El Gremio

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El «Panteón» por dentro era un espacio muy amplio, contaba con distintos mostradores en los cuales varios empleados uniformados con un chaleco y pantalón negro, camisa blanca y corbatas grises, ellos atendían a distintos aventureros.
Había una gran cantidad de aventureros dentro, tal vez por alguna consulta sobre la mazmorra, muchos otros para hacer un cambio de sus piedras mágicas por «Varis», la moneda principal en circulación, incluso había ciertos otros que estaban peleando con unos empleados.

Bell se acerco a un mostrador vacío, donde una chica elfo de cabello plateado estaba esperando.

—Buenos días, ¿En qué podemos servirle el día de hoy?, mi nombre es Sophie y estoy para servirle.
—Buenos días, me gustaría inscribirme como aventurero.
—Muy bien, primero que nada necesito saber si usted cuenta con un contrato con alguna familia y necesito que llené este formulario —dijo la elfa sacando un pergamino de debajo del escritorio.
—Sobre un contrato, actualmente no tengo una familia, pero si tengo una Falna.
—Oh, supongo que no habrá ningún problema si es qué pasó la revisión de «Ganesha Familia». ¿Qué deidad es la que le dio su «Ichor»?
—Sobre eso, creo que será mejor si lee esta carta.

Sophie entonces recibió la carta que leyó Shakti un poco más temprano ese mismo día, y hasta ahora la expresión calmada y serena de profesionalismo que había demostrado se fue quebrando con cada momento que leía esa carta.

—¡Aaaaahhhhhh, ahhhh! —gritó entonces la elfa, llamando la atención de todos los presentes—. ¿¡Cómo es posible!?, ¡Jefe Rehmer!

La elfa se paró entonces y fue corriendo hacia un pasillo detrás de los mostradores.

—¡Sophie! ¿Qué demonios estas haciendo?
Un hombre perro o mejor dicho, un Chienthrope, con pelo castaño, ojos cafés y unos anteojos sobre ellos regañó a la elfa que salió gritando.
—¡Pero jefe Rehmer, debe ver esto! —dijo mientras agitaba la carta frente a él.

El jefe de personal del gremio, Rehmer tomó entonces la carta de su agitada subordinada, la expresión del hombre también se miró agitada por un momento pero, logró mantener la compostura, demostrando la experiencia y profesionalidad que arrastraba.
Terminó de leer la misiva y entonces se dirigió a Bell, quien seguía en el mostrador sin saber cómo reaccionar, todos los presentes dirigían sus miradas hacia el aventurero que había logrado esa conmoción.

—Joven Cranel, le debo una disculpa en nombre de mi subordinada por ponerlo en esta situación —Dijo mientras se inclinaba—, si es tan amable igual me gustaría que me acompañara a un lugar más privado, sígame por favor.
—Está bien, acepto si oferta.

El Chienthrope, acompañado por la elfa en shock, guió a Bell hasta una sala  pequeña, era apenas lo suficientemente grande para 4 personas y tenía una mesita en medio.

