1.Los tortuosos planes de Hanji y Petra

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No eras una persona a la que le resultase sencillo socializar, no es que te llevases mal con la gente, ni que no tuvieras con quien hablar, simplemente no confiabas en las personas... Pero todo ésto parecía haberseles olvidado a tus compañeras de la clase A, que te habían involucrado forzosamente en la especie de planificación de su futura 'cita a ciegas'.

No te sentías cómoda rodeada de gente que no conocías, acababas por ponerte tan nerviosa que, o bien te afectaba volviéndote muda o tu boca cobraba vida propia y no dejaba de decir estupideces... ¡No había maldito término medio!

Lo peor de todo es que, tanto Petra como Hanji parecían absolutamente emocionadas por la maldita idea...

"¿Acaso no hay suficientes chicos en esta maldita secundaria como para que tengáis que cazar a los de otra? Y en todo caso... ¡¿Por qué tengo yo que verme arrastrada en todo esto?! ¡No estoy interesada en encontrar pareja!" Estabas de los nervios...

"¡Piensa en ello como un experimento para que superes tu fobia social!" Replicó Hanji golpeando emocionada con las manos en el pupitre. Le ibas a dar tú experimentos...

"¡Oh vamos [Nombre]! ¡Prometo que será divertido!" Suplicó Petra batiendo tanto sus pestañas que resultaba difícil no pensar que en cualquier momento podría echar a volar por la ventana abierta del aula.. ¡Maldita sea, si tan sólo hiciera eso... todos tus problemas se acabarían en ese mismo instante!

"Divertido para ti, ¡que llevas soñando con poder conocer 'al príncipe de hielo' desde que nos volvimos estudiantes de secundaria! No entiendo que tan emocionada puedes estar de ponerte a voluntad propia en el radar de un bastardo jugador, ¡eres demasiado ingenua! ¡Ese tipo de chicos no es de los que busca una relación como tú, Ral! ¡Acabará jugando contigo para después desecharte de forma cruel!" Estabas cansada de discutir por algo tan absurdo como esto, sabías que esas dos no te dejarían ninguna vía de escape, no tan decididas como parecían estar.

Cansada como te encontrabas, te levantaste y te marchaste sin siquiera despedirte de ellas poniendo rumbo a tu aula, al menos podrías sacar fuera de tu mente tus frustraciones entrenando con Annie, ella lo entendería...

Horas más tarde:

*Timbre de final de clase*

Reiner, tu compañero de mesa, se había sobresaltado ante el tremendo y sonoro *Pum* que habías provocado al golpear tu cabeza repetidas veces contra tu pupitre.

"Ey ey, [Nombre] Pareces más decaída que de costumbre, ¿Va todo bien?" Dijo poniendo una mano en tu hombro y zarandeándote de forma cuidadosa.

"Nada va bien Rei... Dime, ¿hoy vas al dojo de los Leonhart?"

El enorme rubio pareció sopesar algo por unos instantes, antes de asentir levemente con la cabeza.

"Perfecto, parece que hoy mi rival no va a asistir asi que, por favor ... ¡quedas encargado de sacar toda ésta mierda de mi aunque sea a base de golpes!" Sollozaste antes de despedirte para ir a trabajar, dejando al chico en clase, aún desternillándose de risa por tu teatral respuesta.

LLegaste justo a tiempo al maid café, entrando como un vendaval a los cambiadores, cuanto antes acabase el turno de hoy y pudieras huír a refugiarte en la tranquilidad de la guarida (como a veces llamabais al dojo) y descargar de paso toda tu ira, mejor.

Pero la escena que apareció ante ti, detuvo instantáneamente tus pasos... ¡Ya estaban otra vez!

Ay, señor...

"¡Por el amor de dios Ymir! ¡Detente! ¡Eso es acoso sexual! ¡Tienes suerte de que Christa sea indulgente contigo! porque de ser yo, ¡te habría pateado el jodido trasero!" Tus gritos sólo causaron que la aludida en cuestión te devolviese la mirada sin el menor interés, sonriendo maliciosa y apretando más su agarre sobre la pequeña rubia, visiblemente incómoda.

¡Esta goukon es un error! ¡Modern AU!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora