. • °⛓✧༺Carita de malo [scaloni x aimar]

tres

Ahí lo tenes al pelotudo.—¡Volví con Román! Y somos muy felices.

Su voz ya empezaba a irritarme y con solo sentir esa noticia puedo decir que lanzo mi voluntad de querer que me caiga bien por la ventana, de verdad este pibe no puede ser más boludo por que no quiere.

La verdad no voy a poner más esfuerzo en tener una buena relación con el tontito fallado este.

Este se acercó hiperkinectico y super emocionado, no sé si chupo pija de Payaso o algo, pero venía más contento y con carita de feliz cumpleaños—Te apusto cincuenta pesos a que en una semana más te echa el cuerno como cornudo que sos.

—Trato hecho, voy a ganar la apuesta, por que Román a cambiado.

No sé, dame que se yo, cuatro o cinco días para decir bueno, tiene algo de razón de que se ilusione demasiado rápido el niño este.

No puedo creer que al otro día, con su peor cara de orto se me acerca con la billetera en mano, dios me sentía tan contento por que a mi solo me gusta ganar.

Me empecé a reír en su cara cuando me dio un billete de cincuenta pesos y parecía querer llorar, me daba tanto placer la imagen, plata en mano y Pablo llorando.

No paraba de reír, hasta que el loco me empujo—¡Dios! ¡No podes ser tan molesto! Parece que te gustara que me vaya mal.

—No, no me gusta te vaya mal, me gusta tener la razón, siempre logro tenerla. Te dije, ese pelotudo te va engañar mil veces, y vos me decis que no, y al otro día te engaña mil veces ¡Por que sos un boludo!—Me reí más fuerte de las desgracias del pequeño payasito.

Él se sentó en una de las bancas del vestuario, cayendo un poco rendido y se veía que en sus ojos empezaría a llorar, entonces salí de mi modo boludo para escucharlo—Ya entendí boludo, basta.

Se me bajó la sonrisa y me senté a su lado, no sé dónde saqué esta parte caritativa de mi, solo sabía que tal vez eso dañaría la capacidad del equipo a la hora de jugar—¿Por qué seguis  con él si sabes como es?

El chico estaba llorando en silencio, de verdad estaba empezandome a dar pena—Por que siento que no merezco que me quieran, la verdad no tengo nada bueno para entregar, no tengo nada que haga que las personas se queden a mi lado, por eso me da tanto miedo de que Román se vaya, por que me voy a quedar solo y no lo voy a poder enfrentar.

Lo miré un poco decepcionado, me costó horrores y hasta me dio asco decirlo—Me tenes a mi, y no te voy a dejar solo, de verdad.

—Es mentira, no te caigo bien, lo entiendo, no tienes que mentir para convivir.

Bueno. Mi trabajo esta hecho, él no le pone voluntad.

—Bueno, capaz tal vez tenemos que empezar a convivir más, para bien nuestro y del equipo.

¿Donde saqué eso? ¿Qué verga me está pasando?

El chico levantó la mirada cabizbaja y me miró fijamente a mi, no se por qué me puso nervioso de que él me mirara, no sé pero me dio un calor en mi rostro y en mi estomago que yo nunca había sentido antes.

Me sonríe y yo quería que me tragara la tierra—¿De verdad? Gracias, nunca te habías preocupado así por nadie.

Rasqué mi cuello algo preocupado, realmente no sabía lo que estaba pasando y no sé por que estaba sintiéndome así.

—¿Querés venir a mi casa a cenar? Hoy por la noche.

¿Qué dije?

—Me encantaría, de verdad gracias.