capitulo 33

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Adiccion.

Capitulo 33: lo que quiero decirte.

"¿que piensas hacer en el futuro?" no se por que esa pregunta pasa por mi mente a veces. El futuro... sinceramente nunca pensé en ello.

Pienso que mas de una persona a hecho esa pregunta, pensando en lo que desean lograr, en su futuro. Yo nunca tuve la necesidad de eso. Yo soy una reína, no soy humana y soy increíblemente inteligente, ya que me a ayudado mi inmortalidad a aprender por años y años. Cada cosa que muestran en cada escuela que he estado siempre es lo mismo, nunca hay nada nuevo que necesite aprender. El método de estudio se ha hecho monótono y aburrido para mi.

Pero sigo pensando en que es lo que quiero en el futuro. ¿dinero?, ¿poder? No, todo eso ya lo poseo. ¿belleza? Eso también lo poseo.

Todos estos años aborrecí mi inmortalidad. Vivía con amargura, siempre lamentando el día en que esa bruja maldita me maldijo, convirtiéndome en esta monstruosidad, una demonio cuya condición es quedarme con mi apariencia de 16 años eternos, esta belleza irresistible y esta fea piel blanca.

Creí que estaría así toda mi inmortalidad, sin ser feliz, solo viendo como los humanos iban a y venían.

Abrí los ojos y ahí estaba él. Se encontraba en la puerta de la habitación sin su camiseta, dejándome ver ese tentativo abdomen que hacia que misteriosos deseos surgieran de mi.

—oh, buenos días. -dijo marco, notando que lo observaba desde la cama, como un león observando a su presa para devorarlo. Puso su dedo en la mejilla mientras un fino rubor emergía en su piel.—te preguntaría si te desperté, pero sabiendo que no puedes dormir y solo es un habito que se te quedo por tu antigua humanidad creo que ya no es necesario.

—al menos ya te has acostumbrado. —dije, incorporándome al sentarme sobre la cama y estirando mis brazos hacia arriba. —últimamente la noche ya no dura nada aunque permanezca despierta.

Marco se sonrojo de nuevo y yo note por que. Al incorporarme ligeramente, la sabana callo a mis piernas, dejando ver mis pechos al descubierto. Es increíble que aun se sonroje cuando ya hemos hecho el amor mas de una vez. Por lo general, lo hacemos cada que podemos. Y no es por que mi amado tenga un apetito infinito, si no que esa soy yo. Siempre tengo ganas de tenerlo solo para mi. Inclusive ahora mismo, pero quiero dejar que descanse un poco.

Después de todo, mi hambre es insaciable y no puedo retenerla aunque quiera.

—voy hacer el desayuno

—si, me gustaría comer algo. —lo mire fijamente y sonreí. -estoy hambrienta.

A los minutos, ya me encontraba vestida y me dirigí a la cocina para almorzar. Marco preparo un desayuno ligero. Era unas tortitas con un baso de jugo de naranja. Normalmente, suelo comer mucho por lo que un desayuno ligero como este me hubiera quejado. Pero por alguna razón, esta vez me apetecía comer poco.

Mi limusina había llegado y nos subimos, teniendo como destino el instituto. Hoy teníamos clases, y esta era nuestra rutina diaria.

Observe a marco que bostezaba en ocasiones. También note ligeras marcas en sus parpados. Creo que desvelarse en la noche para atender mis necesidades ya le esta cobrando factura.

Este fin de semana debo dejar que descanse aunque no quiera. Luego ya tendré tiempo suficiente de hacerlo mio durante horas.

Una vez en los pasillos caminábamos agarrados de la mano. La gente tenia la maña de observarnos. A pasado un año desde que marco y yo nos hicimos novios y la gente parece que aun le cuesta procesarlo.

Me acuerdo que los primeros días los demás estudiantes no podían aceptarlo. El simple hecho de que un plebeyo hubiese conquistado el corazón de un reína era imposible. Normalmente, las reinas casi no se ven con plebeyos, siempre es con un príncipe o un rey. Un plebeyo como amante de una reina o rey es raro.

>ADICCIÓN< (MARKAPOO). +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora