MI ECLIPSE - WangXian

Capítulo 10. Lobo negro

Wei Wuxian había pasado los días muy ocupado desde la llegada de los mimados Príncipes de Qishan, estaba muy contento de que Madam Yu le diera un trabajo para evitar que hiciera algo que los avergonzara como siempre le dice, aunque no le gusta coordinar eventos, le dieron el trabajo de la cena de despedida de los Príncipes, su sufrimiento estaba a punto de terminar.

El omega, aunque muy ocupado, también intentaba evitar los acercamientos del Segundo Príncipe, parecía como si ver como él le rompía el brazo le afectara al cerebro por alguna razón. Realmente recordar las túnicas, los zapatos, las joyas y las flores que fueron enviadas a su habitación por el alfa, le causó un gran dolor de cabeza, le enfadó mucho y le pareció muy desagradable por parte de Wen Chao, porque a ese alfa no le importa nada más que satisfacerse sexualmente. Para él, las miradas de deseo que ese miserable alfa tenía hacia él, no lo tenían desapercibido.

Otra cosa que le está por agotar la poca paciencia que tiene es por el mismo Segundo Príncipe Chao, este estaba haciendo comentarios desagradables a la Heredera de Yunmeng, Wei Ying sabe que su hermana sabe defenderse, no en vano él le enseñó a hacerlo, sin embargo, le molestaba que aun fuese muy respetuosa con el alfa, su hermana era tan buena con los idiotas como él.

El beta de cabello negro ya se encontraba en el Gran Salón del Muelle del Loto, revisando que todo estuviera en orden para la cena de despedida, todos los empleados estaban vestidos muy elegantes para la ocasión, Wei Wuxian encontraba estos eventos muy ridículos, Para él es mejor un plato de comida picante y un buen vino para ser feliz cuando lo despedían, no está comida abundante que al final ninguno de los alfas comerá en lo absoluto, rodó los ojos molesto, teniendo todo listo, se dispone a caminar a su habitación, el resto ya estaba a cargo de los líderes de la secta.

Wei Wuxian saluda o se queda a hablar un rato con los que se encuentra en el camino a la residencia de los herederos, aunque solo era un sirviente, dormía allí porque cuida de Jiang Cheng y Jiang Yan-Li, además estos dos convencieron al líder de la secta de quedarse allí y para él era mucho mejor. Wei Ying aún no ha cruzado la entrada del lugar cuando intuye que algo no va del todo bien, no hay ningún guardia en las puertas, y no se trata del cambio de turno, ya que esto ocurre más tarde. Se dirige ahi caminando rápidamente, llegando a observar nada fuera de lo normal, a punto de bajar la guardia cuando un intenso olor a loto llega hasta él, su cuerpo permanece tenso, con los puños cerrados se dirige hacia donde el olor es más predominante.

Al abrir la puerta de la habitación estaba Jiang Cheng siendo acorralado por un alfa, sin esperar más, Wei wuxian patea al alfa lanzándolo contra un mueble, el beta se para frente al omega, sintió como le hervía la sangre en todo el cuerpo, gruñéndole al alfa cuando se levanta y voltea a verlos con sus ojos negros, la habitación olía a omega asustado y a la excitación del alfa.

-¡Maldita escoria, a ese omega lo haré mío, quítate!

- Adelante, intenta acercarte a Wen Chao y no dudaré en matarte.

- Tú, un simple beta, no serás capaz de detenerme, ¡así que lárgate!

Wen Chao se abalanza hacia los dos, pero en ningún momento logra tocarlos, en su lugar se escuchan algunos huesos romperse, wei ying se había transformado bastante rápido, recibiendo el ataque de Wen Chao, el lobo negro logra esquivar el impacto y rápidamente devuelve el ataque, todo sucedió muy rápido, el sonido de las armaduras los podrían escuchar,  bien podrían ser los guardias reales o los guardias del muelle, pero no le importaba quien viniera, solo le importaba proteger a Jiang Cheng, el segundo ataque del alfa llegó, y el joven hombre atacó aún más fuerte, el olor a sangre se podía sentir en el lugar.

Cuando llegaron los líderes de la secta y el príncipe Wen Xu, no esperaban ver que las cosas llegaran a ese grado, un lobo negro ya tenía en su hocico el brazo de Wen Chao, mientras el otro se retorcía en el suelo, la sangre no paraba de salir y se escuchaban los gruñidos amenazantes del lobo negro hacia los recién llegados