Capitulo 11

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Papi no me dejes - susurra suavemente el castaño en medio de su sueño.

El aroma de su padre lo había relajado y se había quedado dormido, Ayanga iba preocupado por su bebé, esas eran siempre sus palabras cuando les tocaba viajar en avión oh ya sea en auto.

Varias ocasiones Ayanga lloro en silencio imaginando que pudo haber sufrido su cachorrito antes de encontrarlo en aquel frío y oscuro callejón hace veinte años atrás.

Pero nadie más que aquel maldito Omega y su cachorrito sabían, ese era parte del trauma que tenía el y su lobito.

Tiempo después de la misma manera que subió con el al avión al estilo Koala se bajó Ayanga con su bebé.

Esperando por su maleta, las únicas palabras que podía escuchar Ayanga era papi no me dejes con sentimiento de su cachorro.

El suspiro profundo le dolía su corazón, aunque agradecía que el se durmiera en una situación así, tenía miedo que algo más sucediera.

Al salir con sus dos mochilas en su espalda, su bebé en brazos y su maleta, Ayanga empezó a buscar al señor Lam, quien era el chófer de los Zheng.

Su papá Xing cómo le decía, le había enviado un mensaje antes de subir al avión que el señor Lam iría por ellos al aeropuerto central de Beijing, para llevarlos directo al hospital con Yulong y ellos.

El alfa mayor frunció su ceño cuando de repente su bebé se removía entre sus brazos como queriendo huir de alguien, se preocupo demasiado, que estaría soñando su hijo.

Sin embargo su lobo pantera negra le aseguro que no se preocupara que el estaría con su cachorrito ya que tenían una muy buena conexión.

Eso tranquilizó bastante a Wang Ayanga, suspiro profundo y siguió en busca del señor Lam.

Mientras con Pantera y el bebé león, había una buena charla.

Leoncito - susurro el lobo de Ayanga por su lazo con el castaño.


Pantera negra - el lobo movió su cola en emoción y sus ojos ámbar brillaron cómo dos faros en la oscuridad.


Así es cachorrito, que tiene mi niño - cuestiono preocupado, pero sin demostrárselo al castaño.

Tengo miedo pantera, siento que algo va a pasar, tengo miedo papá me abandone como lo hizo el - sollozo fuerte el leoncito, que era el lobito del castaño.


No tienes de que preocuparte leoncito, tu papi y yo no somos como el, siempre te vamos a proteger de todo y de todos - le aseguro con confianza.


Gracias pantera negra, eres igual que papi, tu también eres mi papi - corrió hacia el sobando su cabeza en el pecho del lobo negro.

El alfita era muy especial, no solo podía comunicarse con el sino también presentarse ante el, era algo que nunca habían echo era la primera vez algo que sorprendió mucho al lobo negro.

Él también le acaricio con su nariz sus orejitas y cabecita, haciendo ronronear al lobito blanco.

De repente el lobito paro sus orejitas y se puso atento, volteaba a ver hacia todos lados como buscando a alguien y desapareció del lugar donde estaba con el lobito negro.

Bo, despierta, Bo, despierta, tengo contarte algo, quiero me ayudes Bo - susurraba desesperado el lobito blanco.


Mmmm - gimió el castaño - leoncito - le hablo a su lobito, a pesar que era blanco a él, le gustaba llamarlo de esa manera - que paso baby lion.


El lobito ronroneo al escuchar la dulce vocecita de su humano - papi está aquí - susurro emocionado.

Papi, si el nos lleva en sus brazos - decía por su lazo, aunque el no había despertado físicamente.


No Bo, no es papi Yanga, ni papi pantera, es papi nuestro verdadero papi - susurro con sus ojitos acuosos.

El castaño abrió sus ojitos sorprendido, el desde pequeño había tenido esa confianza con su lobito y así también con su papi, fue así como el se enteró que su papi Ayanga era su héroe, pero aparte de el tenía otro papi.

Había llorado mucho pensado que su verdadero papi lo había abandonado, su papi Ayanga le aconsejo que no pensará eso, que debían escuchar alguna explicación si alguna vez el lograba sentirlo.

Pero que el lo amaría con todo su corazón, quizás el no lo engendro ni lo parió pero lo crío y el fue su salvación, el castaño lloro de emoción al saber que su papi Ayanga lo amaba un montón, el también lo amaba con todo su corazón y con todas sus fuerzas.

Para el no había otro papá que no fuera su papi Ayanga y su pantera negra, quizás algún día lo encontraría pero eso no quería decir que cambiaria con su papi Ayanga.

