P R I V A T E || Gojo Satoru / Toji Fushiguro|| +18.

25.-Sincero amor familiar.

El silencio en el comedor, contrastaba con el ruido de la vajilla mientras comían, Kitana tenía la mirada ida, intentó tomar su copa pero la tiro, el ruido de la copa rompiéndose hizo que despertara de su transe.

-Kitana, ¿estas bien?- preguntó Toji preocupado mientras limpiaba el vino derramado en su ropa- has estado muy pensativa desde que salimos de el bar.
-Ah no es nada...- Kitana intentaba limpiar su ropa con la mirada ida.
-Kitana...-reprocho Toji- vamos a lavarte...

Ambos se dirigieron a su cuarto donde ya estaban preparando una Tina de baño, se desvistieron y entraron a la regadera, el la lavó, revisando cuidadosamente que no se hubiera cortado, cuando entraron a la tina ella se sentó entre sus piernas y se recargó en su pecho.

-¿Que pasa preciosa? ¿Estas así por lo de la peliroja loca?- preguntó Toji, tomando gentilmente su cuello para hacer que Kitana recargará la cabeza en su hombro- ¿o por el imbécil ese?
-No, no es...eso- dijo Kitana no muy convencida- es que... dijo que podía volver cuando quisiera.
-¿Quieres volver a la escuela?... ¿Porque?- preguntó genuinamente confundido- creí que la gente iba para aprender a trabajar y ganar dinero, tu ya no lo necesitas, te pudres en dinero- se burló.
-Talvez sea una sorpresa para ti, pero esto no era a lo que me quería dedicar, mafioso estúpido...

Toji se reía de su tierna novia enojada, no entendía porque ella querría volver a la escuela pero la veía triste, parecía que realmente extrañaba su vieja vida pero le preocupaba más que regresara a donde se econtraba Satoru, el sabía que Kitana lo amaba realmente pero también amaba a Gojo aún, aunque tratara de engañarse ella misma, el lo sabía pero no podía impedirle hacer algo que realmente y extrañamente la hacía feliz.

-Pues ve- dijo Toji.
-¿Bromeas? ¿Ya me viste? Estoy tatuada hasta los dientes, solo provocaría miedo- ella tomó la mano de Toji que estaba en su vientre y empezó a juguetear con sus dedos.
-Y a quien le importa lo que esos bastardos piensen- Kitana sonrío, Toji no era muy bueno charlando pero sabía consolarla, ella volteó a verlo y él a ella, besandose gentilmente.

Gojo volvió la noche siguiente a él bar, esta vez vió a Megumi y a Yuta en la entrada charlando con el guardía, Gojo se acercó, su opinión sobre Yuta había cambiado pero la opinión de Yuta hacía él era la misma.

-Gojo sensei ¿Hace cuanto te enteraste?- preguntó Megumi cuando lo vio,
-No mucho, tengo unas semanas viniendo.

Yuta no quería decirle nada, seguía enojado, pero al menos, no la estaba presionando a irse como esperaba que lo hiciera y tampoco podía pedirle a Megumi que lo ignorará, porque sabía que él fue su tutor hace mucho tiempo.

Megumi le contó a Gojo que ellos se enteraron a las dos semanas donde estaba por que ella seguía administrando la cafetería aún desde lejos, ya que incluso aunque los dejó, no los abandonó a la deriva.

-Si no fuera por ella seguramente habríamos quebrado hace meses- dijo Megumi.
-Talvez la rompiste en mil pedazos y la arrojaste al borde de la locura, pero ni así pudiste matar su amable personalidad- dijo Yuta enojado.
-Tienes razón- Gojo miraba con ojos tristes hacía la entrada de el bar sonríendo nostalgicamente como si pudiera ver a Kitana a través de la puerta.

Yuta lo veía con odio pero la tristeza en los ojos de Gojo lo suavizaron por un momento, Gojo preguntó porque estaban esperando afuera, Megumi le dijo que habían ido a ver a Kitana, pero a Yuta le daba pena entrar, por que las mujeres ahi estaban semidesnudas. Choso a los dos meses de irse les dijo su paradero y desde entonces ellos la van a ver siempre que pueden, aunque no le dicen a Nobara y a Yuuji donde está, para que no intenten regresarla a la fuerza, pero saben que esta bien.

Gojo los convencío de entrar, Yuta iba con la mirada en el piso, avergonzado, solo podía escuchar, que Gojo pedía una habitación privada para que Yuta no tuviera que tener la mirada en el piso todo el tiempo, Mimiko había bajado de las oficinas para llevar a Gojo y a los chicos a él palco, Los 3 entraron y se sentaron incómodos entre las luces rojas evitando mirar detrás a los ventanales, donde las chicas estaban dando un show.