Los días no paraban de pasar.
Era un día muy agradable.
Empresa de joyería (oficinas).
Despacho de Hisa.
Hisa estaba hablando con un empleado.
- No me despida, por favor.
Suplico el empleado de rodillas.
- Sabes perfectamente que mis empleados deben de seguir un rendimiento, y tu no estas siguiendo ese rendimiento.
- Es que eh tenido...
- Nada de excusas, si no funcionas te cambiare por otro.
- Por favor, por favor, por favor...
- No me toques los ovarios. Estas despedido, fuera de mi despacho.
Dijo Hisa con un aura muy oscura.
- S-si...
- No quiero que vuelvas a mis oficinas, ¿entendido?.
- S-si... Recogeré mis cosas y me marchare.
El exempleado se marcha del despacho.
- Madre mía, estoy rodeada de incompetentes.
Dijo Hisa muy molesta.
Toc Toc Toc...
- Adelante...
- Señorita Hisa...
- ¿ Que pasa ahora?.
Pregunto Hisa con su tono seco.
- La joyería dice que no puede pagar.
- Estupendo, llevare a la quiebra esa pequeña joyería.
- ¿ De verdad?.
- Mis abogados los tienen agarrados por los huevos.
- Pero es una pequeña empresa familiar.
- Yo ya les avise. Nadie se retrasa con los pagos.
" Dios mío, que miedo" pensaba su empleada.
La tarde había llegado.
Casa de Gojo.
Sala.
Gojo estaba diseñando el nuevo vestido para Hisa.
Kane y Hisa estaban jugando con unos peluches.
- " Hola, señor osito".
- Abu...
Hisa acaricia la carita de Kane.
- Eso es, diviértete.
Dijo Hisa con una sonrisa.
- Hisa- sama...
- ¿ Que pasa?.
- Tiene una reunión dentro...
- Lo se, lo se...
Dijo Hisa algo molesta.
- Será mejor que nos demos prisa.
- Maldición.
Dijo Hisa frustrada.
- ¿ Aba?.
Hisa acaricia la cabecita de Kane.
La pequeña Kane no paraba de reír.
- Lo siento mucho, Kane, me tengo que ir a trabajar.
- Apa...
Dijo Kane con una sonrisa.
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¿ Tu volveras?- Sono Bisque Doll wa Koi o Suru
Fiksi PenggemarMarin y Gojo era un matrimonio feliz...