A veces es difícil imaginar a un asesino hacer actividades comunes como lavar la ropa y mucho más haciéndolo a mano. Es tan difícil imaginar a una persona tan cruel capaz de asesinar a alguien con unos guantes rosa de su madre lavando como si fuera una mujer en el siglo pasado.
Dream iba con su canasta hasta la lavandería tratando de lucir lo más normal como siempre ante sus padres que no tenían idea de su verdadero rostro.
Lavaba y restregaba las manchas de sangre que parecían imposibles de salir por más fuerza que hiciera hasta que alguien lo sorprende en el acto.
—¿Qué haces? ¿Por qué no usas la lavadora? —le preguntó su madre.
—Ya lo he intentado. Le ha caído vino y no sale.
—¿Y toda esa ropa? —señala la canasta con su ropa con varias manchas de sangre aún—. ¿También le cayó vino?
Dream esconde la canasta con su cuerpo cuando ve a su madre con intención de ver la ropa.
—Primero estoy lavando la ropa de color. Ya lavaré eso luego.
Eso es suficiente para dejar la consciencia de su madre tranquila y que se pueda retirar a hacer sus cosas. Dream suspira aliviado al estar nuevamente solo.
...
—
¿No se te ha ocurrido alguna vez meterte en la escena del crimen en vez de solo ver todo por fuera? —le dice Quackity—. Lograrías saber algo más de lo que ocultan los medios y estar más cerca del asesino.
—Es obvio que lo he pensado, solo que es más difícil hacerlo que decirlo. No soy policía, ni forense, ni algo parecido. Para el mundo soy solo un programador. No tengo una identificación que mostrar donde diga que soy cazarecompensa y me dejen pasar como si de un forense se tratara.
—Siempre se puede hacer de una forma ilícita.
—¿A qué te refieres?
Quackity soltó una risa malvada como si fuera un villano que veía su plan funcionar.
—Tenemos un lugar a donde ir.
Mientras Quackity conducía, George se encargaba de hacer un perfil del asesino según lo que sabía y las imágenes que había logrado observar.
Comenzó con lo obvio, una persona habitante de Florida, exactamente en Orlando, ya que todos los asesinatos habían sucedido ahí.
La segunda observación es que era una persona que medía entre 1.80 a 1.90 aproximadamente. Las marcas en los cuellos demostraban que la persona que los había torturado tenía manos grandes, lo más probable de un hombre teniendo en cuenta la altura.
Seguía siendo un perfil muy vago teniendo en cuenta que la mayor parte de la población entraba en esas características, pero eso no quitaba que estaban más cerca.
—Ya llegamos.
—¿Un centro comercial? ¿Qué vamos a hacer aquí?
—Ya lo verás.
Quackity no dejaba de sonreír como si estuviera a punto de mostrarle su travesura.
Subieron hasta la segunda planta del centro comercial. Quackity miraba su teléfono y luego a su alrededor aparentemente buscando una tienda en específico. Hasta que se quedó quieto frente una tienda. Quackity volteó a ver a George con una sonrisa.
—No —dijo George asustado.
—Sí.
—¡Ni lo pienses! ¡Me voy!
—¡George, ven para acá!
Quackity lo tomó del brazo y lo arrastró hasta la tienda.
George tenía las mejillas rojas imaginando el plan de Quackity. Era absurdo y muy tonto. Miraba todos esos objetos obscenos de distintos tamaños, colores e incluso formas, distintos trajes hipersexualizados y no iba a usar ninguno de esos aunque lo amenazaran.
—Disculpe —Quackity pregunta al hombre del mostrador—, no tendrá un cosplay de policía para mi novio.
—¿¡Novio!? —gritó George.
—Cállate.
El hombre miró a George de arriba abajo para buscar uno de su talla y luego se fue detrás de la tienda para buscarlo. Se lo entregó a George que casi lo hace caer al suelo.
—No voy a usar eso. Ni siquiera se parece a uno de verdad.
—George, es para una buena causa. Nadie se va a dar cuenta que lo compraste en una sex shop.
—¿Por qué no lo usas tú?
—Mi trabajo es llevarte de un lugar a otro y nada más. Vamos, George. Ya estamos muy cerca para tirar todo a la basura.
George se metió al vestidor de mala gana, sacándole antes el dedo medio a Quackity.
—Si no lo encontramos voy a matarte, y no es broma.
Después de unos minutos George salió del vestidor. Quackity no pudo aguantar soltar una larga carcajada, pero George estaba demasiado ocupado viendo a la persona que estaba frente suyo, era Dream. ¿Qué estaba haciendo él ahí?
Dream volteó a verlo y lo saludó con la mano antes de acercarse. George se metió nuevamente al vestidor. Quackity confundido, se dio la vuelta encontrándose cara a cara con Dream.
—Tú debes ser el amigo de George, ¿no? —le preguntó Dream amablemente.
Quackity lo vio con mala cara.
—¿Y George?
Quackity bajó su mirada hacia las muñecas de Dream dándose cuenta que se estaba intentando quitar unas esposas. Ese tipo era muy estúpido para terminar en esa situación.
—Aquí estoy —dijo George sin salir del vestidor.
—¿Me ayudas? Quería ver si me quedaban, pero ahora no puedo ponerle la llave.
George salió del vestidor con su ropa normal y le ayudó a quitarse las esposas.
—Ya está.
—Gracias. Ya me estaba desesperando y el tipo de allá —señala al dueño de la tienda— ya me estaba mirando con mala cara. A todo esto, ¿qué haces aquí?
—Pues... le estaba acompañando a mi amigo a que se compre unas cosas, ¿no? —dijo George codeándolo a Quackity.
—¿Disculpa? Hemos venido por ti.
—Es un poco penoso. No le hagas caso. ¿Y tú qué haces aquí?
—Solo buscaba esposas bonitas. Tengo unas, pero me lastiman un poco.
—Te dije que era raro —susurró Quackity y George le pisó el pie para que se callara.
—Pues espero que las encuentres, pero nosotros ya tenemos que irnos. Adiós.
George y Quackity salieron de la tienda rápidamente. Dream vio que había olvidado el traje de policía, por lo que fue a pagarlo. Cuando quiso entregárselo, George ya no estaba.
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Matar o Morir [Dreamnotfound]
FanfictionLas noticias hablan sobre un nuevo asesino en serie. Nadie sabe su nombre ni como luce, lo único que saben es que vive en Florida. Tras varios asesinatos se pide un gran precio por su cabeza y muchos empiezan su búsqueda. George, un cazarrecompensa...