Toda La Noche 🔥

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Lucero

Siento como el orgasmo me invade y, en ese momento, Manuel se viene también, haciendo que mi interior se llene con los fluidos de ambos.

Permanecemos un tiempo así, conectados íntimamente, mientras nuestras respiraciones vuelven a la calma. Mi cuerpo reposa encima del pecho de mi spaw, mientras acaricia mi espalda y aparta mi pelo sudado de mi rostro.

Al cabo de un rato, Manuelito deja un tierno beso en mi frente y se retira de mi interior. De inmediato, siento un vacío que hasta yo misma me sorprendo, pero no me da mucho más tiempo a pensar, ya que noto como me mueve y me deja recostada en las almohadas.

Lo observo levantarse y, sin decir nada, se va al baño. Noto como por el interior de mis muslos escurren restos de nuestros fluidos y siento la necesidad de levantarme para asearme.

No obstante, estoy tan cansada que soy incapaz de moverme, por lo que cierro los ojos y me relajo. No sé cuánto tiempo pasa, pero el sueño me invade.

Cuando me despierto, Manuelito me tiene cargada en sus brazos y me lleva hacia el baño. Lo miro y tengo sus labios tan cerca que no puedo resistir la tentación de besarlo, sorprendiéndolo ya que no se había percatado de que había despertado.

-Aún nos vamos a caer. - Dice riendo. Niego con mi cabeza y lo beso de nuevo.

Observo el baño y también está a la luz de las velas, el jacuzzi con sales de baño que forman espuma de un color rosa palo, pétalos de rosa flotando en el agua y la tenue melodía de "Toda La Noche", una de las canciones del álbum que saqué cuando nos casamos, adornando el ambiente.

Manuelito me coloca en el jacuzzi y luego se adentra él, sentándose a mi lado, pero, lo llamo con mi mano, indicándole que se acercara. De seguida, entiende lo que quiero, me muevo un poco, dándole espacio para que se colocara detrás mío y yo me pudiera recostar en su pecho.

Me empieza a masajear mis hombros, mientras me sussurra al oído, la letra de la canción que estaba tocando . Me sorprende que aún tantos años después la recordará.

Es cierto que, durante los primeros años de nuestro matrimonio, esas canciones formaron parte de nuestra rutina, pero, ya hacía tanto tiempo.

Hechos como este, solo me probaban que el amor de Manuel era real, verdadero e igual o mayor que el día que nos casamos y que tanto él como yo, no habíamos podido olvidarnos, por mucho que hubiéramos tenido otras parejas durante el periodo que estuvimos divorciados.

Tiempo después, noto como su miembro, un tanto excitado, roza en mi trasero, excitándome aún más. Me giro para besarlo, haciendo que nuestras intimidades entren en contacto. Un gruñido se escapa de la boca de Manuel, provocando que mi piel se erice por completo.

-Segundo round, nena? - Susurra Manuel en mi oído, con su voz ronca del deseo.

Me encanta lo cuidadoso que siempre ha sido conmigo, anteponiendo mi placer al suyo, aunque se muriera de ganas, siempre tomaba en cuenta mi opinión y como me sentía. ¿En qué momento me olvidé de la importancia de todos esos detalles?

-Por favor, te necesito. - Susurro de vuelta en su oído, dejando una mordida en el lóbulo de su oreja, volviéndolo loco.

Así damos rienda suelta de nuevo a la pasión, por segunda vez en la noche. Entre las burbujas del jacuzzi y los juramentos de amor, nos amamos locamente, entregando en cada caricia todo nuestro amor.

Después, nos damos una rápida ducha y, mientras me seco el cabello, Manuelito recoge un poco todo el tiradero del cuarto y acomoda la cama confortablemente para que pudiéramos descansar aunque fueran unas horas.

Cuando lo personal afecta lo profesional 🥹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora