05

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Dream observa el traje sintiendo curiosidad por la razón que George iba a comprar eso. Le marca rápidamente antes de salir del centro comercial.

—George, me alegra que respondas rápido.

—Hola, Clay. ¿Qué pasa?

—Creo que tengo algo tuyo. ¿Te gustaría pasar por mi casa más tarde para que te lo devuelva?

—Eeeh... —George revisa su agenda buscando una hora libre—. ¿Qué tal mañana por la tarde?

—Va. Creo que estoy libre. Nos vemos.

Cuelga la llamada y revisa su calendario en su teléfono.

—Mañana por la tarde... —murmura para sus adentros— Mañana será un día muy agitado.

...

—¿Mañana? —le dice Quackity que ha estado escuchando la llamada—. ¿Qué tenemos que hacer hoy?

—No sé tú, pero hoy clasificaré unos archivos. Estoy tratando de buscar similitudes en las víctimas que no sean tan generales, algo que tengan en común y nos acerque al asesino.

—Suerte con eso.

Una luz verde se encendió en el camión de Quackity iluminando toda la parte trasera.

—¿Un pedido nuevo?

Quackity estaciona el camión rápidamente y salta hasta la parte de atrás para revisar su computador. Había pasado un tiempo desde que no le pedían nada.

—...Orlando, Florida.

—¿Qué es?

—No lo sé. Tengo que ir hasta Ohio para recogerlo. No dice nada más. ¿Crees que pueda tener alguna relación con el asesino?

—Tal vez. ¿Puedo ir contigo?

—¿No tenías trabajo por hacer?

—Eso puede esperar.

...

—Papá, voy a salir. Probablemente llegue un paquete. No lo abras. Si puedes déjalo en mi habitación, pero cuida que nadie lo abra.

—¿A dónde vas tan tarde?

—¿Sabes si el cementerio está abierto a esta hora?

—No lo sé.

—Iré a ver.

Dream cierra la puerta tras de sí. Mete su mano a su bolsillo y saca un pedazo de papel arrancado de un libro donde tiene la dirección de su destino.

Empieza a silbar al ritmo del Clair de Lune. Le trae paz antes de cometer uno de los actos más siniestros.

Da dos toques a la puerta mientras sigue silbando. El sonido de los pasos acercándose le dice que están por abrirle.

—Buenas noches —le dice Dream al hombre—, ¿puedo pasar?

—¿Quién eres?

—¿Dónde está tu esposa?

Dream ingresa a la casa pasando por un lado sin importarle nada.

—No tengo esposa.

—¿En serio? ¿Y esposo?

—¿Quién eres y qué haces en mi casa?

—¡Qué lindas flores! —dice Dream quitando las rosas blancas del florero que está como centro de mesa—. Eres un hombre con buenos gustos.

—Sal de mi casa ahora o llamaré a la policía.

—Llámalos, ellos no pueden hacer nada. Es más, yo voy a llamarlos —Dream toma el teléfono de la casa del hombre y marca rápidamente al 911—. Estoy por matar a un hombre. Vengan rápido.

Dream cuelga la llamada rápidamente y sonríe hacia el hombre que ya ha agarrado una escoba como si pudiera defenderse con eso.

—¡Aléjate ahora mismo!

—No.

De una patada rompe el palo de la escoba y deja al hombre en el suelo. Se posiciona encima de él y rodea su cuello con una de sus manos mientras saca unas esposas de la parte interna de su chaqueta. El rostro del hombre se vuelve rojo por falta de oxígeno, por lo que Dream lo suelta.

—Lindas manos —le dice Dream mientras le pone una de la esposas—. Debes ser jardinero, ¿no?

—¡¡Suéltame!!

—Deja de gritar. ¿Todos estos años creíste que ibas a salirte con la tuya, idiota? El karma existe y te lo digo de asesino a asesino.

Dream le pone la otra esposa haciendo que queden rodeando la pata de la mesa de madera.

—¿Sabes cuál es mi parte favorita de los Estados Unidos? —Dream prende un mechero y lo suelta en la mesa—. Es que sus casas son muy inflamables. Por cierto, me llevaré esto.

Toma el florero junto a las rosa y sale de la casa mientras escucha al hombre suplicar por su vida.

—Y mi segunda cosa que más amo de los Estados Unidos es que la ayuda siempre llega demasiado tarde.

...

—¿Sabes? A pesar que hemos pasado tantos años juntos nunca supe cuál eran tus flores favoritas. No es como si los hermanos hablaran de esas cosas, pero te traje una rosa blancas. Espero que te gusten, Drista.

Deja las rosas sobre la tumba y acaricia uno de los pétalos.

—No debiste llamar.

...

Las luces estaban apagadas. El silencio era tanto que se escuchaba las respiraciones de todos. Los niños estaban con las miradas perdidas aferrados a sus mochilas bajo las mesas.

Unos pasos lentos y livianos como el de un niño de su edad comenzaron a escucharse cerca del aula.

Una lágrima escurrió por su mejilla al ver una sombra delgada por la ventanilla de la puerta.

—Vamos a morir —susurró un niño como si el resto no lo supiera.

Drista metió su mano a su mochila y sacó su celular en silencio cuando escuchó los pasos alejarse.

—Clay, ¿puedes venir por mí ahora?

—¿Por qué? ¿Qué pasa?

Los pasos regresaban nuevamente. La puerta se abre y Drista suelta un grito haciendo que su teléfono se deslice de sus manos.

La pantalla de su celular ilumina el aula y puede ver el rostro del niño que porta el arma. Lo ve a los ojos completamente asustada. Lo ve acercarse. Intenta recoger su teléfono, pero el niño le pisa la mano.

—N-no me mates, p-por favor —suplica Drista en un murmullo—. Es mi hermano. No diré nada.

Dream escucha un disparo junto a varios gritos ahogados.

—¿Drista? ¿Sigues ahí? ¡Drista! ¡Drista, responde!

La llamada se corta.

Más tarde encontrarían al cuerpo sin vida de su hermana junto a su teléfono roto.

Matar o Morir [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora