería alertar al resto de la facultad? ¿Pedirles que estén atentos?"

"No", respondió Albus. Ante la mirada inquisitiva de Minerva, explico "Los que están despiertos actualmente estarán alerta y buscando la fuente. Eso debería ser suficiente. A lo demás podemos informales una vez que descubramos cuál es el problema. No es necesario causar pánico tan repentinamente". Albus le indico a Minerva qué saliera de su oficina, despidiéndola con firmeza. "Sabes lo que debes hacer".

"Personalmente, creo que es lo suficientemente importante como para informales a todos sobre esto", murmuró Minerva mientras se levantaba y salía de la oficina mientras se alisaba el cabello y lo presionaba en su moño. Albus la vio salir.

"Y es precisamente por eso que deseo dejarlos en la ignorancia por un poco más de tiempo", confío Albus en voz baja, la habitación congelada y vacía a su alrededor.

Una semana más tarde, Serverus se encontraba en el Gran Comedor, terminando su pequeña cena mientras otros Slytherins lo ignoraban, los espacios a su alrededor estaban vacíos. Raspó su plato y después de debatir si tomar más comida o no, decidió no hacerlo, parándose y dirigiéndose hacia las puertas, listo para dirigirse a las mazmorras para pasar la noche. Sin embargo, se detuvo en seco cuando escucho una voz familiar e inconfundible qué lo llamaba por su nombre.