—No te preocupes, estas salas están insonorizadas, todo lo que se diga aquí no podrá ser escuchado fuera, ni siquiera con los sentidos mejorados de los aventureros.
—Oh, no se preocupe, en realidad, esperaba un poco una reacción exagerada, me lo habían advertido ya de antelación el qué tal vez podía provocar alguna conmoción.
—Entonces imagino que lo que dice la carta es cierto, ¿es acaso usted hijo de Zeus? —preguntó Rehmer.
—Más bien lo considero mi abuelo pero, si se refiere a que si recibí su bendición, así es. Recibí el «Ichor» del abuelo y fui parte de sus «Hijos», actualmente dejó mi estado abierto para empezar con una nueva deidad.
—¿Entonces busca ser un aventurero? Si soy sincero, actualmente vivimos en tiempos difíciles y nos vendría de maravilla más ayuda, más si es un aventurero que pudo entrenar con los mismísimos «Silence» y «Gluttony», héroes que apoyaron en las 3 grandes misiones. —Asintió Rehmer, como si confirmara ese hecho—, si quiere encontrar una familia poderosa, podemos intentar ponerlo en contacto con «Loki Familia» o «Freya Familia», las actuales dos familias poderosas de Orario.
—Lo siento, tendré que rechazar esa invitación —declaró Bell, sorprendiendo a Rehmer y Sophie.
—¿Podría preguntar por qué?
—Si soy sincero, es más que nada por razones personales. Prometí a mi familia que no tendría nada que ver con Loki y alguien grabó a fuego en mi memoria que nunca debería acercarme a Freya, por nada del mundo —dijo Bell, temblando inconscientemente al recordar a Alfia obligándolo a nunca conocer a la diosa de la belleza.
—Muy bien, respetaremos sus deseos, señor Cranel. —Asintió Rehmer—, habrá de seguro muchas familias que deseen hacer un trato con usted, un descendiente de Zeus será muy codiciado, me temo que sería demasiado codiciado. ¿Tiene entonces usted alguna deidad con quien quiera hacer un contrato?
—Así es señor Rehmer. Si deja sincerarme de nuevo, hace unos años una diosa fue a visitar a mi abuelo, allá donde vivíamos. Al parecer fueron algún tipo de amigos en el cielo y fue a decirle al abuelo que por fin había decidido bajar y comenzar una propia familia, era una diosa que dejó gran impresión en mi, pareciese que tenía muy a raya al abuelo, era sumamente tranquila y serena. Me conoció en ese entonces y dijo que podría recibirme de brazos abiertos si quisiera unirme ella.
»Además de que mi mamá Alfia dijo que si podría estar a salvo con una diosa, seguro era con ella. El abuelo estuvo de acuerdo con ella y, eso era muy raro que ver. Esa diosa después me enteré que cosechó muchos éxitos desde su llegada a Orario hace 8 años, comenzó como una familia de 2 y, poco a poco llegó hasta que su nombre llegó incluso a una aldea tan remota, como era en la cual vivía. Ella de seguro me aceptaría pero, tengo entendido que los miembros de su familia son muy estrictos en cuanto dejar que las personas vean a su diosa patrona.
—Oh, ¿se refiere usted a la «Vesta Familia»? —Preguntó Rehmer—, con las características que acaba de darme, es la única familia que se me viene a la mente.
—¡Exactamente!, la diosa Vesta fue quien visitó mi casa, hace muchos años.
—¡No! —gritó de repente la hasta ahora callada Sophie, sorprendiendo a los dos hombres—, ¡La diosa Vesta es sumamente pura! Un hombre que viene de la misma familia que el Dios Zeus, ¡No debe tener buenas intenciones!
—¿¡Sophie!?, ¿Estás acusando a un aventurero? ¿¡Dónde quedó tu profesionalidad!?

Una Sophie sonrojada se calló entonces y volvió a sentarse. Avergonzada por su comportamiento, con esto ya iban dos veces que fallaba como respetable empleada del gremio.

—Lo siento mucho, me dejé llevar, la diosa Vesta es una deidad muy importante para nosotras las mujeres, es una de las 3 grandes diosas castas, es un ejemplo de todas aquellas mujeres de que no necesitan a un hombre para poder triunfar, es símbolo de empoderamiento y nos da fuerzas —Confesó, si aún sonrojada, totalmente seria.

—Vaya, no tenía la menor idea de que vieran así a la diosa —declaró Rehmer sorprendido—, ahora entiendo por que es tan popular. No es tan solo por que sean poderosos, sino que es un símbolo.
—¡Así es, jefe Rehmer!, la diosa Vesta es un símbolo para todas nosotras, además que «Las Vestales» son igualmente figuras de admiración. Todas ellas son increíbles aventureras, fuertes, hermosas y además de que son independientes.
Los ojos de Sophie brillaban al declarar eso, era totalmente admiración por la diosa y sus dependientas.
Así que la diosa pudo crecer hasta este punto, tenía razón al sentirme tan impresionado con ella de Niño. Es una diosa increíble.
—No se preocupe señorita Sophie, le puedo asegurar que no tengo tal intención mundana para querer unirme a la familia de la diosa Vesta —Prometió Bell—, la verdad yo también quede impresionado con ella cuando la conocí.
»Es cierto que el abuelo es un gigoló empedernido y que coquetea fácilmente con todas las mujeres, sin importar que peligroso era.
Como todas esas veces que intentaba espiar a mamá Alfia, a pesar de todas las veces que lo mandó a volar.
—Por eso ella dejó impresión en mi, en todos los años que pase con el abuelo, la Diosa Vesta ha sido la única mujer con quien el abuelo no intentó hacer ningún movimiento con ella. Mamá Alfia después me contó que de su diosa, Hera, aprendió que cuando aún estaban en el cielo, la diosa Vesta puso en rodillas al abuelo y que hizo prometer que nunca la coquetearía de nuevo.

Los ojos de Sophie se iluminaron aún más por aprender un nuevo dato de la diosa que tanto admiraba.

—¡Cómo se esperaba de la diosa inmaculada!, ni el mismísimo Zeus pudo contra ella.
—Ejem, ejem —Interrumpió Rehmer—, disculpe señor Cranel, creo que nos desviamos un poco del tema.
—Disculpe señor Rehmer, es entendible que la señorita Sophie sienta tal admiración. Pero regresando al tema, me gustaría reafirmar que desearía pertenecer a la «Vesta Familia».
—Muy bien, usted será libre de buscar la aprobación de los miembros de esa familia, lamento no poderle ofrecer la misma ayuda que con Freya y Loki, como pudo escuchar, es un poco difícil ponerse tan en contacto con la «Vesta Familia», ahora entiendo el por que.
—No se preocupe señor Rehmer, recibir ayuda de alguien más temprano y prometió ayudarme en ponerme en contacto con ella.
—Muy bien —Asintió Rehmer—, ahora entonces me gustaría tocar otros temas con usted.
—Entendido, ¿qué temas desea tratar?
—Como dije anteriormente, creo que si se sabe de su verdadera identidad, pueda causar una conmoción muy grande que pueda llegar a dañar a la misma ciudad—declaró sinceramente el Chienthrope—, como miembro de quienes buscan el orden en Orario, eso me preocupa demasiado.
—Si, puedo entenderlo. Al parecer las familias del abuelo y de Hera, no eran tan queridas.
—Así es, no es por hablar mal de ellos, pero, durante sus años de reinado destrozaron a muchísimas familias y siguen guardando el rencor e intenten desquitarse con usted.
Otro motivo es que, la codicia de algunas familias por obtener poder, pueda suscitar a conflictos entre ellos y así llegar a afectar a la ciudad —Dijo Rehmer como si recordase un evento pasado—, por lo cual le recomendaría que no dijese su identidad o al menos su pasado.
—Si, Justo yo pensé lo mismo, que la
Mejor idea sería ocultar mi origen.
—Agradezco que entienda entonces señor Cranel. —Espetó Rehmer—, con toda la información que has brindado, quiero que sepas que de ahora en adelante el gremio te reconoce como aventurero. Yo llenaré el formato por ti, puede retirarse entonces para buscar su nueva familia y así, terminar de una vez por todas, su formulario de aventurero.

Ambos hombres se pararon y estrecharon las manos, por fin Bell era reconocido un aventurero, estaba un paso más cerca para cumplir su meta.
Justo cuando Bell planteaba salir de la sala:

—¡Espere señor Cranel! —declaró Sophie—, falta un dato muy importante. ¿Cuál es su nivel de aventurero?

Ahora fue Rehmer quien se avergonzó por olvidar un detalle tan importante.

—Tiene razón señorita Sophie, nunca les dije mi nivel. Actualmente el nivel con el que cuento es....

El hada de la biblioteca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora