𝚂𝚎𝚒𝚜

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____ ᴠᴇʀᴛɪᴢ

Sentí mi cuerpo extremadamente adolorida, tenía una luz frente a mí y pero me negaba a abrir los ojos por lo pesados que se sintieron mis párpados.

Lentamente fui adaptándome a la luz y abriendo lo ojos, estaba en una habitación blanca, me encontraba sobre una camilla con un bata de hospital, frente a mí estaba un señor mayor de 55 años quien miraba unos papeles.

— Señorita Ocho, que bueno que despierta — hablo manteniendo su semblante serio.

— ¿Cuánto tiempo llevo dormida? — pregunté afónica.

— Tres días, la trajeron aquí luego del feroz ataque de un leñador — explicó.

— ¿Leñador?

— Sí, eso fue lo que el señor Cinco Hargreeves explicó en el informe policial que se hizo, no se preocupe aquel sujeto ya no forma parte de este mundo — dicho esto el doctor se retiró.

Por mi mente paso el vago recuerdo de Cinco peleando con un hombre enorme, la violencia y la sangre era algo que no me atrevía a recordar. Era espantoso.

La puerta de la sala se abrió y Cinco entro a la habitación, traía un ramo de rosas y un semblante triste que al verme se transformo en una sonrisa.

— Ya despertaste — murmuró acercándose — No sabes lo mucho que me preocupaste.

Giré mi mirada al techo y di un suspiro mientras pequeñas lágrimas caían a los costados de mi rostro. No podía pensar en otra cosa que no sea el que arruine mi oportunidad de huir.

— ¿Cómo me encontraste? — pregunté sin verlo.

— Después de que saliste corriendo de la cabaña yo tarde unos segundos en salir tras de ti, casi no te encuentro hasta que escuche tus gritos y fui rápido por ti... Encontré a ese hombre sobre ti al parecer tratabas de defenderte pero esa bestia te golpeó — agachó la mirada — Cuando lo vi por instinto lo detuve y nos enfrentamos, logré acabar con él.

Eso explicaba todos mis golpes, pues no creía que todos hayan sidos ocasionados por mi caída.

— Puedes alcanzarme un espejo — pedí.

El soltó un suspiro y camino hacia un rincón de la habitación, segundos después extendió el espejo y lo colocó frente a mi rostro. Al levantar ma miradas vi mi reflejo y casi sale un gritó de horror de mi boca.

Me veía horrible, mi cara estaba completamente hinchada y con gran pigmentación entre morada y roja, mis labios tenían una herida y mi ojo izquierdo estaba completamente cerrado, tenía una venda cubriendo mi cabeza escondiendo una línea que supongo es producto de que me abrí la piel por una herida.

Era un monstruo, apreté los hombros y gire el rostro, por alguna razón me apenaba mi lastimada imagen.

— Juro que hice pagar a quien te hizo esto — sentí un beso en mi hombro — lo juro — repitió.

—¿Y cuando pagarás tú? — solté con coraje — ¿Cuando pagarás el precio por todo el daño que causas en mí?

Sentí su cuerpo alejarse y al instante respondió — Yo ya pagué un alto precio por tenerte aquí cielo.
























Cinco Hargreeves

4 años antes del secuestro.

Mis días se volvieron grises ¿El motivo? Bueno Ocho murió, mejor dicho ella se mato.

Jamás olvidaré el día en el que salió sola de casa para ir a al doctor y regreso destrozada ya que el cretino le dijo que jamás podría tener hijo. No estuve en casa en el momento que escribió una carta de despedida, tampoco estuve cuando se metió a la bañera y corto sus vena.

OBSESSION  [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora