Adela
El timbre sonó y todos los alumnos se levantaron tomando sus mochilas para salir del salón, sin siquiera escuchar lo que la profesora de Historia nos decía sobre la tarea. Yo todavía estaba en mi mesa, acomodando mis libros dentro de la mochila. Al acabar me levanté y salí en dirección al comedor. Otros chicos y chicas caminaban junto a mí hacia la misma dirección, algunos conversando entre ellos y otros, entre ellos me encontraba yo, caminando solos.
Al llegar al comedor una voz familiar me llamó. Era Valeska. Se encontraba en la mesa del centro junto a otros chicos que no conocía. Fui hacia ellos y la rubia me indicó que me sentara a su lado, así que yo accedí.
- Hola-. Saludé amablemente.
-Chicos, esta es la chica de las que les hablé-. Dijo Valeska y todos los que estaban en la mesa me miraron.Habían dos chicos y una chica, sin contar a Valeska.
- Hola, mi nombre es Aila-, dijo la chica- un gusto conocerte-. Era muy bonita. Tenía su cabello rojo a la altura de sus hombros. Sus ojos marrones y algo grandes, labios pequeños y un poco carnosos, nada exagerado pero muy bonito. Su piel era blanca y dejaba a la vista algunas pecas.
Uno de los chicos extendió su mano para estrecharla con la mía y yo cedí. Sus ojos verdes brillaban intensamente. Tenía su cabello castaño metido en su frente, pero dejando un espacio libre. Sus labios rosados y carnosos, y un nariz muy bonita.
-Un placer-, dijo este- yo soy Dominic. Cualquier duda o aclaración que necesites, puedes contar conmigo.
- Hola a todos- les respondí yo- mi nombre es Adela, pero supongo que ya lo saben-, reí incómoda- si es que Valeska no ha parado de hablar de mí.
-La verdad es que no lo ha hecho-, dijo el chico que quedaba frente a mí- al parecer le has caído muy bien.
Este último tenía muchos rasgos asiáticos, a excepción de su cabello ya que al parecer se había dado un tinte. Este estaba pintado de un rubio que destacaba su piel pálida. Sus ojos rasgados tenían ese color oscuro que te llamaba la atención tan pronto te fijabas en ello. Su nariz pequeña dejaba a la vista un lunar cerca del puente y sus labios pequeños formaban un pequeño corazón en la parte superior. El chico parecía tener unos quince años. Se veía adorable y guapo.
- Espero que así haya sido-, dije con risa- va a ser mi compañera de cuarto de ahora en adelante. No soportaría que me odiara.
Los chicos en la mesa rieron y la chica se acercó un poco a mí.
- No creo que le vayas a caer mal a alguien en esta escuela. Pareces amigable-. Dijo la chica y se encogió de hombros- Desde que entraste por la puerta se notaba que eras una persona que sabe como llegar al corazón de los demás.
- Aila solo tiene miedo de que le quites a su amiga-, dijo el chico asiático y todos en la mesa rieron- lo siento, pero tenía que decirlo.
- Eres un idiota Haru-, respondió Aila mirando al chico seriamente.
-¿Te llamas Haru?- le pregunté al chico.
-¡Oh! No me he presentado. Que maleducado-. Dijo el chico aparentemente avergonzado- Soy Matsu Haruki-. hizo un reverencia desde su asiento y yo me quedé perpleja. Ya sabía que era parte de su cultura, pero se me hacía raro. ¿Qué se supone que hiciera ahora? ¿Una reverencia también?
- Hola Haruki-. dije con una sonrisa y el chico sonrió- yo soy Adela Guillén.
- Ya lo sé-, dijo divertido y yo me di una cachetada mental- pero... Un gusto.
- Oigan, esta tarde comenzaremos a preparar todo-. Habló Aila.
-¿Comenzar con qué?- pregunté y me sentí estúpida al instante. Tal vez era algo entre amigos y yo aquí metiéndome sin el consentimiento de nadie.
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El Chico Del Piano
Genç KurguLa primera vez que lo vi tocaba el piano. Sus manos se movían con maestría mostrando su experiencia sobre el instrumento. No tardó mucho tiempo en llamarme la atención. ¿Quién iba a pensar que él iba a ser el que cambiara el rumbo de mi vida?