Una chica hermosa y astuta que logró grandes cosas, a pesar de su pasado.
Se ve envuelta en el peor error de su vida tras conseguir un tutor privado, y en un mundo donde todos quieren herirla, ella tendrá que adaptarse para no ser presa de nadie.
La...
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34 Por un final feliz.
Aunque las decoraciones de fantasmas y calaveras aún colgaban adornando la ciudad, podía verse lugares donde ya comenzaban a invadir las luces decembrinas; comenzaban los días en que el frío en el rostro quemaba ligeramente; alegría, romance, diversión, el ambiente navideño llegaba contagiando a la gente de felicidad. Kitana caminaba hacia el restaurante mientras se perdía en el alegre ambiente, contagiada por las sonrisas a su alrededor, que le dieron fuerza para no ser derrotada por un tipo tan imponente como era el padre de su prometido.
Vestida elegantemente, pero sin esconder los tatuajes que poseía, Kitana robo miradas al momento de entrar a él lugar, ¡una barbie! gritaban los niños que la veían pasar, sin juzgar sus tatuajes que los adultos, aunque atraídos por su belleza, la criticaban entre murmuros y repudiaban con la mirada. El presidente Gojō y su esposa, voltearon a verla con una sonrisa incomoda. Aunque los tatuajes no eran para nada de su agrado, tanto su belleza como su porte elegante y su educada manera de ser, les agradaba mucho, sin mencionar que era hija de su querida amiga, pero incluso así, no había manera de que el presidente "manchará" la reputación de su clan, dejando que su hijo se casará con una mafiosa.
Al sentarse, Kitana notó que la sección del restaurante donde ellos se sentaban estaba vacía, aunque era fin de semana—¿No hubiera sido mejor ir a un lugar más privado? No debió tomarse la molestia de alquilar toda esta zona solo para esta reunión—dijo Kitana rompiendo el silencio—¿o es una demostración de poder?
Al oír lo último el presidente la volteó a ver y le sonrió impresionado por su rápida deducción. —Eres bastante lista, me enteré que eres un prodigio, igual que tu padre e igual de perceptiva que tu madre—dijo Gojō Akutami alagando sinceramente—digamos que quise reunirnos aquí por nostalgia.
— o más bien quiere terminar todo donde empezó — juzgó Kitana inmediatamente.
