Adela
"Before you go", de Lewis Capaldi sonaba por toda la habitación junto a una voz femenina que creaban un armonioso dúo. La luz del exterior entraba por la ventana, supongo que ya era de día. No había dormido casi nada, por lo que ahora me pesaba levantarme.
Lentamente me senté en mi cama aún con los ojos cerrados. Fui abriéndolos lentamente hasta que mi vista logró encontrarse con una chica rubia que se hallaba de espaldas a mí. Parecía ocupada con lo que sea que estuviera haciendo. Se giró y me miró por un momento antes de sonreír.
— Buenos días—, dijo amable—no sabía si despertarte o dejarte dormir un poco más—.Sus ojos azules transmitían un poco de vergüenza, supongo por lo de anoche.
—No te preocupes, — dije tratando de calmarla—era lo mejor que me levantaras. No quisiera llegar tarde a mi primer día de clases.
—Por eso no te preocupes—, le restó importancia y se acercó a la cama que quedaba junto a la mía para sentarse— me llamo Valeska Galette—. Extendió su mano y yo la agarré.
—Adela Lombardi—, dije con una sonrisa— será mejor que comience a arreglarme, ¿A qué hora abren el comedor? — pregunté. No recordaba si el director me lo había dicho.
— A las siete—.Dijo antes de levantarse y seguir arreglándose.
Yo también me levanté y tomé una toalla antes de dirigirme al baño que quedaba al final del pasillo. En él habían algunas chicas, pero nadie me prestó atención y lo agradecí. No soy muy buena con los extraños, no sé ni siquiera cómo logré entablar una conversación con Valeska.
Entré a las duchas y no tardé más de cinco minutos en salir. Luego de envolverme en la toalla regresé a la habitación para arreglarme.
—Dime Adela—,volvió a hablar Valeska quién se encontraba sentada en la cama con su móvil en mano—¿De dónde vienes?
—Bueno—, respondí mientras me ponía el uniforme—soy de Los Ángeles, pero supongo que ya no.
¿ Y eso por qué?—volvió a preguntar la chica mientras se pintaba los labios frente al espejo.
Valeska era muy bonita. Su cabello rubio tenía varias ondas que caían por su rostro hasta su cintura. Sus ojos azules y grandes destacaban debido al rímel que se había untado y esos labios carnosos tenían una forma muy bonita y brillaban por el labial rosa que se había puesto. Su piel era bastante blanca y sus mejillas estaban coloreadas de un rosa clarita, casi ni se notaba. Su cuerpo era otra cosa que impresionaba ya que tenía caderas anchas y cintura pequeña, y su uniforme jugaba a favor ajustándose a su cuerpo. Aunque no tenía mucho pecho, pero sus caderas lo compensaba.
—Cuando mis padres fallecieron mi tío me llevó con él al Boston—. Dije y sentí una presión en mi pecho cuando mencioné a mis padres.
— Lo siento mucho, yo no...— comenzó a decir Valeska al girarse hacia mí— yo no sabía.
— No te preocupes—, respondí al ver que la chica se sentía culpable por abrir una herida que parecía haber saturado— lo que pasó no se puede cambiar. Con el tiempo aprenderé a vivir con ello.
—Lo siento mucho Adela, de verdad—, la rubia de verdad se sentía mal— si te soy sincera, yo se cómo te sientes.
La mirada de la chica bajó unos segundos, pero luego la volvió a levantar para mirarme fijamente. Yo reconocía esa mirada.
— ¿Tú también...?— intenté preguntar, pero las palabras no salían de mis labios.
— A mi hermana gemela—, Dijo Valeska al ver que no podía formular la pregunta— pero no lo pienses demasiado. Ahora termina de cambiarte, no queremos llegar tarde a la hora del desayuno.

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El Chico Del Piano
Novela JuvenilLa primera vez que lo vi tocaba el piano. Sus manos se movían con maestría mostrando su experiencia sobre el instrumento. No tardó mucho tiempo en llamarme la atención. ¿Quién iba a pensar que él iba a ser el que cambiara el rumbo de mi vida?