Cambiando el destino.

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Bai WuXiang volvió a la ciudad y se puso al corriente sobre lo sucedido en estos ochocientos años. Xie Lian se convirtió en el Emperador Marcial Celestial y su esposo, que se llamaba Hua Cheng, se convirtió en Emperador también.

 Xie Lian se convirtió en el Emperador Marcial Celestial y su esposo, que se llamaba Hua Cheng, se convirtió en Emperador también

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Si bien ambos eran dioses marciales, también eran conocidos como dioses del matrimonio. Ese Hua Cheng era conocido por ser altivo y despreciar a los dioses, excepto a Xie Lian.

—Qué tipo más desagradable— masculló entre dientes.

Este engreído le había arrebatado a su Xie Lian, Xie Lian debía estar con él, ese tal Hua Cheng sólo era un obstáculo para su inevitable relación. Los separaría, sin importar cómo. Se llevaría a Xie Lian y vivirían juntos, tal como debió ser. XianLe era el reino bajo su protección, ambos debían andar rondando por ahí.

Ocurrió en una posada.

La noche se acercaba, con la oscuridad de su lado nadie se enteraría de su crimen, ya había asesinado Emperadores Celestiales antes, no le tomaría ni un suspiro arrebatarle la vida a este Hua Cheng. Se asomó por una ventana y quedó sin aliento. Xie Lian yacía desnudo en el colchón, era tan hermoso, la tersa y pálida alfombra que tenía por piel, la forma de sus músculos, debajo de sus pestañas dos preciosos orbes como los astros, sus carnosos labios curvándose en una sonrisa impaciente...Y ese despreciable Hua Cheng, acompañándole.

Hua Cheng adornaba la cabeza de su amado con fragantes flores, acariciando su rostro cada tanto.

—Ya basta, San Lang, son muchas flores— dijo Xie Lian con una dulce sonrisa.

—¿Sí?, ni se notan, tú eres más hermoso que todas ellas juntas— le besó.

Xie Lian separó sus labios, chupando los del contrario. Sus esbeltas piernas se desparramaron para más comodidad de Hua Cheng, quien presionó su cadera con la de Xie Lian, gimiendo ambos mientras se besaban.

Bai WuXiang se sintió horrible, quiso arrancarse el pelo con sus propias manos y morder piedras para quitarse la rabia que lo carcomía. Huyó tan rápido como pudo, había visto cosas espantosas, pero esto fue horripilante. Se puso a llorar como un niño abandonado, aguantó tantas penurias en su desdichada vida, pero hoy lloró todavía más. No pudo hacerlo, no pudo matar a Hua Cheng, si Xie Lian era feliz con este sujeto, no le iba a quitar su felicidad. Él sabía lo triste que era ser miserable y no lo deseaba para Xie Lian.

Escuchó que para ahogar penas servía beber alcohol, lo intentó, pero su horrible sabor lo asqueó. Prefirió hacer lo que siempre se le dio bien: Ser violento. Se dio de golpes contra un paredón, tratando de sacarse las imágenes de la pareja y las palabras de despedida de Xie Lian.

"Tengo una nueva vida...y soy muy feliz".

¿Cómo pudo decir algo tan hiriente con tanta facilidad? Ser un monstruo no lo incapacitaba de sentir amor...y dolor...

Constelación Corazón. | BaiLian/JunLian | - 19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora