Qué haces con mi 📱⁉️

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Manuel
Sabía que tenía que hablar con ella sobre el tema y que nunca encontraría el momento adecuado porque, realmente y pensándolo bien, cuándo hay el momento adecuado para hablar de amenazas e insultos? Creo que nunca.

Últimamente, Lucerito estaba tan rara, todo el camino de vuelta al hotel y no había dicho ni una sola palabra, ella que no para de hablar.

Es cierto que no era ni media hora de trayecto, pero, igualmente se me hacía extraño.

La miraba de reojo y no se la veía excesivamente intranquila, intuiría que ya sabía lo de su "querido novio"? No lo creo.

A veces, sentía que habían cambiado a la mujer con la que me casé hace más de 25 años en el colegio de las Vizcaínas, desde que se involucró con el tipo ese ya no era la misma, su pureza, su inocencia, su luz, su alegria, su niñería... le había quitado tantas cosas sin ella darse cuenta, poco a poco la había ido transformando.

Me dolía, no lo podía negar, pero ella era feliz y yo no me podía meter en ello, ya mi hora había sido, ese era el consuelo que durante muchos años me quedó.

Todo cambio cuando, en la pandemia, nos volvimos a acercar y ella se volvió a interesar por mi y a quererme a su lado.

Por eso, le propuse que trabajáramos juntos y empezamos la gira para de alguna manera poder estar juntos, aunque fuera trabajando, ya que ella decía que su novio no le iba a permitir dejarlo ni estar conmigo de ninguna forma.

Yo sabía que su novio es un interesado y que cuando viera que la gira daría mucho beneficio económico, no se opondría, lo que en todo esto no me cuadraba, era lo que ella, mi Lucerito, pretendía.

Según ella me amaba, quería estar conmigo, por eso había aceptado trabajar conmigo y no por el dinero, como había hecho creer a todo el mundo, para que la dejaran hacer la gira a mi lado.

Sin embargo, seguía con su novio y decía que no lo podía dejar por nada del mundo y que le tenía que cumplir cuando él ordenase.

Ella sabía que él le era infiel y ella misma se lo era conmigo y cuando dormíamos juntos, muchas veces, tenía unas pesadillas de para que te cuento, me angustiaba tanto y lo peor era que no entendía por todo lo que estaba pasando y no sabía como ayudarla.

Solo esperaba que hoy, esta noche, cuando llegásemos a la suite del hotel, poder esclarecer todas estas dudas.

Iba tan inmiscuido en mis pensamientos, igual que Lucero en los suyos, que ni nos enteramos cuando el chófer nos avisó que habíamos llegado.

Nos bajamos en total silencio y subimos al piso donde nos estábamos quedando, pasamos por la suite de los chavos para avisar que ya estábamos, saludarlos, explicarles brevemente cómo iría todo mañana y darles un beso de buenas noches.

Luego, Lucerito fue a la habitación de su mamá y su hermano para explicarles algo de la logística de mañana, mientras yo la esperaba sentado en la cama de nuestra suite, con su celular en mi mano, tratando de calmarme.

A los 5 minutos, Lucero entró al cuarto y me miró. Sus ojos se dirigieron de seguida a su celular, que sostenía en mi mano y lo movía un poco, en señal de nerviosismo.

-Bueno, Manuelito, me vas a decir de qué quieres hablar y porqué tienes mi celular?- Estaba haciendo un esfuerzo por no gritarme y por no parecer enojada.

Entonces levanté mi vista, que hasta entonces me había mantenido cabizbajo y con la mirada fija en el suelo y la encaré.

Me estaba conteniendo, no quería demostrarle fúria, porque si es cierto que me enojaba todo lo que su "querido novio" estaba causando, pero tampoco quería mostrarme débil, la tristeza que sentía por todo su sufrimiento por esta situación que estaba manejando ella sola era inmensa.

La verdad no sabía como era mejor actuar, tenía que decidir rápido, la paciencia no era una de las grandes virtudes de mi mujer.

-Ven, siéntate aquí conmigo y te mostraré de lo que quiero hablar- Le hice una señal para que se acercará y se sentará a mi lado en la gran cama de matrimonio.

Lucero dudó y, entonces, empecé a ver miedo en sus ojos y en sus acciones, supongo que empezaba a intuir que yo ya sabía la verdad.

Poco a poco, y como si cada pie le pesará toneladas, se acercó a mi y se sentó a mi lado.

Encendí su iPhone, apareció el fondo de pantalla, ella colocó el pin y cuando se iba a mostrar el inicio del celular e iban a empezar a caer las notificaciones recibidas.

-Noooo!- Gritó de repente, casi dejándome sordo.

Me quiso quitar el celular, casi se le salían las lagrimas y forcejeaba con mi agarre. No entendía su reacción, si yo ya lo sabía todo, solo lo iba a confirmar con ella. Además que tengo mucha más fuerza que la que ella pueda ejercer.

Era como si de un momento a otro se hubiera acordado de toda la realidad de su vida, porque su rostro se llenó de lágrimas y reflejaba un pánico terrible, lo que antes era duda, enojo, incertidumbre.... Ahora era temor, tristeza, miedo, vergüenza...

-Nena, cálmate, tranquila, ssshhhh.... -Le acaricié el pelo y la abracé contra mi pecho, intentando al mismo tiempo soltar su mano del celular- no pasa nada, no te angusties... Estamos juntos- Dejé el celular sobre la cama y entrelacé nuestros dedos. Le di un beso sobre su cabeza y así nos quedamos mientras se calmaba un poco.

-Queee...quee...sabes?-Articuló con dificultad y sin despegar su rostro de mi pecho.

-Poco para todo lo que estás sufriendo mi amor- Le contesté, levanté su barbilla y deposité un tierno beso sobre sus labios- Ven- La senté sobre mi regazo- Mi reina, mi Lucerito hermosa, mi vida- Limpié sus lágrimas y acaricié su carita- afrontaremos este problema juntos, pero necesito saber toda la verdad, vale?- Le toqué la punta de la nariz con cariño y cogí sus manos. Ella asintió con la cabeza. Cogí el celular.

-Manuelito, mi vida, no sé con lo que nos podamos encontrar cuando mires ese celular, pero por favor, prométeme que no creerás nada de lo que diga, que no te enojarás conmigo y que no me dejarás, por favor, todo, absolutamente todo lo que he hecho ha sido por protegerlos a ustedes- sorbió por la nariz, ya estaba llorando mucho otra vez.

-Ya sé que fue el error más grande de mi vida tener una relación con Michel, pero desde que descubrí como de verdad era y eso estamos hablando de antes del escándalo del 2014, todo, estrictamente todo, lo que he hecho es por lo que has empezado a ver, hay mucho más de lo que has visto.

-No me regañes por no haberte dicho nada pero no quería exponerte más de lo que ya estás ni a ti ni a nuestros hijos, si? Por favor, perdóname por ser una estupida y dejarme enredar por este tipo- Se abalanzó a mis brazos a llorar.

-No digas eso reina, este tipo es muy hábil y engañó a todo el mundo, solo fuiste una víctima más, pero lograremos salir de todo esto y ser felices los cuatro como tanto merecemos, si? Por favor, cálmate me parté el alma verte en este estado- Le acaricié la cabeza y la espalda y su llanto fue cesando- estás preparada?- la miré a los ojos y, con una mirada, nos entendimos para saber que era la hora de ver todo lo que en estos escasos tres dias había enviado el susodicho.

Nada más desbloquear el celular, ya empezaron a saltar las notificaciones, el 99% eran de Whatsapp ya que twitter e Instagram las tenía silenciadas a causa de las fans, y lo que veían mis ojos era mil veces peor que lo del palenque, eran millones y millones de amenazas, insultos, ofensas, injurias, fotografías, vídeos, llamadas....

Este tío estaba retamadamente loco y obsesionado con mi Lucero, ya no tenía dudas.

Cuando lo personal afecta lo profesional 🥹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora