La canción 🎵

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Lucero

Entro a la recámara cargando los regalos y los dejo encima del mueble. Me siento en la cama y los observo de nuevo perdiéndome en mil pensamientos. Hoy podría ser un día maravilloso si no fuera por ese miedo y esa angustia que, aún contra mi voluntad, me invade.

Tengo miedo de que, en cualquier momento, pueda pasar algo malo y, por eso mismo, preferí ver películas, que no requerirán que mantenga mucho la atención, a hacer cualquier otro juego. No quiero estropear este día tan especial. Suspiro hondo y me tapo los ojos frustrada.

No me doy cuenta en qué momento Manuel invade la habitación, sólo noto su presencia cuando se sienta a mi lado en la cama y, como es su manía característica, toca mi rodilla, dejando unas palmaditas, haciéndome salir de mis pensamientos.

-Qué pasa nena? Qué tienes? - Me pregunta un Manuel visiblemente preocupado.

Simplemente no le respondo, no podría mentirle y decirle que no tengo nada, pero, tampoco, quería estropear este día, me remuevo sobre mi asiento y es increíble lo bien que nos llegamos a entender.

De seguida, Manuelito entiende que no quiero hablar del tema y que lo único que necesito es un poco de tranquilidad. Me acurruco en el pecho de mi amado spaw y el sonido de los latidos de su corazón parece terapia para mi alma.

No sé cuánto tiempo pasamos así, pero, mientras acaricia mi cabello, parece como si las palabras fluyeran naturalmente.

-Me escribió. - Digo casi en un susurro. - Tengo miedo. - Noto como Manuel se tensa pero no dice nada por unos segundos.

-Cuándo? - Me pregunta calmado. Me extraña, pero, agradezco que no se haya alterado.

-Anoche, como a la 1am. - Es todo lo que soy capaz de responder, no quiero caer en llanto en este momento.

-Me muestras? - Asiento, alejándome solo lo suficiente para agarrar el celular y entregárselo.

Manuelito lee atentamente el texto antes de dejar el celular a su lado en la cama y abrazarme.

-Todo estará bien, recuerda que estamos juntos en esto, ya no estás sola reina. - Me susurra Manuelito, estrechándome más en sus brazos.

-Quieres que les diga a los chavos que estás cansada y nos quedamos acá? - Niego. No quiero arruinar este día. - Entonces - Manuelito levanta mi barbilla para que lo mire a los ojos. - Bajamos? - Asiento no muy convencida.

-Mañana vemos qué hacer para arreglar este asunto, vale? - Lo beso y así duramos por unos minutos. Aún se me hacía tan curioso que, a tantos años de estar juntos, un simple beso con Manuel me causara tantas emociones.

Manuel se levanta de la cama y me extiende la mano para que lo acompañe. Tomados de la mano, bajamos a la sala donde nuestros hijos ya lo han organizado todo para una tarde de cine y nos esperan en el sofá, cada uno entretenido en su celular.

En la mesita del centro, hay todo tipo de guarrerías, chocolates, palomitas, refrescos y demás. Manuel y yo nos sentamos en el centro del sofá, a mi lado queda Lucerito y al lado de mi spaw, Jos. De seguida, dan play a la película y comenzamos a verla.

Manuel

Desde que Lucero me confesó el porqué de su angustia, soy yo el que está nervioso. Aunque con ella intenté mostrarme lo máximo de tranquilo y sereno, ahora, mientras vemos las películas, me resulta imposible no pensar en todo lo que está sucediendo.

Nuestros hijos, ajenos a cualquier problema, asisten bien emocionados cada una de las películas, mientras disfrutan de los aperitivos, en cambio, mi reina, también, se ve pensativa. No probó nada de la comida ni muestra ninguna reacción ante las escenas.

Cuando lo personal afecta lo profesional 🥹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora