Matar o Morir [Dreamnotfound]

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—Quackity... —dice George en voz baja.

—¿Por qué no contestabas mis llamadas?

—¿Me llamaste?

George saca su celular del bolsillo con desespero dándose cuenta que está sin batería.

—Eso explica todo... ¿Cómo supiste que estaba aquí?

—Sé que no eres tonto como para dejar pasar lo obvio, pero fuiste muy tonto para creer que podrías hacerlo solo. Tenía que venir a salvarte el trasero. Si no hubiera llegado ahora estarías igual que Dream.

—No está muerto, ¿verdad?

Quackity se agacha para verificar que sigue respirando.

—Solo está inconsciente. ¿Nos vamos?

George mira con pena el cuerpo de Dream. ¿De verdad aquella persona era un asesino serial? ¿De verdad Clay y Dream eran la misma persona? ¿El mismo hombre atento y cariñoso era el mismo que acababa de asesinar a ese hombre?

Simplemente no puede creerlo. No quiero creerlo.

No quiere creer que la persona que más amó es la misma persona que asesinó a decenas de personas por venganza.

—¿George? —Quackity intenta llamar su atención.

—¿Y si era verdad que me amaba?

—George, ese hombre está mal de la cabeza. Todo lo que te haya dicho es una mentira.

—¿Entonces, por qué yo? ¿Qué tengo de especial? ¿Por qué fingiría amarme? No tiene razón para fingir. Yo no le he dado nada que él no tuviera.

—Sé que es difícil comprender que la persona que más amaste sea un asesino serial, pero George, te juro que no hay nada bueno en ese hombre. Ya tenemos que irnos. Debemos entregarlo o en cualquier momento despertará.

—Tengo un plan. ¿Cuánto crees que tarde en despertar?

—Un par de horas supongo.

—Es suficiente. Voy a necesitar algunas cosas. ¿Puedes ir a comprarlas?

Quackity lo miró inseguro de su plan, pero al final aceptó.

...

Lo primero que logra escuchar es un constante goteo cerca de su oído izquierdo. No recuerda dónde está. Intenta mover sus manos, pero se le dificulta un poco. Está sentado y no puede levantarse.

Abre los ojos.

Tiene la mirada fija en el techo hasta que baja cada vez más su cabeza y ve a George frente suyo sentado en una silla, amarrado a ella con unas sogas. Ambos están en la misma posición, solo que George no despierta aún. Entre el espacio de ellos dos hay una pistola, muy parecida a las policiales, que está sobre la mesa donde también hay una nota.

"Eres libre de elegir. Puedes matarme o dejarme vivir. ¿Hay mayor prueba de amor que ello?"

En ese momento nota que las sogas que rodean su cuerpo y sus muñecas ni siquiera están verdaderamente ajustadas. Era como si lo hubieran dejado así apropósito.

Logra liberarse de la silla sin mucha dificultad. Se pone de pie y toma el arma con mucho cuidado. Sus manos tiemblan por primera vez en mucho tiempo.

Primero apunta a George con el arma y luego se apunta a sí misma. Vuelve a apuntar a George y ve como este abre los ojos.

Baja el arma.