Que dónde lo viste oh sentiste baby lion - cuestiono curioso el castaño.


Lo puedo sentir Bo, pero el, el está muy débil, podemos ir Bo, quiero verlo y saber cómo es el - cuestiono con esperanza y anhelo, pero antes que el castaño respondiera alguien más respondió.


Nooo - hablo con autoridad pantera negra, por medio de su lazo, ellos aún estaban conectados, el pudo escuchar lo que ellos dos platicaba.


Pero porque no panterita negra - susurro con sus ojitos acuosos el castaño - yo también quiero conocer a papi, saber porque nos abandono - sollozó fuerte.

Ese sollozo sorprendió y preocupo mucho a Ayanga, porque a pesar que su hijo iba dormido podía escuchar sus sollozos tan lastimeros, como si alguien lo estuviera regañando oh prohibiéndole algo, el lo conocía a la perfección.

Que le esta pasando a mi cachorro, no dijiste que estarías con el - le hablo molesto Ayanga a su lobo.


Si lo estoy protegiendo, pero le acabo de prohibir ir a conocer al alfa que es su progenitor, lo encontró en esta ciudad y tu mejor que nadie sabe lo especial que es nuestro cachorro - le respondió igual de molesto.

Ayanga abrió sus ojos en sorpresa, el sabía que era especial y cada día lo sorprendía más con el poder que tenía su lobito, se empezó a sentir inquieto y si ese alfa le quería quitar a su bebé y si su bebé lo quería dejar por irse con el otro alfa.

Inconsciente gruñó posesivo y abrazo fuerte la cintura de su hijo dónde lo iba deteniendo, en ese momento encontró al señor Lam, quien se quedó sorprendido al escuchar el gruñido de él.

Cálmate humano, que de eso me encargo yo, iré a ver quién es ese alfa, nuestro cachorro nos conectará - hablo orgulloso de su cachorrito.

El lobito del castaño extendió su lazo y se conecto con el alfa que el sentía era su padre biológico, algo que sorprendió a pantera negra fue que ese aroma, ese delicioso aroma lo conocía el a la perfección.

Jamás olvidaría ese dulce aroma como de rosa con toques cítricos de la palmarosa, geranio y ylang ylang de su alfita especial, ese exquisito y delicioso aroma que lo a traído loco desde su juventud.

Miel, eres tú - el lobo negro de cariño le llamaba miel al lobo de su alfita, de su Yulong, por su color de ojitos y el color caramelo de su pelaje.

El lobo cariñosamente apodado miel por Ayanga, que estaba en un estado débil por no tener la fuerza suficiente para seguir luchando y encontrar a su cachorrito.

Pero al escuchar ese suave susurro y ese apodo tan cariñoso, que solo una persona podría darle, levanto sus orejitas, sus ojitos acuosos empezaban a votar lágrimas en forma de perlas.

Quizo levantarse lo más rápido posible para buscar esa dulce voz que lo llamaba, pero en el intento volvió a caer aullando de dolor.

Viento oscuro eres tu cariño - susurro débilmente el lobo, buscando el lugar de donde provenía su voz.


Miel, mi dulce miel, que te a pasado cariño.


Te extraño viento oscuro, regresa a mi, me estoy muriendo de dolor - volvió aullar de dolor.

Cuántas veces había anhelado volver a escuchar su voz y sentir sus brazos a su alrededor.

El lobito blanco del castaño al escuchar los aullidos de dolor de su papi, no soporto y dejo fluir su dulce aroma de jazmín con gardenia y pequeñas notas cítricas al igual que el de su papi con la palmarosa.

Ese dulce aroma le dio la fuerza suficiente a miel para levantarse rápido olvidándose del dolor, dando vueltas sobre si mismo buscando al dueño de dicha aroma que el conoció solo por un instante hace más de veinte años.

Ese aroma dulce lo conocía el, el delicioso jazmín con gardenia lo había enamorado locamente cuando lo conoció por primera vez cuando aún era muy chiquito.

Mi cachorrito, dónde está mi cachorrito - aullaba de felicidad, lo había encontrado, jamás podría confundir ese dulce aroma.

Viento oscuro como leoncito abrieron sus ojos en sorpresa, estaban escuchando a un lobito muy diferente al del principio, leoncito aulló de dolor tuvo miedo de responder y corrió a esconderse echo una bolita dentro de su humano.


Un Alfa que parece Omega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora