Regresamos 🛫

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Manuel
Nos cambiamos y nos fuimos juntos de retorno al hotel Lucero y yo en una camioneta, ya que, en la otra iban nuestros hijos con su mamá y Toño. Íbamos comentando el show muy amenamente.

-Nena, solo a ti se te ocurre tirarte al piso por tomarte una foto con una fan- Le decía entre risas- ya hasta preocupaste a los de seguridad.

-Qué tiene rey, es que no salía, a parte me dirás qué no fue divertido?-Me contestó de lo más tranquila.

-No pues si... es que tienes cada invento....-Le empecé a hacer cosquillas y a dar besitos en el cuello y en la cara.

-Ya para, para, para!!-Me decía entre risas y alzando el tono de voz-no ves que vamos en el auto, ya compórtate Manuel Mijares-Me dijo usando sus dotes de actriz.

La solté, me aparté y me puse serio. Sabía que no le gustaban las cosquillas pero tampoco era para que me tratará tan feo, no lo merecía después del día horrible que tuvimos.

Solo me llamaba por el nombre y apellido cuando estaba enojada y eso no lo quería, era lo que menos deseaba en estos momentos.

Temía por lo que podía pasar cuando llegásemos a México, no quería que se acabasen estos días tan buenos que estábamos viviendo aquí en USA.

Me quedé callado pensando, mañana tenía que hablar con producción y luego volveríamos a México, ya que celebraríamos allí el cumpleaños de Lucero con su familia y luego teníamos el Auditorio del 4 de septiembre.

Tenía miedo, no se lo podía hacer saber a Lucero, pero temía por el psicopata, porque eso era lo que era, de su novio, como lo había podido aguantar tanto tiempo? No lo sabía la verdad.

Metido en mis pensamientos no me di cuenta de cuando llegamos al hotel. Nos bajamos, manteniendo las formalidades y subimos a la suite. Esa noche no había un clima de romance pasional, simplemente no habíamos tenido un día fácil y solamente queríamos descansar.

Estaba un poco distante con Lucerito, lo reconocía, pero no podía evitarlo, después de que en la camioneta me hizo volver a la triste realidad que nos envolvía, era inevitable no estarlo. 

-Manuelito-Me llamó acercándose a mí-qué te pasa? No me dirás que estás así solo porque no te dejé hacerme cosquillas en el auto-Me preguntó haciendo un leve puchero.

No quería agobiarla más, sabía que ella aún era más temperamental que yo, aunque pensándolo bien, llevaba mucho tiempo lidiando sola con toda esta situación, realmente la admiraba.

-No, claro que no es por eso, solo que pensaba en que mañana ya regresamos a México y que antes hay que hablar con la producción- Mentí levemente-pero bueno mejor vamos a la regadera y a descansar que ya es muy tarde.-

Ella asintió y no me preguntó nada más. Por su expresión pude intuir que, claramente, ya imaginó lo que estaba pensando pero no me comentó nada al respecto.

Nos bañamos juntos, aunque en silencio, simplemente disfrutando de la compañía, las caricias, los toques y los besos del otro. Lo único que necesitábamos, tanto ella como yo, era sentir el cuerpo del uno junto con el del otro, estar cerca para sentirnos en paz.

Luego nos fuimos a la cama para acostarnos, Lucerito recostó su cabeza sobre mi pecho, la estreché en mis brazos y así, sintiendo la respiración del otro, nos quedamos dormidos.

Lucero
Me despierto y siento que estoy sola en la cama, doy un breve repaso a la suite y no encuentro por ningún lado a Manuel. Me giro, dispuesta a levantarme para mirar si está en el baño o coger el celular para ver si hay algún mensaje y encuentro, encima de la almohada, una nota.

Cuando lo personal afecta lo profesional 🥹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora