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es más doloroso tenerte cerca, porque odio el sentimiento de ser rechazado por alguien a quien añoro tanto.


taehyung siempre había sido muy atento con él en la secundaria, aún lo recuerda llevándole almuerzo, compartiendo su comida con él, dándole el mejor trato posible.

¿quieres comer un poco más? —siempre preguntaba.

estoy a nada de explotar, tae —jungkook se cansaba de la misma pregunta.

pero ahora moría por escucharla.

la ventana de su habitación se encontraba abierta, entraba demasiado viento.

pero no tenía ganas de levantarse, el hombro aún le dolía, pero el peso de todo el odio que recibía dolía muchísimo más.

sentía que no podía mover sus piernas, su cabeza había dejado de doler, pero sabía que ese pequeño lapso de relajación solo iba a durar una hora más, su migraña volvía dentro de poco.

hasta entonces, pensaba seguir en la cama y volver a dormir.

—¡jungkook! —escuchó a lo lejos el llamado.

era la voz de taehyung.

habían pasado unos cuatro o cinco días desde que él se había marchado, no volvió al día siguiente y así hasta ahora. lo ignoró y cerró sus ojos, esperando que todo fuera una ilusión suya, de repente las alucinaciones eran parte de su depresión, o de la marca.

pero los golpes en la puerta se escuchaban muy fuertes para ser mentira o una creación de su mente.

aún así no se levantó.

—¡entraré si no vienes a abrir!

que haga lo que quiera, pensó.

entonces escuchó el sonido de unas llaves y la puerta siendo abierta.

claro, ese departamento no era suyo. nunca lo había sido.

levantó la manta y se la subió hasta la cabeza, tapándose todo, pegando sus piernas a su pecho, abrazándolas como podía porque la marca aún ardía.

—jungkook.

su corazón dolió.

—¿olvidaste saludar?

sus ojos se nublaron y escondió aún más el rostro.

quería llorar.

—traje comida, seguro no has estado comiendo nada.

solo caldo, quiso responder, pero se quedó callado.

—¿por qué no hablas?

no dijo nada.

y en un segundo dejó de sentir la débil protección de una delgada manta, más no levantó el rostro, no se movió, se quedó ahí, quieto.

—hey.

sintió cómo un poco de la cama se hundía, taehyung se había sentado.

—¿aún duele?

ese tono de voz...

—ya no sangra —respondió bajito, abrazándose más.

—no hablo de la herida.

oh.

—no.

sí dolía.

—nunca dolió.

dolía demasiado.

—lo siento.

no respondió.

taehyung se levantó, y jungkook escuchó cómo dejaba lo que suponía era la comida sobre su mesita de noche.

—come tranquilo, yo me tengo que ir.

asintió, esperando a que el otro se fuera, más no escuchó nada.

solo pudo sentir un beso sobre su cabeza.

—no me odies.

y su corazón romperse.

tal vez taehyung no tenía la culpa, tal vez solo reaccionaba así porque esa era su forma de expresar lo preocupado que estaba, tal vez jungkook hizo todo mal, tal vez taehyung aún lo quería, tal vez no era solo pena, tal vez...

todo daba igual.

todo daba igual si aún lo tenía con él.

¿cómo podía odiarlo?, ¿cómo hacerlo? no tenía idea.

porque lo amaba demasiado.

delta   𑁍  ꒰taekook꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora