Capítulo 09 | Distraer

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Capítulo 09 | Distraer.

Gema.

Feliz como todos los días me encamino al encuentro de mi novio, es una gran pena que él y yo estemos en salones separados, pero no es impedimento para detener nuestro noviazgo. Cruzo el pasillo que lleva a la cafetería en dirección del que da a los salones, Esteban tiene ese hábito de quedarse más tiempo en su salón aclarando dudas sobre cualquier clase que le hayan dado.

Lo conocí gracias el profesor de álgebra, él quiso asignarme un tutor gracias a mi inoperancia con respecto a los números. Quizás y no sea el jugador de fútbol de algunas historias que he leído, pero me bastó con que me prestara la suficiente atención y fuese paciente conmigo para colarme por él. En verdad agradecía haberme flechado con él y no con un arrogante, como, por ejemplo, el tipo que persigue a Ayra.

He pasado la gran parte de mi vida leyendo novelas románticas deseando el día en que el protagonista de mi historia llegara, y así pasó. Esteban es el chico más tierno e inteligente que he conocido en mis diecisiete años de vida.

Tal era mi felicidad, que tarareo una canción especial para mí, esa que él me dedicó el día en que me pidió que fuera su novia, desde ese momento se convirtió en mi canción favorita. Con mi mano izquierda recorro la pared mientras camino.

Al llegar a estar frente al salón de mi novio sonrío al oír voces, entre ellas, la de él, de seguro está conversando con algún profesor. Aún con mi sonrisa impecable abro la puerta y allí es cuando cualquier apiste de felicidad se esfuma de golpe. Siento como toman mi corazón y lo exprimen sacándole la sangre de allí. Mis ojos se nublan con lágrimas amenazando por salir.

-¿Es-Esteban? - La voz me tiembla y no puedo evitar que un sollozo salga de mi garganta.

Mi novio rápidamente suelta la cintura de aquella chica, no me interesa quién diablos sea, porque no la conozco y no deseo hacerlo, mi decepción la dirijo sólo a él.

Al chico que yo pensaba, era el indicado, el caballero salido de un cuento de hadas con el único propósito de hacerme feliz.

Vaya tonta que soy.

-Gema, déjame explicarte. - Ruedo los ojos.

«¿Por qué todas las personas que han sido capturadas siendo infieles dicen lo mismo?»

-¿Qué vas a explicarme, Esteban? Está más que claro, yo lo veo muy bien. Me duele y mucho, pero esa es tu decisión y no voy a rogarte porque no he hecho nada malo para que me engañes. Gracias por los lindos momentos, los atesoraré como un buen recuerdo. Pero debes saber que cualquier lazo que nos unía se acaba de romper aquí. - Retiro violentamente con la manga de mi sudadera, una lágrima que deseaba liberarse de mis ojos.

-No, Gema, yo - Alzo mi mano para callarlo, doy media vuelta y allí observo a Harold parado frente a mí, con las cejas alzadas mirando la misma escena de hace un momento. Esteban se encuentra descubierto del torso con varios besos con lápiz labial en aquella zona. Fija la mirada en mí, sus ojos demostraron la lástima que siente por mí, y eso me llena de coraje.

-No necesito de tu lástima, Harold. - Lo hago a un lado y con paso veloz huyo de él, quien grita mi nombre viniendo tras de mí.

Llego a los baños de chicas y decido meterme ahí, a él no se le ocurrirá meterse por los regímenes de nuestra escuela. Antes de cualquier cosa, apoyo mis manos en el lavamanos, fijo mis ojos en el reflejo que el espejo me brinda. La chica frente a mí tiene los ojos hinchados y las lágrimas aún salen brotando de sus ojos sin intención de parar.

Escucho pasos acercarse al lugar y asustada me meto en el cubículo de en medio, me siento en la tapa del baño alzando mis piernas para luego abrazarlas pasando mis manos por debajo de las rodillas.

Novia falsa [F. #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora