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A pesar del tiempo, Henry seguía siendo casi el mismo. Interrumpía las clases de Ética, a veces faltaba a clases y se lo encontraba tocando su guitarra en alguna esquina de la universidad o drogándose en alguna parte.

Enzo no lo había notado, pero Henry estaba cada vez consumiendo esas sustancias más y más. No había momento en el que no estuviera bajo el efecto de las drogas. Los parciales estaban cerca y tenía que mantener despierta.

-¿Estudiaste? -le preguntó Enzo.

-¿Para qué?

-Ética. Hoy es el parcial de Ética.

-Para eso no se estudia. Es solo decir lo que está correcto para la sociedad y estás más que aprobado. Si es que estudias para Ética es porque eres tonto.

-Pues gracias, eh.

-No quise decir que eres tonto, Enzo -Henry pasa su brazo por los hombros de Enzo-. Solo no lo encuentro razón a estudiar algo que solo es sentido común.

-No es solo sentido común. No hables como si supieras los temas que hemos tocado en clase o como si no faltaras la mayoría de las veces. Incluso podrías llevarte el curso de nuevo por tus faltas.

Henry sonríe y eso le molesta. Le molesta que se tome las cosas tan a la ligera, le molesta su desinterés por todo y que haga lo que quiera hacer sin importarle nada. Tal vez esa molestia viene en parte porque siente envidia de que Henry no se preocupe tanto como él. Enzo quería una vida cómoda, tal vez no con lujos, pero lo suficiente para vivir bien. Y siempre le habían dicho que para vivir bien debía terminar su carrera, encontrar un trabajo y tener una casa, pero Henry no parecía preocuparse por ello.

-Lo dices como si estuviera estudiando una carrera que me fuera a dar mucho dinero o tuviera varias salidas profesionales. Estudio filosofía. Ganaría más dinero trabajando en un McDonald's que como un profesor de filosofía.

-¿Entonces qué haces aquí? ¿Por qué no te vas a trabajar en un McDonald's?

-No necesito dinero. Me gusta estar aquí, hablar contigo, darle la contra a todos, tener esta libertad de hacer lo que quiero sin que me afecte. Si quisiera estudiar algo que me diera dinero estudiaría medicina o derecho. Si estudias filosofía es porque sabes que tu vida es una mierda.

Enzo lo empuja y acelera el paso sintiéndose afectado por las palabras de Henry. Pensó que era diferente. Pensó que era alguien como él, pero no, era igual a su familia, igual a sus amigos e igual a Joseph.

—¡Oh, vamos, Enzo! ¡No puedes molestarte por todo lo que digo!

Enzo entró a la clase de Ética y se quedó en la puerta haciendo que Henry no pudiera pasar.

—Este tipo está drogado y no deja de seguirme.

—¿En serio? ¿Vas a mentir solo porque estás molesto conmigo?

—Si no pasan les voy a suspender las pruebas —dijo la docente.

Ambos pasaron callados hasta sus asientos. Les entregaron sus pruebas y empezaron a llenarla. No habían pasado ni diez minutos y Henry entregó su prueba sin decir nada. Su mirada conectó con la de Enzo. Enzo sonrió. Sabía que Henry ni siquiera se había dado la molestia de intentarlo porque no entendía nada de la prueba tal y como le había dicho antes. Le alegraba un poquito de tener razón y que Henry no.

...

Cuando salió de la clase se encontró con Henry escribiendo algo en su libreta. Estaba molesto con él, pero le daba curiosidad ver lo que escribía. Lo más probable es que fuera una canción.

—¿Qué escribes?

—Mi testamento —dijo antes de cerrar su libreta.

—¿Por qué? Eres muy joven para morir.

—Uno nunca sabe cuándo va a morirse. Tal vez muera en unas horas, unos días, unos meses o quizás en unos años. ¿Puedo dejarte todas mis cosas?

—Estás loco.

—Por ti.

Enzo negó con la cabeza y se fue, dejándolo ahí seguir con lo suyo.

—¿Sigues molesto? —le preguntó Henry, pero el más bajo ya estaba demasiado lejos para oírlo.

...

Enzo estaba demasiado feliz incluso había visto una mejora en su vida desde que dejó de hablar con Henry. Dejó de fumar, dormía seis horas y tenía tiempo para estudiar. Ese día les entregarían sus notas del examen de Ética y estaba preparado para echarle en cara su alta calificación.

Para su sorpresa Henry estaba allí temprano viendo su prueba al revés.

Enzo sonrió al ver en rojo un lindo 97 en su prueba. No era una nota perfecta, pero tampoco podía quejarse.

—Tengo un 97. Impresionante, ¿no? —le echó en cara a Henry—. ¿Qué hay de ti?

—Tengo un 001. Más de lo que esperaba.

—¡Ja! Pensé que habías dicho que era estúpido estudiar para Ética. Felicidades, idiota, por tener la calificación más baja.

—Muchas gracias. Pero no voy a admitir mi derrota. Ética es estúpido.

Henry deja caer el papel sobre su mesa. En ese momento los ojos de Enzo se detienen en el marcador rojo sobre el papel. No decía 001, en realidad era un 100. Toma la prueba de Henry y lo mira más de cerca como si no pudiera creerlo.

—Me debes estar jodiendo. ¿¡Cómo es que has obtenido un 100!? ¡Ni siquiera estudiaste nada! ¡No ibas a clases! ¿¡Qué sentido tiene esto!?

—¿Tengo un 100? Eso es bueno creo —dijo Henry como si no fuera la gran cosa—. Supongo que esto confirma mi teoría de que es estúpido estudiar Ética o tal vez... tú eres estúpido.

—¿Yo? Por favor. Esto solo fue suerte.

—Solo acepta que soy mejor que tú.

—Nunca.

—Bien. Entonces sigue diciendo que me odias cuando sabes muy bien que me amas.

Amor PlatónicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora