6. Mentiras descaradas

63 6 3
                                    

Habías intentado volver a tu habitación dando tumbos y sin comprender muy bien que había pasado. Sin embargo estabas demasiado nerviosa y ebria como para irte a dormir.

La irá consumía cada parte de tu cuerpo y rezumaba por tus poros como si de veneno se tratase.

No sabías por qué, ni que hacer. Pero lo que más te dolía de todo, era la maldita sensación de haber traicionado a Petra. Aún si no había sido tu culpa...

Volviste de nuevo sobre tus pasos y saliste al jardín. Era el momento perfecto para sentarte bajo ese esplendoroso cerezo e intentar así despejar tu cabeza.

El problema era que no estaba funcionando, y pequeñas lágrimas comenzaron a rodar ociosas por tus mejillas.

Pero tus sollozos no pasaron desapercibidos.

Alguien se aproximaba por el pasillo, y tan rápido como pudiste te limpiaste la cara con la manga del yukata.

"¿[Nombre-san]?¿Que haces aún aquí? ¿Te encuentras bien?" La voz sumida en preocupación de Eld te hizo dar un respingo.

"Eh.. Si, estoy bien" intentaste asegurar, pero fallando en el intento.

El rubio había acortado distancia y se había apostado frente a ti, mirándote con preocupación.

"¿Qué está mal?"

Su sinceridad envolvía tu cuerpo de calidez y embriagada como te encontrabas debido al exceso de alcohol en tu sistema, hizo que hablases con la confianza que tenías con tu grupo de amigos de infancia.

"La verdad es que yo..."balbuceaste conteniendo las lágrimas.

"Esperaba que mi primer be-beso hubiera sido con alguien de quien estuviera enamorada profundamente.Pero..." comenzaste a llorar de nuevo y Eld intentó salir de su estado de estupor y así sentarse a tu lado.

"¡No esperaba que fuera robado por alguien ruin, mentiroso, manipulador y playboy!"

Echaste las manos hacia tu cara y comenzaste a sollozar más y él sin saber bien qué debía hacer, te atrajo hacia si y te abrazó de forma tierna.

Estabas tan enfadada por todo lo que había pasado, que ni siquiera te paraste a pensar en la situación en la que te encontrabas en ese momento.

Eld simplemente te dejó acurrucarte contra su pecho y posó su barbilla en tu cabeza.

Notabas su respiración entrecortada y su pulso acelerado hasta que su voz te sacó de tu estupor de nuevo.

"Si realmente fue un beso robado como dices, no se podría contar como primer beso, ya que tu primer beso se dará cuando tu quieras con alguien a quien quieras. Así es como cuenta de verdad..." se puso rojo al instante, pero aprovechó todo el tiempo posible para disfrutar el tenerte entre sus brazos.

"¡Tienes razón! Yo decido cuando, y es lo que importa." Sonreiste de forma sincera y algo más animada.

Eld como buen caballero te acompañó hasta tu cuarto y se despidió de ti deseándote dulces sueños.

A la mañana siguiente:
El grupo se había despertado con una inusual alegría, pese a la resaca.

Por lo que Petra propuso a todos ir a la playa y pasar el día.

No habías visto a tu ahora autoproclamado tu peor enemigo desde que le pusiste a dormir.

Tampoco era que lo echases en falta, pero no estaba de más ser precavida.

Casi a mediodía lograste comenzar a relajarte, Eld y Annie estaban muy pendientes de ti, ya que ambos te notaban inquieta.

Y justo cuando te lo estabas pasando en grande, llegó míster capullo.

¡Esta goukon es un error! ¡Modern AU!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora