2.¡Pues empezamos bien!

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El sueño parecía atacarte por todos los frentes posibles, y el día nublado que vislumbrabas desde tu asiento no contribuía a desprenderte de tu somnoliento estado.

Tan zombie estabas que en más de una ocasión, el pobre de Reiner tuvo que darte discretos codazos para que la ira del profesor no recayera sobre ti.

Durante la hora del almuerzo, te pusiste en marcha dirección a la cafetería, con el enorme chico rubio a tu lado. Miradas de estudiantes de otras clases volaban sobre vosotros dos... Habían llegado a tus oídos rumores en los que ambos eráis considerados pareja, ya que el muchacho rara vez se separaba de ti y siempre eras rodeada por su aura protectora. La cual no dudaba en tornarse amenazadora ante cualquiera que se acercase a ti, sólo por precaución y para tu alivio, sobre todo por el tema de tu incomodidad ante otra gente.

Todos en el grupo, a vuestra manera, resultábais ser muy sobreprotectores los unos con los otros. Y adorabas eso, pese a todos los malentendidos que a veces pudiera ocasionar.

Como aquella vez que, poco después de haber entrado en la secundaria, un chico de un curso superior te había estado esperando en los casilleros. El pobre , nervioso se había acercado a ti e intentó entablar conversación, pese a su creciente incomodidad que parecía manifestarse en toda su cara teñida de un rojo que, a parte de tu miedo por la situación, no habías dudado en encontrar gracioso y adorable.

Y cuando estaba prácticamente declarando sus supuestos sentimientos por ti, una presencia se había apostado a tu espalda. El chico se quedó blanco al encontrarse con el musculoso Reiner como un guardaespaldas tras de ti, que aunque no estuviera mirando mal al muchacho, provocó un escalofrío visible en él...

"¡L-lo siento! ¡No sabía que tenía novio!" sollozó por su vida poco antes de desaparecer, prácticamente vaporizándose ante vuestras atónitas miradas. Seguramente ese día había tenido que cambiarse los pantalones...

Reprimiste una risita, que captó la atención del rubio. "Vaya, ¿ya estás de buen humor?"

"Nah, sólo estaba recordando algo divertido" respondiste dedicándole una sonrisa cómplice que acompañaste de unos codazos juguetones.

Al doblar la esquina os topásteis con Bertolt saliendo en ese instante de su aula, su rostro tanto o más somnoliento que el tuyo.

Nada más veros, se unió a vuestra marcha y una vez en la cafetería, os acomodásteis en la mesa que Annie había estado custodiando. Normalmente, el momento del almuerzo resultaba ser una batalla campal en ésta zona, dado que o salías corriendo como alma que lleva el diablo nada más sonar el timbre, o te quedabas sin mesa.

Pero siempre y cuando Annie o Reiner se adueñaran de una, eso no supondría ningún problema para vosotros, ya que nadie se atrevía ni a acercarse.

Este hecho, sin embargo, te resultaba tanto triste como injusto, ya que ellos no merecían ser tratados como si fueran monstruos temibles, pero a la vez, a veces hasta tenía su gracia ver las reacciones que provocaban en los demás estudiantes. Verlos ahí simplemente sentados, con esa expresión pensativa que todo el mundo interpretaba como asesina, esperando por el resto de nuestra banda por aparecer, hacía temblar a los alumnos de alrededor .

Te sentaste frente a Bertolt, que luchaba tanto o más que tu por permanecer consciente.

Pocos minutos después de haberos acomodado, Petra y Hanji te saludaron en la distancia, abandonando la mesa en la que estaban sentadas y dejando atrás a las sorprendidas chicas de su clase.

Que poco tardaron en aprovechar la oportunidad para cuchichear entre ellas, al ser conscientes de hacia donde se dirigían sus dos 'valientes' amigas. Podías ver su miedo desde tu asiento. Sigh...

¡Esta goukon es un error! ¡Modern AU!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora